El organismo oficial de estadística informó que en el último cuarto del año se registró un crecimiento generalizado de la proporción de asalariados «sin descuento jubilatorio» en sus haberes, a un total de 34,3% de los trabajadores en relación de dependencia. También la Encuesta Permanente de Hogares  (EPH) detectó un aumento de los ocupados por cuenta propia, a 23,6% del total de los empleados.
La reactivación que siguió a la crisis de la convertibilidad y el acento puesto en la disciplina fiscal había posibilitado reducir la informalidad laboral de un pico superior a 59% del total de los ocupados en el segundo trimestre de 2003, cuando asumió la presidencia Néstor Kirchner, a un mínimo de 38,7% diez años después. Desde entonces, se asistió a un «punto de giro» y ahora volvió a superar el 40% del total, más entre los cuentapropistas, donde afecta a más de la mitad del segmento y 34,3% de los asalariados.
De la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) se desprende que sobre un total de 17,74 millones de ocupados en el último trimestre, unos 105.000 menos que en similar período de 2013, de las cuales unas 13,56 millones de personas lo hacían en condición de asalariados y 4,19 millones en forma independiente.
Entre los trabajadores en relación de dependencia se observó una destrucción de 133.400 puestos netos, resultante de la baja de 197.100 posiciones en blanco y del aumento en casi 64.000 personas que pasaron a desempeñarse en negro. Mientras que en el caso de los cuentapropistas, la legión se elevó en 28.900 personas en términos netos, pero se desagregaron en una caída en casi 16.000 en los que hacían aportes para la caja de jubilaciones y crecieron en 45.000 los marginados de las leyes laborales.
Se destruyeron casi 200 mil empleos asalariados en blanco y se generaron 64.000 en la informalidad.