San Rafael, Mendoza jueves 18 de abril de 2024

INVERSION RELIGIOSA

mormonesLa iglesia de los mormones, cuyo nombre oficial es Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, ha llamado la atención en los últimos años por el volumen de su inversión económica en América latina.
Grandes templos y numerosas capillas, todos modernos y dotados con la última tecnología y mobiliarios de lujo, se levantan a una velocidad sorprendente. Ya casi no queda capital ni isla del subcontinente sin presencia mormona: tienen centros religiosos hasta en la Isla de Pascua (Chile) y en las Galápagos (Ecuador).
En Argentina ya se ubican en toda su geografía: sostienen sedes religiosas tanto en Ushuaia como en La Quiaca. Solamente en la ciudad de Córdoba ya alcanzaron las 25 sedes, contando el templo mayor que fue inaugurado el pasado martes 14 y elevó a 34 el número de estas catedrales mormonas en Latinoamérica.
La inversión es millonaria. Cada capilla (centros de reunión, las llaman) cuesta un promedio de 650 mil dólares. La catarata de millones que ha dedicado la iglesia a la Argentina puede considerarse una inversión a futuro, ya que en la actualidad dista de ser un culto masivo. Apenas el 0,9 de la población argentina es mormón, según la encuesta sobre creencias y actitudes religiosas realizada en 2008 por un equipo de investigación del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
Este culto nació en los Estados Unidos en 1820, cuando Joseph Smith –un “profeta” cuya figura divide opiniones– dijo que Dios se había contactado con él en una arboleda de la localidad de Palmyra, ubicada unos 80 kilómetros al norte de la ciudad de Nueva York, donde vivía con su familia. El templo levantado en el noroeste de la ciudad de Córdoba, en la zona del estadio Kempes, es muy parecido al que la iglesia erigió en aquella localidad neoyorquina para homenajear el lugar sagrado de la aparición.
Tres años después de la primera teofanía, Smith dijo haber recibido otro visitante, esta vez un ángel llamado Moroni, quien lo envió a desenterrar unas tablas de oro ocultas en una colina cercana. Smith dijo que pudo traducir el complicado mensaje de las tablas, escrito en un idioma desconocido, usando unas piedras mágicas, y el resultado de ese mensaje es el Libro del Mormón, texto sagrado de esta iglesia. Una de las afirmaciones más conocidas del libro es que Jesucristo, luego de haber resucitado, se hizo presente en Estados Unidos y trabó contacto con las tribus de la época.
La figura de aquel ángel Moroni, con túnica y trompeta, y revestido en oro laminado, es la cereza que corona todos los templos mormones del mundo.

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