Según un estudio, las pretensiones salariales de los aspirantes a empleos se aceleraron en el último año. La puja anticipa el posible escenario con el que se encontrarán las empresas frente a las paritarias de 2015.
Según un informe de Postularse.com, portal de búsquedas de personal, la variación de la pretensión salarial neta entre agosto de 2013 y el mismo mes de este año indica un crecimiento promedio del 68% total país, lo que equivale a $ 7.140 para un empleado administrativo, un puesto común en todas las empresas.
La muestra se realizó sobre la base de 80.000 usuarios registrados en la plataforma de distintos puntos del país.
«Los postulantes fijan su pretensión salarial neta de bolsillo en un valor que les permita asegurar un nivel de vida similar al que venían teniendo hasta el año pasado, cuando todavía no se habían disparado los precios debido a la inflación», explica Gastón Kovalenko, CEO de Postularse.com, en diálogo con Ámbito Biz.
Y agrega: «Lo que se observa es que los empleados se van en busca de mejores condiciones. Hoy el ajuste salarial de las empresas en estos puestos apenas llega a cubrir una porción de la inflación anual, con lo cual para mejorar las condiciones estos empleados saltan de una empresa a otra generando rotación y movimiento». Aporta que en los últimos meses «creció fuertemente la búsqueda de empleo» con una tasa que según sus registros es mayor al 50% en relación con el primer tercio del año.
Según este estudio, la pretensión salarial de los postulantes creció un 68% en Capital y GBA, un 69% en Tucumán y Santa Fe; en Mendoza, el 71%, mientras en el sur del país (Río Negro, Chubut y Neuquén) es aún mayor, con un 107%. En tanto, en Córdoba es del 78%, para puestos de empleado administrativo con un nivel terciario de estudios.
En relación con la edad, la pretensión media de un empleado administrativo de entre 20 y 30 años en agosto de 2013 era de $ 4.500 netos; un año después es de $ 6.611. Mientras una persona de entre 30 y 40 (en el mismo puesto) tiene una pretensión del 23% más ($ 8.123), una de entre 40 y 50 años, con carga familiar, escolaridad, obra social, entre otros gastos, espera un 33% más ($ 8.773). En cuanto al género, el hombre tiene una pretensión salarial un 17% mayor en relación con la mujer, con $ 7.904 contra $ 6.732. Ante esto, las empresas buscan estrategias para negociar y moderar las exigencias a cambio de otros beneficios. Kovalenko pone como ejemplo que «la mayoría de los empleados en puestos de nivel medio que antes no eran alcanzados por Ganancias hoy piden una compensación por el descuento».
Según el especialista, «las compañías comienzan a jugar con premios por alcance de objetivos para repartir a fin de año y de esta manera motivan a su gente a trabajar en función del alcance de resultados y, de paso, compensan parte de la inflación real». Además, señala: «Las empresas van detrás de los porcentajes de inflación; ponen como referencia el valor arreglado y lo trasladan a aumentos a personal fuera de convenio en el mejor de los casos. La gente cuida su empleo y tiene que ceder o salir en búsqueda de nuevas oportunidades que no siempre encuentra». Pero aclara que «las empresas pueden compensar (las exigencias) hasta donde la rentabilidad del negocio empieza a correr peligro». «Las grandes empresas pueden realizar acciones para calmar las aguas y mantener su gente clave pensando en el largo plazo sacrificando rentabilidad, pero las pymes cuidan el bolsillo y sólo retienen al personal que lleva años en el negocio; al resto lo dejan que se vaya a otro trabajo que les pueda ofrecer mejores condiciones», afirma.
Esto, sin embargo, no es sólo para los empleados administrativos. Kovalenko sostiene que se da «en general en todos los puestos de nivel medio, donde el sueldo ya no alcanza para vivir». Si bien los porcentajes son altos, en términos de valor absoluto el aumento está en el orden de los $ 3.000.
Consultado sobre si las mayores pretensiones se trasladan también a los reclamos en paritarias, sostiene que éstas «siempre se arreglan por valores inferiores a la inflación» y que por lo general se están aplicando «bonus» de fin de año «para compensar el porcentaje acordado a principios de año que no alcanzó a cubrir la inflación real». Pero, sin duda, anticipa una puja intensa entre las empresas y los trabajadores por los salarios del año próximo.
