El vino se lo robaron la noche de Navidad del restaurante French Laundry, que tiene tres estrellas en la guía Michelin y ha sido nombrado dos veces entre los mejores del mundo por la revista Restaurant Magazine.

El capitán Doug Pike, de la policía del condado Napa, dice que no está claro cómo las 76 botellas de vino caro terminaron en Greensboro, Carolina del Norte, reportó el Santa Rosa Press Democrat (http://bit.ly/1EBrXkQ). No ha habido arrestos y no fue posible contactar de inmediato el viernes a las autoridades de la policía de Greensboro.

Entre el vino robado había un Domaine de la Romanée-Conti, del que una botella puede llegar a costar 10.000 dólares. Los dueños de bodegas usan tecnología láser y digital en el corcho y cápsulas para reducir los casos de falsificación y robo. Una lista de vinos en internet indica que las botellas se venden por entre 3.250 y 7.950 dólares en el restaurante. También se robaron botellas de la bodega Screaming Eagle, entre los más solicitados de los vinos estadounidenses.

El lunes, tras una investigación de casi un mes, análisis de pruebas y numerosas entrevistas, detectives del Valla del Napa viajaron a Greensboro a recuperar la mayor parte del vino robado. La investigación sigue su curso.

La policía trabajará con autoridades estatales y federales en el caso, dijo Pike, quien declinó ofrecer más información.

El robo ocurrió en el famoso restaurante del chef Thomas Keller, conocido por servir dos veces al día menús para probar de nueve tiempos, en que ninguno repite el mismo ingrediente. El restaurante había cerrado un día antes para una remodelación que demorará seis meses.