Yahveh hizo llover este alimento de poco apetecible aspecto cada día durante los cuarenta años que el pueblo judío pasó en el desierto tras huir de Egipto. Maná viene del hebreo man hu, que significa ‘¿qué es esto?’.
Según cuenta el Éxodo, era un producto muy perecedero: si se guardaba, al día siguiente aparecía lleno de gusanos y apestaba.
Por esta razón, el etnobotánico Terence McKenna dedujo que el autor del Éxodo describía el hongo alucinógeno Psilocybe cubensis, y no comida real.
Su componente psicoactivo principal es la psilocibina, un alcaloide que causa visiones y aparece en los rituales de otras culturas, como en la bebida ritual soma mencionada en el Rig Veda hindú, el peyote de los nativos americanos o la ayahuasca de distintos cultos amazónicos. Quizá el maná tuvo más de místico que de alimenticio.
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