Miles de personas se movilizaron anoche a Plaza de Mayo para reclamar por el rápido esclarecimiento de la muerte; lo mismo ocurrió frente a la quinta presidencial de Olivos; también hubo concentraciones en Tucumán, Mendoza y Rosario
Con la Plaza de Mayo y la quinta presidencial de Olivos como centros, miles de personas salieron a calles ayer en distintas ciudades del país para reclamar el rápido esclarecimiento de la muerte del fiscal Alberto Nisman.
English version of prosecutor Nisman’s death
Con duros cuestionamientos al gobierno nacional, lentamente, desde las 19.30, decenas de grupos de personas comenzaron a llegar a la histórica plaza. «Yo soy Nisman»; «Todos somos Nisman. Pedir justicia es defender la democracia», «Basta de mentiras», fueron algunas de las consignas que escribieron los manifestantes en carteles.
Una hora más tarde, la plaza se pobló de gente. Entre la multitud -que se congregó a través de las redes sociales y amplificadas por los medios de comunicación- que cantó el Himno Nacional, Guillermina Sutter-Schneider explicó a LA NACION los motivos por los que se sumó a la marcha. «No puedo creer que estén atropellando a la república así. Vine por las futuras generaciones. A este tipo [por Nisman] lo mataron, lo llevaron al suicidio. Y el Gobierno lo debería haber protegido», dijo Guillermina, de 28 años.
Con la llegada de la noche también aparecieron algunos incidentes. Varios jóvenes intentaron pasar las vallas que dividen la Plaza de Mayo, pero la policía lo evitó. Primero, con un cordón de uniformados, pero ante la insistencia de los manifestantes la policía disparó gases lacrimógenos para disuadirlos.
«Vine por cierta dosis de miedo. Es lo más grave que pasó desde 1989 hasta la fecha. Pero igual no creo que sirva para algo. Tener que manifestarse así es el fracaso de la política», dijo Alejandro Bongiovanni.
Para Luisa Morgan, la muerte del fiscal Nisman se trató de un «asesinato». La abogada, de 25 años, agregó: «Estoy muy enojada y dolida por la muerte de Nisman y lo que eso significa. Yo quiero vivir acá, y quiero un país justo para mis hijos. Esta situación me da bronca e impotencia. Creo que fue un suicidio inducido, no importa quién tire del gatillo».
Cerca de las 23 aún quedaban cientos de personas que expresaban su repudio. En el momento de mayor concentración hubo unas 20.000 personas.
En Olivos, en tanto, fueron cerca de 10.000 las personas que llegaron hasta la residencia que ocupa la presidenta Cristina Kirchner. Gente de todas las edades, familias enteras y muchos jóvenes colmaron la avenida Maipú.
Al grito de «¡Ar-gen-ti-na!» y «¡A-se-si-nos!» los manifestantes se hicieron escuchar en la puerta de la residencia presidencial.
Además, hubo aplausos, silbidos y golpes de cacerolas. Al igual que en la Plaza de Mayo, abundaron los carteles con referencias al fiscal muerto. «Yo soy Nisman», «No tenemos miedo», «Bassssta» y «Somos todos Nisman» fueron algunas de las consignas más repetidas.
«Siento indignación por tanta corrupción, por tanta injusticia», dijo Nair Fillol, de 33 años, peluquera, que por primera vez asistió a una marcha. Y lo hizo con su hija.
«Hoy explotó una bomba más en el país», dijo a LA NACION Viviana. Abogada de profesión, Viviana prefirió no dar su apellido por medio a represalias. «Trabajo en el Gobierno, pero estoy acá», agregó.
Los manifestantes armaron una especie de santuario con velas y carteles en los muros periféricos de la quinta presidencial.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1761519-todos-somos-nisman-un-grito-multitudinario
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