Un trabajador que gane un sueldo promedio deberá destinarlos íntegramente durante 6 años y 8 meses. 20 años atrás hacían falta 45 salarios y el año pasado alcanzaba con 75. La suba de precios disparó los costos.
Con excepción de quienes pertenecen a sectores privilegiados, para la mayoría siempre fue difícil acceder a la casa propia y en la actualidad, construir una vivienda de 100 m2 se lleva 82 sueldos, aproximadamente. En rigor, serían 6 años y 8 meses de esfuerzo de trabajo destinando a pagar sólo la casa, sin tener en cuenta el terreno.
El número fue calculado por el economista Rodrigo González en base al valor de construcción del metro cuadrado que realiza trimestralmente el Colegio de Arquitectos de Mendoza y que hoy es de $ 7.252.
En la provincia, según el Indec, el salario promedio de bolsillo del sector privado es de 8.880 pesos. La cuenta -que no incorpora el valor del terreno- se realizó en base a dicha cifra con el objetivo de homogeneizar el número y evitar la disparidad de precios inmobiliarios en las distintas zonas de Mendoza.
Según el cálculo realizado en relación a las mismas variables, hace un año se requerían 75 sueldos para construir la misma cantidad de metros. Sin embargo, desde el primer trimestre de 2011, la cantidad de remuneraciones destinadas a levantar 100 m2 se mantiene relativamente estable en cerca de 80.
A grosso modo y con menor cantidad de metros cuadrados -entre 60 y 65- el presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) en Mendoza, Jorge Sanchís, calculó que si una familia suma alrededor de $ 15.000 de ingresos puede comprar una casa aportando casi cinco años o 57 meses de, en este caso, prácticamente dos salarios promedio, a un valor estándar de $ 850.000 la vivienda.
Con respecto al costo de los terrenos, Miguel Astorga, presidente del Colegio de Corredores Inmobiliarios, señaló que un lote de 200 metros puede valer entre 300 pesos y 600 pesos el metro, dependiendo de la ubicación.
“Históricamente fue difícil acceder a nuestra primera vivienda aunque antes se necesitaban una menor cantidad de sueldos”, explicó Astorga quien, durante mucho tiempo, trabajó en el desaparecido banco de Previsión Social.
Este profesional agregó que hace 20 años eran necesarios alrededor de 45 sueldos para comprar una casa y que ese número pasó a 60 para, en la actualidad, ser de 80. Según su visión, la situación se agravó especialmente cuando la inflación comenzó a ser de dos dígitos.
El economista señaló que la construcción se ve afectada directamente por la inflación mientras que los precios del mercado inmobiliario, en general, se ven influidos por una infinidad de otras variables entre las que se destaca el valor de dólar. “El hecho de que la inflación le gane al salario tiene distintas consecuencias sociales; entre ellas la inclusión a la vivienda está cada vez más lejos”, precisó González.
Coincidió con Astorga en que en los ’90 se precisaba una menor cantidad de sueldos para llegar a la vivienda; recordó que -con el alto desempleo existente entonces- también eran pocos los que podían acceder a la casa. Así, el costo de la construcción era más barato pero sólo para los que tenían trabajo, por lo que el acceso también era excluyente.
“Sucede que en aquella época había un dólar ficticio y los precios estaban planchados”, subrayó Astorga quien también aseguró que la recesión de final de década fue crucial para deprimir los precios de los inmuebles y que la situación, pasada la crisis (2003), le dio bríos al el mercado que luego fue perdiendo con la suba de precios y el cepo cambiario.
En la actualidad, el sector de propiedades valúa -en promedio- una vivienda estándar en $ 7.260 el metro2 mientras que en las categorías superiores ese costo es de $ 9.500 y puede alcanzar los $ 15.000 en el sector más top o ABC1. Una casa por administración, del IPV, puede rondar los $ 7.000 el metro cuadrado, según Astorga.
En tanto, la CAC valúa el metro cuadrado de construcción en $ 9.000 aunque los empresarios entienden que las obras de viviendas se hacen en general con trabajo informal, lo que puede abaratar los costos más de un 30%.
Superficies más chicas
En la actualidad, en medio de un contexto recesivo y con la existencia de un cepo cambiario que complica las operaciones inmobiliarias -que en la Argentina se apoyan en el valor del dólar- el precio de las propiedades está amesetado.
El mercado también. Aunque no aumentan, tampoco bajan y prácticamente no se venden. Según Astorga, una casa de barrio de unos 80 metros2 con 20 años de antigüedad, tiene un valor promedio de 750.000 pesos.
La dificultad para acceder a la casa propia y cierta incertidumbre a la hora de invertir provocó un achique del mercado lo que implicó que ya no se construyeran casas grandes -con excepción, claro, de barrios privados y zonas privilegiadas- sino que se hagan departamentos o dúplex de uno o dos dormitorios que no sólo son más fáciles de alquilar sino también más rentables a la hora de cuantificar el espacio disponible.
A pesar de esto, desde el sector inmobiliario señalan que en los últimos dos años ha bajado la construcción de este tipo de propiedades lo que ha incidido en una importante baja de la oferta para alquileres con el consiguiente incremento en los valores de renta.
Por otra parte, en el contexto del déficit habitacional que tiene la provincia, señalan que escasean las casas relativamente chicas para que dos personas, en especial las mayores que se han quedado solas, puedan vivir cómodas.
Sin acceso al crédito
Por estos días, las personas que ganan un salario promedio prácticamente no tienen manera de acceder a la casa propia si no es a través del plan de viviendas promovido por el Estado nacional, Procrear, que ofrece créditos de hasta $ 645.000 para compra de terreno y construcción con tasas fijas que van desde el 2% al 14% anual y variables que oscilan entre el 4% y el 18%.
Aunque los entendidos destacan que lo que otorga este préstamo no alcanza para construir toda la vivienda, admiten que es una “ayuda muy importante” y, por estos días, prácticamente el único crédito hipotecario existente para clase media.
“Los bancos tienen tasas prohibitivas para este tipo de préstamos y piden requisitos altísimos para conseguirlos”, admitió Jorge Sanchís, presidente de la Cámara de la Construcción, filial Mendoza.
El economista Rodrigo González explicó que hoy el mercado local no ofrece créditos para vivienda a 20 años con tasas fijas del 7%, como sucede en otras economías de América Latina como Chile y Uruguay.
Fuente: http://www.losandes.com.ar/article/hay-que-invertir-82-salarios-para-construir-una-casa-de-100-m2
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