La Argentina denunció hoy «el injustificado aumento del ya desmedido gasto militar británico en las Islas Malvinas» mediante notas enviadas por el canciller Héctor Timerman a la ONU, la OEA, la Unasur y otros organismos internacionales.
Timerman recordó que la «preocupación» argentina por la militarización británica «es compartida por la región en su conjunto y ha sido objeto del rechazo de múltiples foros internacionales por cuanto genera una tensión innecesaria e injustificada en el Atlántico Sur, una zona caracterizada por su vocación pacifista y libre de armas nucleares».
La escalada comenzó el 24 de marzo pasado, cuando el diario sensacionalista británico The Sun publicó un «informe exclusivo» en el que aseguraba que Gran Bretaña enviaría más tropas a Malvinas ante un supuesto temor de invasión por parte de la Argentina con ayuda rusa.
Aunque enfáticamente rechazada por la Argentina, la descabellada hipótesis de The Sun fue horas más tarde convalidada por el ministro de Defensa inglés, Michael Fallon, quien confirmó el incremento del poder militar británico en las Malvinas.
En una sesión abierta en la Cámara de los Comunes del parlamento británico, Fallon detalló el despliegue de dos helicópteros de guerra Chinook y la actualización del sistema de misiles anti-aéreo en Malvinas, como respuesta defensiva al supuesto plan de ataque.
El funcionario había asegurado que Argentina representa «un peligro muy concreto» ante el cual el Reino Unido debía «reaccionar» y que, en función de esa supuesta amenaza, debía «modernizar» sus defensas y asegurarse el despliegue de «suficientes tropas y que las islas están defendidas correctamente».
Dichas declaraciones provocaron la inmediata reacción de funcionarios argentinos como el secretario de Asuntos Relativos a Malvinas, Daniel Filmus; el ministro de Defensa, Agustín Rossi; la embajadora argentina en el Reino Unido, Alicia Castro y ahora se sumaron las misivas enviadas por Timerman a los organismos internacionales.
Las notas remitidas por el canciller señalaron que, «frente a la obligación que pesa sobre ambas partes (Argentina y Gran Bretaña) de encontrar una solución a la controversia» respecto de Malvinas y otras islas del Atlántico sur, «el Reino Unido confirma con su anuncio que apuesta al armamentismo y al belicismo».
Además, «muy por el contrario, la República Argentina sostiene que sólo el diálogo y la negociación, con apego al derecho internacional, deben primar para resolver las controversias internacionales y poner fin a esta situación colonial anacrónica que lleva más de 182 años».
Las cartas recuerdan que «el Reino Unido no desconoce que los sucesivos gobiernos de la democracia argentina han consagrado como política de Estado el mandato consagrado en la Constitución Argentina de buscar una solución a la disputa de soberanía» sobre las Islas Malvinas, otras islas del Atlántico sur y espacios marítimos circundantes.
Finalmente, se insta «al Reino Unido a sentarse a la mesa de negociaciones, tal como lo establece la Resolución 2065 (XX) aprobada hace 50 años por la Asamblea General de las Naciones Unidas y reiterada por más de 40 resoluciones de la propia Asamblea y su Comité Especial de Descolonización».
Timerman envió las cartas al ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Ricardo Pariño Aroca, quien ejerce la presidencia pro témpore de la Comunidad de América Latina y el Caribe (Celac); y a Mauro Luiz Iecker Viera, titular de la cartera de Relaciones Exteriores de Brasil, que ejerce presidencia pro témpore del Mercosur; entidades a las que les agradeció el «profundo agradecimiento del Gobierno Argentino por el decidido respaldo de los Estados» parte.
También remitió notas al Grupo de los 77 y China -enviada al embajador Kingsley Mamabolo de Sudáfrica y actual presidente del organismo-; al secretario general de la Unasur, Ernesto Samper Pizano, y al presidente del Comité Permanente de la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur, el ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa.
La misiva fue también enviada al secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, y además le agradeció al organismo «el respaldo para que ambos países encontremos una solución pacífica a esta prolongada controversia que ha declarado ‘de permanente interés hemisférico'».
Timerman se dirigió también al presidente del Comité especial de Descolonización de la ONU, Javier Lasso Mendoza, y al secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, a quien le solicitó «que la presente nota sea distribuida como documento de la Asamblea General bajo el tema 44 del programa referido a la Cuestión de las Islas Malvinas».
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