Las bodegas avanzan en un acuerdo con el Gobierno, para lograr una nueva prórroga a la exención del impuesto al champagne, a cambio de inversiones, medida que rige desde 2005, renovada anualmente, con vencimiento el 31 de enero.
En estos días terminan de definir ciertas cuestiones técnicas para que el Ministerio de Economía apruebe un nuevo acuerdo y así, antes de fin de mes, la presidenta Cristina Fernández firme el decreto de exención.
Hasta 2005, la venta de espumantes tributaba un impuesto de 12,7% por ser considerado un bien de consumo suntuario. Pero, en febrero de ese año, las bodegas acordaron con el entonces presidente Néstor Kirchner invertir el dinero que deberían pagar por ese tributo más un 25% extra en mejoras en bodegas y viñedos, a cambio de la exención, a fin de impulsar las ventas de espumantes y mejorar la calidad.
Al principio, la excepción regía por dos años, pero luego se renovó anualmente. Desde Bodegas de Argentina, la entidad que negocia con sus socios el acuerdo, aseguraron que el Gobierno tiene «buena predisposición» para firmarlo en el curso de este mes.
«Estamos trabajando con Agricultura para que se prorrogue, la intención es que salga lo antes posible. A principios de diciembre, la presidenta (Cristina Fernández), el ministro de Economía (Axel Kicillof) y el jefe de Gabinete (Jorge Capitanich) dieron buenas señales, en una reunión, de que la prórroga se firmaría», aseguró Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina. «No tenemos muchas diferencias con el Gobierno, las condiciones son las mismas de siempre.
El único problema es que la situación del sector no es la misma hoy que hace 10 años, cuando se firmó por primera vez. Las bodegas garantes de la inversión viven situaciones complicadas, por eso estamos terminando de definir ciertas cuestiones», agregó Pina.
Las inversiones son auditadas por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) y las mayores productoras de espumantes son «garantes» del cumplimiento del acuerdo, como Chandon, Pernod Ricard (Mumm), J. LLorente & Cia (Toso y Federico de Alvear), Nieto Senetiner, Norton y Dante Robino, entre otras.
«Este año, la inversión que deberían concretar las bodegas, de firmarse el acuerdo, ascendería a entre $ 350 millones y $ 400 millones», precisó Pina. Hasta 2012, la exención dio buenos resultados, con alzas anuales en venta de champagne. Entre enero y noviembre de 2014, la venta fue similar a 2013, en un contexto donde el consumo de vino se redujo 4%.
Este año, las bodegas estuvieron a punto de lograr un acuerdo definitivo, ya que en el Senado prosperó un proyecto de ley que equiparaba al champagne con el resto de los vinos. Así, en los hechos, quedaba fuera del impuesto al consumo suntuario. Pero tras recibir media sanción en el Senado no se trató en Diputados por cuestiones «técnicas», ya que aducían que por tratarse de la modificación de un impuesto el proyecto debía surgir de la Cámara Baja. «La idea es que la ley salga este año», dijo Pina.