El mínimo para adquirir la divisa al precio oficial es ahora de $ 8800, un 22,5% más; el Gobierno volvió a enviar a la Gendarmería a las cuevas
Efectivos de Gendarmería, ayer en la esquina de Corrientes y Florida. Foto: LA NACION / Rodrigo Néspolo
Con una rapidez de reflejos que no muestra a la hora de actualizar los impuestos por inflación, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) elevó de $ 7200 a $ 8800 (22,5%) el monto mínimo de ingresos mensuales que se deben acreditar para acceder a la compra de moneda extranjera con fines de ahorro.
La adecuación de este parámetro llegó como consecuencia directa de la reciente actualización del salario mínimo, vital y móvil decidida a comienzos de semana, cuando este ingreso pasó de $ 3600 a $ 4400, con un compromiso para llegar a los $ 4716 desde enero de 2015.
Desde la AFIP explicaron que, entre los parámetros cuantitativos establecidos al momento de la reapertura del cepo cambiario para habilitar a los compradores, existe uno que fija el mínimo en el equivalente a dos salarios mínimos, para desligar esta adecuación con cualquier intento por dosificar las ventas de dólar-ahorro. «Nosotros sólo brindamos soporte técnico para la instrumentación de la norma; pero la AFIP no es la que define la política cambiaria», aclararon fuentes del organismo.
La demanda de divisas viene batiendo récords en los tres últimos meses y escaló a niveles que ya inquietan a las autoridades.
Sobre todo, porque se registran en un contexto de renovada presión sobre las reservas del Banco Central (BCRA), que ayer cayeron otros US$ 78 millones (para acumular una merma de US$ 220 millones en la semana y US$ 1330 millones en los últimos 30 días hábiles) y en momentos en que el Gobierno gestiona pero no logra destrabar líneas del exterior (préstamos del Banco de Francia, del Banco Internacional de Pagos o del Banco de China) para robustecerlas al menos temporalmente.
En los apenas 5 días que van del mes, los bancos y agencias de cambio ya expidieron por ventanilla US$ 172 millones, suma superior a la vendida en el total de jornadas hábiles de cualquiera de los cinco meses de vigencia plena del sistema, inaugurado a fines de enero tras la súbita devaluación del peso.
La adecuación de los montos para habilitar compras llegó apenas 24 horas después de que el BCRA obligara a los bancos a desprenderse de otro tercio de sus tenencias en divisas, en un intento por presionar a la baja a los precios del tipo de cambio que surgen de operaciones bursátiles para acortar la brecha abierta entre el dólar oficial y el paralelo.
Es decir, se produjo apenas comenzó a quedar en claro que los parches con que el Gobierno intenta frenar la dolarización parecen tener un efecto cada vez más acotado.
Ayer, por caso, se recuperó 2,9% el precio del dólar conocido como contado con liquidación (saltó de $ 12,67 a 13,04) y 2,3% el del dólar bolsa (cerró a un promedio de $ 13,06).
Esto, a su vez, impulsó una suba del 3,5% de la Bolsa porteña y avances del 3 al 4% en las cotizaciones en pesos de los bonos de la deuda en dólares, como en los casos del Bonar 2024 y el Boden 2015.
De esta manera los precios de dichos activos volvieron, en muchos casos, a los niveles que tenían antes de las ventas forzadas de bancos e incluso en otros directamente los superaron.
DE LAS FRONTERAS A LA CITY
El rebote de estos precios del dólar, que habían sido los que impulsaron el salto de paralelo en el último mes, no llegaron a reflejarse plenamente en los valores a que se pacta el billete en cuevas o la calle, que ayer cerró para la venta a un promedio de $ 14,05, porque el Gobierno volvió a apelar a las fuerzas de seguridad para tratar de acotar las operaciones en el mercado negro, repitiendo una maniobra que era usual en los tiempos en que la relación con este tipo de operadores estaba en manos de Guillermo Moreno.
En las avenidas que circundan a la City porteña desde el mediodía se pudo ver una larga fila de camionetas de la Gendarmería Nacional y efectivos patrullando la zona (ver foto) o ingresando en edificios y galerías comerciales de la zona que algunas cuevas usan como «base de operaciones». Horas antes, buena parte de los agentes ya habían comunicado a sus clientes que en la jornada «no operarían», lo que induce a creer que existe algún tipo de filtración entre quienes definen este tipo de operativos y quienes desarrollan esta actividad ilegal.
De hecho, hacia el fin de la jornada no se reportaron allanamientos ni clausuras. «Fue una maniobra disuasoria para indicar que están dispuestos a jugar más fuerte para domar al paralelo. Pero, como ya vimos en los primeros tiempos del cepo, son estrategias de corto alcance», indicó un operador.
Por Javier Blanco | LA NACION
http://www.lanacion.com.ar/1724928-elevan-el-piso-de-ingresos-para-comprar-dolares-y-salen-a-la-calle-a-combatir-al-paralelo
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