El último eslabón con los radicales se cortó cuando Julio Cobos les confesó a Binner y a Stolbizer (por separado) que no estaba dispuesta a “romper por segunda vez” con sus correligionarios. Y tras estimar que los dos tercios de la Convención partidaria votará en marzo otra alianza (con Sergio Massa y/o Mauricio Macri), el mendocino les propuso meterse en esas PASO con la fórmula Cobos-Binner.

El socialista le reiteró que sólo aceptaría bajo el paraguas de UNEN. Stolbizer coincidió. Y le vaticinó un futuro poco promisorio en una interna con Macri, sin acompañamiento de los propios radicales.

Ahora, Binner arma una nueva mesa de campaña, con socialistas, el GEN y Libres del Sur, a razón de seis referentes por fuerza. Ya sabe que la escasa estructura en la que se respalda le depara un futuro de candidato testimonial. Pero lo que más lo desvela por estas horas es el riesgo de una derrota en las elecciones a gobernador en su bastión santafesino a manos del macrista Miguel del Sel. Para complicar más su estrategia, la elección provincial es el 14 de junio, cuanto días después del plazo para anotar alianzas a nivel nacional y apenas seis días antes del cierre de candidaturas.

Otro dilema para el ex gobernador es que su imagen aparece estancada, mientras crece la de su socia excluyente. Stolbizer aún no decidió un plan B en caso de defección de Binner. Hasta tiene que soportar presiones de su tropa para ir con el PRO, que le ofrece ir de candidata a gobernadora bonaerense. “Sólo si se desbarranca el país”, le confesó la diputada ayer a Clarín.