El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha comentado este martes brevemente la operación, justo antes de salir para Nueva York, donde va a participar en la Cumbre del Clima de Naciones Unidas, que se celebra hoy. «La fuerza de esta coalición deja claro al mundo que Estados Unidos no lucha sola» contra el Estado Islámico.

Mañana miércoles, Obama tendrá una ocasión mejor para presentar el ataque ante toda la comunidad internacional, cuando se dirija ante la Asamblea General de Naciones Unidas. El presidente de EEUU también se reúne hoy por la noche -hora peninsular- con el Rey de España, Felipe VI.

Obama fue parco en palabras, como lo está siendo su Gobierno desde que hace un mes y medio empezó a bombardear al IS. Lo más destacado que dijo el presidente estadounidense fue que su país está colaborando «hombro con hombro» con sus aliados. Hasta la fecha, como recordó Obama, más de 40 países han prestado su respaldo a la operación de EEUU contra los integristas en Irak y Siria. El presidente de EEUU también declaró que «nuestro plan tiene el apoyo de la mayoría de ambos partidos en el Congreso».

Obama añadió que EEUU había «empezado» este lunes sus ataques en Siria, en un claro mensaje de que la guerra va a ser larga. Por de pronto, los bombardeos de esta madrugada han supuesto la entrada en el conflicto contra el IS de Qatar, un país que ha sido culpado de apoyar al grupo yihadista. La participación pública de Arabia Saudí, Kuwait, Jordania y los Emiratos Árabes Unidos también tiene un componente simbólico grande, puesto que hasta ahora todos esos países ocultaban que apoyaban las operaciones militares de EEUU en Oriente Próximo.

Todo ello hace pensar que Obama insistirá mañana en la ONU en que ésta es una guerra colectiva, y en que el IS es una amenaza para todo el mundo. Sin embargo, el peso militar de la operación recae sobre los hombros de EEUU. Los bombardeos de esta madrugada podrían haber incluido casas ‘invisibles’ al radar F-22 (los más modernos del arsenal estadounidense) ofreciendo cobertura ante la eventualidad de que la Fuerza Aérea Siria hubiera intervenido, y aviones de guerra electrónica EA-6, con los que interferir los teléfonos móviles de los integristas. Según el Pentágono, tanto el Gobierno de Damasco como la oposición armada siria fueron advertidos del bombardeo horas antes de que éste comenzara.

PABLO PARDOEspecial para EL MUNDO Nueva York