Escoltado por el gobernador Francisco Pérez y su vice Carlos Ciurca, el precandidato del Frente para la Victoria fue el principal agasajado ante la ausencia de funcionarios del gabinete nacional.

Su hermano, Pepe Scioli, se adelantó y empapeló los alrededores del palco con carteles de la «Ola Naranja», y sumó al viaje a los intendentes Fernando Espinosa (La Matanza) y Gustavo Pulti (Mar del Plata). Como único representante del Ejecutivo nacional, estuvo el ministro de Agricultura Carlos Casamiquela y por el Poder Judicial, la Procuradora Alejandra Gils Carbó, que suma adhesiones con su «Justicia Legítima» entre funcionarios K y fiscales mendocinos.

En el centro del palco frente a la Plaza Independencia y mientras pasaban los carros de las candidatas a reina de la Vendimia, Scioli habló de los contrastes entre su propuesta de gobierno y la oposición.

Empañado el espíritu de festejo vendimial, el peronismo mendocino acusaba ayer el golpe de la salida de la Presidencia de su operador político estrella, Juan Carlos «Chueco» Mazzón. Cristina Kirchner lo echó porque Mazzón trabaja para la candidatura de Scioli y dejó afuera de una lista de consenso en Mendoza al candidato del kirchnerismo puro, Guillermo Carmona.

Mazzón ha ostentado mucho poder. Los últimos dos gobernadores mendocinos, Celso Jaque y Paco Pérez, fueron elegidos en la interna por Mazzón. El precandidato a gobernador por el oficialismo Adolfo Bermejo, que es del sector del funcionario echado, dijo: «Mazzón es un referente político con o sin cargo». Pero, el cristinista Carmona aclaró: «Cuando la política es reemplazada por la operación se producen tensiones que hacen enfrentar al peronismo tradicional y el kirchnerismo».