Los consumidores tenemos derecho a recibir información por parte de las empresas que brindan servicios, pero también el deber de informarnos. La palabra de un especialista.
Estuvo en San Rafael el Dr. Gustavo De Ballis, invitado por Foro Nuevo Cuyo para participar en la Universidad de Mendoza de una conferencia sobre los aspectos periciales y legales de delitos tecnológicos.
El profesional de la comunicación, se refirió a una investigación suya sobre el “deber de la información”, en cuanto a contratos, tema que está íntimamente vinculado con las relaciones de consumo, es decir, cómo se maneja la información que se deben los contratantes para producir un equilibrio en los niveles de conocimiento que tienen para, de esa manera, tomar una decisión con consentimiento.
Pirámide Informativa le consultó justamente sobre la temática. Explicó:
Permanentemente estamos haciendo “contratos por adhesión”, que son en los que a uno le dicen “si le gusta éste teléfono, firme acá”, uno no tiene la posibilidad de pactar con las empresas de telefonía cuáles van a ser las condiciones. Si quiere el servicio, firme, si no, no tiene el servicio.
Frente a eso, las posibilidades de discutir son nulas. De lo único que tenemos posibilidad es, frente a ese cúmulo informativo que nos dan en cláusulas que lo único que podemos hacer es leer y decidir si firmar o no, comprender qué es lo que estamos leyendo. Siempre la opción que tenemos es no firmar, pero esa opción nos deja afuera del servicio.
Justamente lo que promovemos es que haya una política educativa de formación del ciudadano como consumidor. Así como en algún momento de la historia se empezó a dar educación vial a niños de escuelas (no al conductor sino a un futuro conductor), lo mismo propongo que debería hacerse con el consumidor. Hoy en día, estamos en una sociedad de consumidores, no de ciudadanos, y nuestras relaciones pasan más por el consumo que por la ciudadanía. Sin embargo, no tenemos ningún tipo de formación para ser consumidores. Por otra parte, debería haber una presencia más importante del Estado respecto del poder de policía, para controlar justamente los contratos por adhesión que regulan ese nivel de información. Eso, más el deber de informarse del ciudadano, va a producir un equilibrio.
Muchas veces no hace falta que la letra sea “chica” para no comprenderla. La letra puede ser grande e inexplicable.
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