Lleva apenas diez días en Boca y logró dos victorias y un empate
Postal vasca. Rodolfo Arruabarrena ayer por la tarde desmenuzó a el equipo en una larga charla./ MARCELO CARROLL
Rodolfo Martín Arruabarrena camina en hora pico por un centro comercial y no parece ser el entrenador de Boca. En las casi dos horas que dura el encuentro con Clarín, en un marco tremendamente concurrido y lleno de gente, al Vasco le piden solamente dos fotos y un autógrafo. Nada más. El ex lateral izquierdo camina despacio, observa todo y habla con calma, casi como pidiendo permiso. Su perfil público sin grandilocuencias queda expuesto en cada minuto de su vida. No llama la atención ni intenta hacerlo. Pero, claro, Arruabarrena también sufre un hechizo. