Unas 10 o 12 personas en promedio mueren ahogadas cada año en canales, diques, acequias y piletas. Según el Programa Provincial de Prevención de Accidentes, esta cifra se mantiene desde el año 2000 y afirmaron las tragedias son producto de una combinación de falta de respeto hacia las normas y descuido de los adultos, por lo que son evitables. La mayoría de las víctimas son varones y menores de 5 años o su edad oscila entre 12 y 15 años.
La llegada de las altas temperaturas estivales en la provincia marca también la aparición de las muertes por asfixia por inmersión. Sin ir más lejos, el jueves pasado un joven de 15 años perdió la vida tras arrojarse o caer en el canal Cacique Guaymallén. Pero este adolescente no es la única víctima ya que, solamente en diez días, se produjeron cuatro accidentes de este tipo, el último de ellos ayer.
Uno de estos ocurrió el pasado viernes 10 de octubre cuando una niña de 2 años falleció tras caerse a un canal en Barrancas, Maipú. Según informaron fuentes policiales, la nena se encontraba jugando en el patio de su casa y ante el descuido de sus padres cayó a un canal que se encuentra a pocos metros del lugar.
El segundo caso tuvo lugar el 18 de octubre. Un hombre de 41 años estaba disfrutando del día junto con su familia en el Parque Chachingo, de Cruz de Piedra, Maipú, cuando cayó al canal San Martín. Fue arrastrado 150 metros aproximadamente por la corriente y fue encontrado sin vida.
Apenas tres días después, un hombre de 50 años corrió la misma suerte en Junín: cayó a un canal y fue arrastrado por más de un kilómetro.
«Existe una prohibición, hay señalizaciones que indican las zonas donde no hay que bañarse pero el problema es que no se respetan estas normas y, si se analiza detenidamente, podemos ver que son muertes evitables. En Mendoza, mueren alrededor de 10 y 12 personas por asfixia por inmersión por año y es preocupante porque suceden por distracción, negligencia y descuido», explicó Laura Caram, titular del Programa Provincial de Prevención de Accidentes, sobre las muertes que comienzan a registrarse en octubre y se producen hasta febrero.