El fiscal que acusó a la presidenta de encubrir a Irán en un atentado iba a declarar este lunes. La investigación no descarta «algún tipo de inducción o instigación al suicidio»
El fiscal argentino Alberto Nisman. / Natacha Pisarenko (ap)
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Tras la muerte del fiscal Alberto Nisman, que acusó el miércoles a la presidenta argentina de encubrir a terroristas fugitivos residentes en Irán, Cristina Fernández imprimió un giro de transparencia en la política de su Gobierno. Y autorizó levantar el secreto que pesa sobre la identidad de los cuatro espías que aparecen en las escuchas de Nisman contra Fernández. También ha dado permiso para que se abra «todo otro material, archivo e información de inteligencia» vinculado a la investigación del atentado a la AMIA. Mientras tanto, los primeros informes forenses conocidos revelan que en la muerte de Nisman, que falleció por un disparo en la sien, «no hubo intervención de terceras personas», según informó Viviana Fein, la fiscal a cargo de la investigación. Es decir, los primeros exámenes apuntan al suicidio, que se habría producido entre las 14:00 y las 15:00 del domingo.
Fein emitió un comunicado donde apuntó también que se encuentra a la espera de los resultados de un «cúmulo» de pruebas para poder «descartar cualquier otra hipótesis». «Se va a investigar si hubo algún tipo de inducción o instigación al suicidio a través de amenazas, ya sea a través de llamados o mensajes de texto. Se ha secuestrado muchísimo material», añadió Fein en declaraciones a un programa de radio. «Se podría hablar de un suicidio, el cuerpo no fue golpeado ni sometido a maltrato, no descarto una instigación. No decimos que esté resuelta la causa», afirmó Fein, quien aclaró que aún falta el examen toxicológico del cuerpo. «La causa está caratulada como muerte dudosa», zanjó.
Pasadas las ocho de la noche en Argentina, la presidenta Cristina Fernández rompió el silencio que había mantenido desde el miércoles sobre las acusaciones del fiscal y difundió en Facebook una carta de 2000 palabras titulada: «AMIA. Otra vez: tragedia, confusión, mentira e interrogantes». Además de recordar vivencias personales, Fernández aludió al oportunismo de la denuncia del fiscal, que coincidió en el tiempo con la conmoción que causaron en el mundo los atentados de París. Fernández se pregunta quién «ordenó» a Nisman interrumpir sus vacaciones en España y presentar una denuncia de 350 folios -«¿su escrito?»-, que tal vez «debía tener preparadas con anterioridad» o «tal vez alguien se las dio cuando volvió». A continuación reproducimos un extracto de la carta:
¿Quién fue el que ordenó volver al país al Fiscal Nisman el día 12 de Enero, dejando inclusive a su pequeña hija sola en el aeropuerto de Barajas, interrumpiendo vacaciones familiares y licencia en el trabajo que habían comenzado el 1ro de Enero y debían finalizar más allá del 20?
¿Quién puede creer que alguien que tenía tan grave denuncia institucional contra la Presidenta, su Canciller, que profesa la Fe Judía y es Judío, o contra el Secretario General de una organización juvenil [Andrés Larroque, secretario general de La Cámpora] que cuando ocurrió el atentado estaba en 5to año del secundario, se fue de vacaciones y de repente las interrumpe y en plena feria judicial, sin avisarle al Juez de la causa presenta una denuncia de 350 fojas que evidentemente debía tener preparadas con anterioridad?
¿O será que alguien se las dio cuando volvió? Que por una de esas raras casualidades es al día siguiente de la marcha en Francia por los actos terroristas en París.
¿Es casualidad también que ese mismo día 12, que el fiscal regresa imprevistamente al País, que el diario Clarín titula: «Más de 4 millones de pie contra el terror en Francia»?
¿Es casualidad que al día siguiente, martes 13, y casi secuencialmente el mismo diario titule en su tapa: “Timerman recibió orden de no asistir a la gran marcha en París”? Desmentida por la presencia del Canciller y nuestra Embajadora en la marcha.
¿Es casualidad que el miércoles 14 el fiscal presenta ¿su? escrito de 350 páginas sin avisarle al Juez Canicoba Corral, Juez de la causa principal, y directamente las remita al Juez Lijo? Sí, el mismo que sobreseyó a Corach por encubrimiento.
¿Es casualidad que la 3ra tapa secuencial de Clarín sea precisamente este hecho? «AMIA: Acusan a Cristina de encubrimiento a Irán».
¿Cómo pueden decir que el fiscal volvió porque temía que la Procuradora Fiscal lo removiera de su cargo si el propio Nisman admitió, nada más ni nada menos que en TN (el cable del monopolio y feroz detractor de la Procuración), que la Dra. Gils Carbó lo llamo para ofrecerle más protección y si necesitaba más custodia.
Como decía al principio: interrogantes que el Poder Judicial DEBE investigar, como también el hecho que sea un empleado de la fiscalía el que le suministra el día sábado el arma calibre 22 que le provoca la muerte. ¿Para defensa? ¿Un arma calibre 22? Cuando el fiscal vivía en la Torre Le Parc de Puerto Madero, con sistemas de vigilancia inteligentes, con códigos de ingreso, monitoreo de cámaras y custodia constante de Prefectura, y contaba además con custodia propia de 10 agentes de la Policía Federal.
