El 92 por ciento de las personas en lista de espera para adoptar optan por bebés, en detrimento de chicos, adolescentes, grupos de hermanos o con patologías, por lo que es necesario cambiar la mentalidad para que se comprenda que la finalidad de la adopción «es resolver la situación de un niño y no la de un adulto», dijo un funcionario.
«El derecho a tener una familia es un derecho de los niños, niñas y adolescentes”, dijo a Infojus Noticias Gustavo Herrero, director del Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
El organismo se creó en 2004 y concentra los datos de aspirantes a guarda en veinte provincias y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y espera la adhesión de Santiago del Estero, Formosa y Catamarca, las tres jurisdicciones faltantes.
«De los casi 7.000 postulantes que tenemos inscriptos, 6.500 quieren un bebé. Y si hubiera 6.500 bebés para otorgar en adopción en este momento en el país estaríamos en una situación más que crítica», explicó el funcionario.
Los datos muestran que «para un grupo importante de niños es difícil conseguir familia. Esta posibilidad se reduce mucho a partir de los 6 años, a partir de los 10 es mínima y en los adolescentes es prácticamente cero. Lo mismo ocurre cuando hay grupos de hermanos y también es complicado encontrar postulantes para chicos con alguna patología», agregó.
Herrero detalló cómo se acompaña desde el Estado a las parejas que optan por adoptar adolescentes, niños con patologías o grupos de hermanos «para garantizar un proceso transparente y ágil».
A la vez, el director reconoció que «existen» bandas delictivas que lucran con la adopción, pero «es muy difícil detectarlas y neutralizarlas, porque en muchos casos tienen apoyo y anclaje en instituciones públicas. Son situaciones encubiertas».
Para él «la persecución penal debería ir fuertemente a los intermediarios y también con los funcionarios, ya sean judiciales o de las áreas de niñez que permiten, facilitan o alientan este tipo de prácticas».
Sobre los cambios surgidos a partir del nuevo Código Civil recordó que «lo que exige es que las familias que quieren adoptar estén en un registro, no habla de la inscripción en el registro único».
En relación a la adopción «sigue la idea de que es una solución para aquellas personas que no pueden tener hijos biológicos. Y está el mito de que los Hogares están llenos de niños para ser dados en adopción y que alguien los retiene, cuando en realidad se está trabajando para re vincularlos con sus familias de origen», añadió el profesional.
«Desde algunos lugares vinculados a la niñez también se promueve que la gente se acerque y que empiecen a vincularse con los niños, y eso está terminante prohibido por la ley, y mucho más con la vigencia del nuevo Código Civil y Comercial», enfatizó.
Además, el nuevo Código «elimina el contractualismo, sin importar si es oneroso o gratuito. Es necesario que no se alimente o facilite la llegada a la adopción, por ejemplo, avalando entregas directas que luego se transforman en guardas pre adoptivas».
Por eso, la justicia «debe dar señalas claras y alejar al niño de ese núcleo y no hay que temer en cuánto a qué efecto puede tener en el niño esa separación. Lo que hay que temer es qué efecto puede producir en el niño, a futuro, ese inicio viciado de vínculo con la familia».
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