[Ningún estilo de párrafo][Párrafo básico]Las paritarias de este año apenas acaban de concluir, pero ya se empiezan a perfilar las expectativas para 2015 de la mano del proceso alcista de los precios y del costo de vida. Por eso, las empresas comienzan a analizar esta cuestión, teniendo en cuenta que en tiempos de inflación los deseos de un mejor salario corren de la mano de no perder el poder adquisitivo. En el último año, esas pretensiones se aceleraron y superaron incluso las estimaciones de las consultoras privadas, que marcan que las subas de precios están cercanas al 40%.
Según un informe de Postularse.com, portal de búsquedas de personal, la variación de la pretensión salarial neta entre agosto de 2013 y el mismo mes de este año indica un crecimiento promedio del 68% total país, lo que equivale a $ 7.140 para un empleado administrativo, un puesto común en todas las empresas.
La muestra se realizó sobre la base de 80.000 usuarios registrados en la plataforma de distintos puntos del país.
«Los postulantes fijan su pretensión salarial neta de bolsillo en un valor que les permita asegurar un nivel de vida similar al que venían teniendo hasta el año pasado, cuando todavía no se habían disparado los precios debido a la inflación», explica Gastón Kovalenko, CEO de Postularse.com, en diálogo con Ámbito Biz.
Y agrega: «Lo que se observa es que los empleados se van en busca de mejores condiciones. Hoy el ajuste salarial de las empresas en estos puestos apenas llega a cubrir una porción de la inflación anual, con lo cual para mejorar las condiciones estos empleados saltan de una empresa a otra generando rotación y movimiento». Aporta que en los últimos meses «creció fuertemente la búsqueda de empleo» con una tasa que según sus registros es mayor al 50% en relación con el primer tercio del año.
Según este estudio, la pretensión salarial de los postulantes creció un 68% en Capital y GBA, un 69% en Tucumán y Santa Fe; en Mendoza, el 71%, mientras en el sur del país (Río Negro, Chubut y Neuquén) es aún mayor, con un 107%. En tanto, en Córdoba es del 78%, para puestos de empleado administrativo con un nivel terciario de estudios.
En relación con la edad, la pretensión media de un empleado administrativo de entre 20 y 30 años en agosto de 2013 era de $ 4.500 netos; un año después es de $ 6.611. Mientras una persona de entre 30 y 40 (en el mismo puesto) tiene una pretensión del 23% más ($ 8.123), una de entre 40 y 50 años, con carga familiar, escolaridad, obra social, entre otros gastos, espera un 33% más ($ 8.773). En cuanto al género, el hombre tiene una pretensión salarial un 17% mayor en relación con la mujer, con $ 7.904 contra $ 6.732. Ante esto, las empresas buscan estrategias para negociar y moderar las exigencias a cambio de otros beneficios. Kovalenko pone como ejemplo que «la mayoría de los empleados en puestos de nivel medio que antes no eran alcanzados por Ganancias hoy piden una compensación por el descuento».
Según el especialista, «las compañías comienzan a jugar con premios por alcance de objetivos para repartir a fin de año y de esta manera motivan a su gente a trabajar en función del alcance de resultados y, de paso, compensan parte de la inflación real». Además, señala: «Las empresas van detrás de los porcentajes de inflación; ponen como referencia el valor arreglado y lo trasladan a aumentos a personal fuera de convenio en el mejor de los casos. La gente cuida su empleo y tiene que ceder o salir en búsqueda de nuevas oportunidades que no siempre encuentra». Pero aclara que «las empresas pueden compensar (las exigencias) hasta donde la rentabilidad del negocio empieza a correr peligro». «Las grandes empresas pueden realizar acciones para calmar las aguas y mantener su gente clave pensando en el largo plazo sacrificando rentabilidad, pero las pymes cuidan el bolsillo y sólo retienen al personal que lleva años en el negocio; al resto lo dejan que se vaya a otro trabajo que les pueda ofrecer mejores condiciones», afirma.
Esto, sin embargo, no es sólo para los empleados administrativos. Kovalenko sostiene que se da «en general en todos los puestos de nivel medio, donde el sueldo ya no alcanza para vivir». Si bien los porcentajes son altos, en términos de valor absoluto el aumento está en el orden de los $ 3.000.
Consultado sobre si las mayores pretensiones se trasladan también a los reclamos en paritarias, sostiene que éstas «siempre se arreglan por valores inferiores a la inflación» y que por lo general se están aplicando «bonus» de fin de año «para compensar el porcentaje acordado a principios de año que no alcanzó a cubrir la inflación real». Pero, sin duda, anticipa una puja intensa entre las empresas y los trabajadores por los salarios del año próximo.
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