Boca estaba obligado a ganar para evitar la catástrofe que Mariano Echeverría había presagiado en la previa al partido de ida. La primera parte ya estaba consumada: Deportivo Capiatá dio el golpe en la Bombonera y se llevó un triunfo por 1-0 que dejaba a los de Rodolfo Arruabarrena contra las cuerdas.
Estaba claro que el partido en Luque iba a ser caliente. Boca al ataque, Capiatá a contragolpear. Así se dio el partido desde el primer instante. Arruabarrena puso a Fuenzalida por derecha y a Colazo por izquierda (volantes como laterales) y a Juan Forlín como volante central delante de la dupla de zagueros compuesta por Claudio Pérez y Magallán. Gago y Meli para correr y jugar. Y tres delanteros: Chávez, Calleri y Carrizo. Todos para arriba. A los 4, tuvo la más clara en los pies de Meli, pero su remate dio en el palo. Y enseguida, tras una pelota parada, Magallán la bajó en el área y Chávez sacó un zurdazo que se fue apenas desviado. Boca parecía que se lo llevaba puesto a Capiatá.
Pero poco a poco, el local empezó a complicar a los de Arruabarrena. Primero porque Fabio Escobar le pegó un codazo a Pérez y dejó a Boca con diez durante varios minutos. En ese tiempo Capiatá tuvo una jugada clara, a los 19, Ruiz Peralta desbordó por izquierda y sacó un zurdazo cruzado que se fue cerca del palo izquierdo de Orion. Después, a cortar en el medio y a meter un pase profundo para la velocidad de Escobar. Por momentos, parecía que la defensa de Boca estaba abierta de par en par y que Capiatá podía dar la estocada certera y ¿final?
Con cada minuto que pasaba el termómetro del partido subía. Todos corrían, todos raspaban; el césped desparejo del estadio del Sportivo Luqueño atentaba contra las intenciones de Boca, que perdía segundo a segundo la poca paciencia que le quedaba. Pudo ser gol y paz de Carrizo a los 41 (apareció solo por el segundo palo tras un centro desde la derecha), pero su cabezazo picó en el suelo y se fue por encima del travesaño. Boca iba a tener que masticar su ansiedad en el entretiempo con un marcador que lo eliminaba de la Copa.
Boca salió igual de apurado e igual de acelerado a jugar el segundo tiempo. Tenía que ganar o ganar. Y el mensaje desde el banco no apuntaba a serenarse: a los 15, el Burrito Martínez entró por Carrizo. Y a los 19, Gustavo Velázquez lo levantó por el aire a Gago, vio la segunda amarilla, la roja y dejó a Capiatá con diez. Si Boca no empataba la serie era una catástrofe.
Buscó y buscó Boca, con pocas ideas, a pesar de algunos momentos de inspiración de Chávez -que pateaba hasta a los rivales- y del Burrito Martínez, que en el mano a mano por la izquierda resultó imparable, aunque en el área faltaba peso. Es que Arruabarrena, a pesar de tener un rival encerrado contra su área y jugar a tirar centros, optó por Luciano Acosta (ingresó por Forlín) en vez de por Emanuel Gigliotti (entró recién a los 31 por Meli). Y el gol del triunfo de Boca -el que igualaba la serie- llegó por un centro.
A los 28, Colazo envió un centro desde la izquierda, Chávez la bajó en el área y Calleri definió de zurda para instalar el 1-0, el desahogo de todo Boca. Pero con el 1-1 en el global, la definición se iba a los penales. Y la visita lo quería cerrar antes, pero no aprovechó su momento. Porque después del gol arrinconó a un rival lleno de dudas, pero equivocó los caminos. Y también el arquero Antonio Franco (figura en la Bombonera) le ahogó el grito al Burrito Martínez, que definió de derecha tras un rebote que quedó vivo en el área.
Al final, Boca tuvo que sufrir en los penales. Pero otra vez apareció esa vieja mística copera en las definiciones desde los doce pasos (el legado inquebrantable que dejaron aquellos equipos de Carlos Bianchi) y también se agigantó la figura de Orion. Primero acertó Gigliotti, y también Escobar. Chiqui Pérez anunció su remate y Franco se lo contuvo; González desniveló y otra vez Boca se quedaba afuera. Gago no falló y le dio tranquilidad a la visita. Irala la tiró por arriba del travesaño, pero Colazo otra vez chocó con las manos de Franco. Le tocó a Irrazábal (el del tuit contra Echeverría) y Orion se lo atajó arrojándose sobre su derecha. Andrés Chávez la acomodó en un ángulo y Angel Martínez acertó para estirar la definición. Orion quiso patear y le rompió el arco a Franco, y después el arquero selló la clasificación de Boca tras desviar el remate de Aquino. Fue 4-3 desde los doce pasos. Al fin, tranquilidad. Boca festejó, se metió en cuartos de final y ahora le tocará el duro Cerro Porteño de Leonardo Astrada que viene de eliminar a Lanús.
Fuente: Clarín – http://www.clarin.com/deportes/Boca-obligado-ganar_0_1235276629.html
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