Después de varias postergaciones en el transcurso de 2014, Sergio Massa fijó una nueva fecha para el lanzamiento de su candidatura presidencial: el 10 de diciembre, justo un año antes del inicio del nuevo período de Gobierno.    

«Pasamos lo más difícil, el primer año después de la victoria de 2013, ahora se viene la cuenta regresiva y el 10 de diciembre nos lanzamos», se entusiasmó Massa en medio de las reuniones que encabeza en el piso 17 de la imponente Torre de las Naciones de Tigre, donde funciona su centro de operaciones electoral.

Para ese momento, el líder del Frente Renovador prevé haber afianzado el esquema de acuerdos «distritales» con figuras de la UCR como el que inauguró con el jujeño Gerardo Morales y también espera contar entre sus filas con Martín Insaurralde.

Según pudo saber NA, el diputado analiza por estas horas si presenta su candidatura en un estadio, cuyo objetivo sería dar una demostración de fuerza -en ese caso podría ser el de Tigre-, o si busca otro formato para no quedar pegado al tradicional esquema de convocatoria peronista. Ese dilema entre el anclaje en la política tradicional y la necesidad de mostrarse «distinto» recorre todas las decisiones del tigrense.

Sabe que debe cargar con la mochila de haber integrado el Gobierno K, pero al mismo tiempo quiere presentarse como quien tuvo el coraje de enfrentarlo. Por eso el lanzamiento podría mostrar el arco transversal de alianzas que construye para las elecciones, concretamente con dirigentes del PJ, de la UCR y la Coalición Cívica.

¿Y con Insaurralde?

 Massa cree que para el 10 de diciembre Insaurralde ya habrá renunciado a su banca y oficializado su pase al Frente Renovador por lo que lo imagina entre los asistentes al acto, aunque el estrado por ahora solo está reservado para su familia.

«El 8 de noviembre se casa, el 20 renuncia a la banca, así que para el 10 de diciembre ya podría estar (en el acto)», se le escuchó decir sobre Insaurralde.

 Según su óptica, el exintendente de Lomas de Zamora no tiene retorno al FPV, ya pagó el costo político que acarrearía su eventual cambio de escudería y sigue siendo el mejor posicionado para competir por la gobernación bonaerense. El plus es que no sería postulante de Scioli en la estratégica Buenos Aires. El líder del Frente Renovador vio cómo el todavía diputado nacional por el kirchnerismo votó a favor de la Ley de Abastecimiento y no quiere más ambigüedades.

Por MDZ