Hoy más que nunca, no se debe permitir que una vez más se intente hacer con el juicio de encubrimiento lo que ya se hizo con la causa principal. Porque se descubrirá a los autores del atentado cuando se sepa quiénes los encubrieron. Porque los delitos no tienen razones, sólo tienen móviles, y en Argentina todavía debemos explicar lo más obvio y simple.
Creo que los argentinos nos merecemos no ser tan subestimados en nuestra inteligencia y mucho menos cuando 85 víctimas y sus familiares todavía esperan justicia después de 21 años.
Pasadas las nueve y media de la noche, en varios puntos del país como Salta, Mendoza o el barrio porteño de Puerto Madero, donde falleció Nisman, decenas de personas convocadas a través de redes sociales expresaron su malestar con cacerolas.
El fiscal tenía previsto comparecer este lunes ante la Comisión de Legislación Penal en la Cámara de Diputados, a petición de varios grupos opositores, para exponer los términos de su denuncia contra la presidenta de Argentinay otros colaboradores.
«Entre hoy y mañana llegarán los resultados del estudio microscópico de barrido electrónico practicado sobre las muestras tomadas de las manos del fiscal Nisman. Con este resultado, se determinará la existencia o no de restos residuales de pólvora», informó Fein antes en el comunicado difundido en la página web de la Fiscalía argentina.
En paralelo, el juez argentino Ariel Lijo ordenó medidas urgentes para preservar las pruebas que acumuló el fiscal contra la presidenta Cristina Fernández, a la que el funcionario acusó de “fabricar la inocencia” de los terroristas responsables del ataque.
La bala entró por el parietal derecho de Nisman, dos centímetros por encima de su oreja, y no llegó a salir de la cabeza. «El plomo que extrajeron los forenses de la cabeza de Nisman durante la autopsia se corresponde en un 99% al arma secuestrada en la escena del hecho», ha asegurado una fuente judicial a la agencia Télam.
La fiscal Fein trata ahora de determinar la propiedad de la pistola. De acuerdo con el Registro Nacional de Armas (Renar), Nisman tenía dos armas a su nombre, pero no se sabe si la hallada junto al cadáver es una de ellas. La prensa argentina informa de que Nisman habría pedido a un amigo suyo que le dejara esta pistola por cuestiones de seguridad. Fein ha llamado a declarar a este testigo para escuchar su relato en las próximas horas.
La Policía Federal analiza además el teléfono móvil del fiscal fallecido para conocer cuáles fueron sus últimas comunicaciones antes de morir.
El cadáver de Nisman fue encontrado en el baño de su casa de Buenos Aires. La puerta de la vivienda estaba cerrada con llave por dentro y los diarios del domingo estaban sin recoger. Nisman, de 51 años, tenía previsto comparecer este lunes ante la Comisión de Legislación Penal en la Cámara de Diputados, a petición de varios grupos opositores, para exponer los términos de su denuncia contra la presidenta de Argentina y otros colaboradores. El fiscal había acusado el pasado miércoles a Cristina Fernández de “decidir, negociar y organizar la impunidad de los prófugos iraníes en la causa Amia”, la investigación judicial sobre el atentado.
Alberto Nisman, divorciado y con dos hijas, fue designado por el presidente Néstor Kirchner (2003-2007) para investigar de forma exclusiva el atentado contra la AMIA. Era el fiscal especial de la causa Amia, ésa era su función exclusiva desde 2004. Y gozaba de excelente relación con el Gobierno. Hasta que Cristina Fernández firmó en enero de 2013 un acuerdo con Irán para aclarar el atentado de 1994. El acuerdo se gestó sin el conocimiento de Nisman. Y una vez hecho público, el fiscal siempre manifestó su oposición.
Nisman basó su denuncia contra Fernández, sobre todo, en escuchas telefónicas. Disponía de un informe de 300 páginas que no había hecho público porque ofrecía nombres de los servicios de inteligencia que debían mantenerse secretos. No obstante, en el resumen de su denuncia acusaba a la presidenta de crear una trama diplomática paralela para negociar con Irán impunidad a cambio de petróleo. El 5 de octubre de 2006 Nisman acusó formalmente a Irán de ser el autor intelectual del atentado y a la agrupación Hezbolá de ejecutarlo. Solicitó una orden de captura contra cinco iraníes y un libanés. La supuesta negociación entre Fernández e Irán se materializó, según Nisman, en el principio de acuerdo que firmaron Irán y Argentina en enero de 2013 y que aún no ha sido ratificado por Teherán.
Precisamente para proteger esas pruebas, el juez federal argentino Ariel Lijo dispuso hoy lunes medidas urgentes. Lijo, que interrumpió hoy sus vacaciones para hacerse cargo del caso, envió personal a la sede de la Unidad Fiscal de Investigaciones del atentado a la AMIA para «incautar y asegurar todos los discos compactos donde están grabadas las intervenciones telefónicas y toda la documentación detallada en la denuncia», indicó el Centro de Información Judicial (CIJ) en su página web. Lijo, el mismo juez que dirige la investigación sobre el vicepresidente, Amado Boudou, por un caso de corrupción, será quien determine en el futuro si Nisman disponía de suficientes pruebas como para interrogar a Cristina Fernández, tal como solicitó el fiscal.
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