El 35 por ciento de los alumnos de primer año de las escuelas secundarias estatales desaprueba los exámenes trimestrales, según un informe que la Dirección General de Escuelas (DGE) al que El Sol Online tuvo acceso este jueves. Los datos son de la primera y segunda instancia desde el 2012 hasta este 2014. Se trabajó sobre una matrícula de 66.569 alumnos hasta el 30 de abril de este año.
Asimismo, los estudiantes de segundo año no distan demasiado de sus compañeros del año anterior porque 33 por ciento de ellos también fracasa y muy cerca quedan los adolescentes que ocupan las aulas de tercer año, allí desaprueba 32 por ciento. Recién en cuarto año, las notas comienzan a elevarse hasta registrar 25 por ciento de reprobados y 20 por ciento en quinto.
Dicho comparativo se realiza sobre las materias básicas y que son las que terminan con notas en rojo, tales como: Matemática, Lengua, Ciencias Sociales, Ciencias Naturales y Lengua Extranjera. A partir de tercer año, cuando los chicos experimentan las denominadas Orientaciones dentro de la escuela, a las asignaturas señaladas se suman Historia, Física, Química, Geografía, Sistema de Información Contable y Formación Ética y Ciudadana.
¿Qué pasa en primer año?
«Nos preocupa lo que pasa especialmente en primer año», reconoció la directora de Educación Secundaria, Mariana Gómez Centurión, al hablar de que el Ciclo Básico es el que «tiene la menor cantidad de aprobados».
La funcionaria analizó que el cambio que se genera al pasar de la educación primaria a la secundaria es la piedra angular de los resultados que, luego, se evidencian en los exámenes trimestrales.»Estamos trabajando con docentes y supervisores este tema. Lo que queremos es hacerlo casi como un contenido de enseñanza para disminuir el impacto», explicó.
En este marco, Gómez Centurión aseguró que a los chicos hay que enseñarles el traspaso de modelo de escuela teniendo en cuenta que «el Ciclo Básico fue siempre el más problemático por el cambio psicológico y porque pasan de tener una o dos maestras a varios profesores con una visión más disciplinar».
Entre otros puntos que originan los bajos resultados se encuentra también el código de convivencia con sus modificaciones para «apuntar a la reparación más que a la sanción». Además, la directora destacó que la llegada a la secundaria es formar parte de una estructura «más cerrada, formal y distante de lo cotidiano en comparación con la primaria donde se mantiene la cultura maternalista».
¿Sirven los trimestrales?
La funcionaria dijo que no son los trimestrales la causa del fracaso de los alumnos, por tanto considera como algo poco probable la idea de eliminarlos del sistema porque son «instancias integradoras valiosas» que le permite a cada profesor saber cómo su alumnado asumió los contenidos y si fueron integrados en tiempo y forma.
«No hay que demonizar al trimestral que ya viene con mala prensa», dijo, aún reconociendo que ese pensamiento negativo se da fundamentalmente dentro de las propias escuelas. Sin embargo, comentó que la segunda instancia que es aquella que termina en el mes de septiembre presenta ciertas dificultades y que se relacionan con la época del año. Se interrumpe el ciclo lectivo por las vacaciones de invierno y por la baja de interés de docentes y alumnos que aparece en junio, momento en el que también reaparecen las «licencias».
«Esto no es bueno, hay un desgano porque están pendientes del comienzo de las vacaciones. Así funciona su lógica, el problema es cómo retomar tras el receso, no es una cuestión menor este análisis, hay que pensarlo», dijo Centurión.
El desafío de lo digital
Los docentes han incorporado cambios en la forma de evaluar a los estudiantes a fin de evitar el fracaso, según consignaron a este medio en una nota anterior, decisión con la que se manifestó a favor la propia directora general de Escuelas, María Inés Abrile de Vollmer. Así, la pata que está faltando pero algunos ya empezaron a descubrir tiene relación directa con las redes sociales.
«Hoy los chicos tienen un cerebro preparado para recibir información en forma simultánea y no es un justificativo», dijo Gómez Centurión que destacó este desafío como «la clave y lo fundamental para que los chicos aprendan de diferentes formas».
En este aspecto, hizo hincapié en el esfuerzo de los educadores para romper las barreras y llegar a las nuevas tecnologías como espacio especial para enseñar y presentar los conocimientos integrados. A esto, hay que sumarle la psicología del adolescente de esta época que no es un simple receptor «sino que es cuestionador y que quiere saber por qué y para qué le enseñan lo que debe aprender».
La directora de secundaria comentó que el proceso de lo tradicional a lo tecnológico se realizó a nivel de la enseñanza y aprendizaje pero no de la evaluación: «Si se presenta una propuesta donde el chico buscó e investigó y después se le da una prueba de preguntas y respuestas, viene el fracaso».
Qué dicen profesores y alumnos
Para el profesor de Economía Mario López, que se desempeña en los establecimientos Borghi y Nieves del Aconcagua, «el problema no es puntual con una materia, ya que los alumnos desaprueban tanto Economía como Lengua y Matemática. Lo que hoy quiere hacer la DGE es tapar el proceso de degradación que viene desarrollándose desde 1990», recalcó. El docente, con 26 años de experiencia, aseguró que hacer un práctico sencillo para un trimestral implica «facilitarle a los chicos el proceso de aprobación y no los ayuda a aprender», enfatizó.
Los alumnos también tienen su mirada sobre el tema y explicaron cómo viven los trimestales. Florencia, alumna de primer año de una escuela de Ciudad, aseguró que le va mal en todos los trimestrales, que le cuesta afrontar los textos. «También muchas materias me generan desinterés», aseguró.
Para Pablo, de un colegio de Las Heras, «es muy difícil sentarse por más de una hora a estudiar». El adolescente, que cursa primero de secundaria, explicó que muchas veces no sabe cómo abordar un texto. «Marco las ideas principales con rojo, las estudio de memoria, pero después me olvido y me ha ido mal en Historia y Geografía», recalcó.
Existe un quiebre
Parte del fracaso evaluativo de los alumnos de los primeros años tiene íntima relación con la falta de articulación con la primaria. «Hay un quiebre, es cierto», ratificó Gómez Centurión, que tampoco se olvidó de los docentes al señalar que en su momento «consideraban su materia desde lo que el chico debía traer como convenio previo».
No obstante, adelantó que «estamos construyendo los puentes» para achicar la brecha entre los niveles educativos, vivencia por la que también atraviesa el joven que al salir de la secundaria enfrenta el desafío de seguir una estudiando en la facultad pero que, en algunos casos, se frustra en los preuniversitarios», destacó.
Fuente: El Sol – http://www.elsol.com.ar/nota/218352/provincia/trimestrales-desaprueba-35-de-los-chicos-de-primer-ano.html
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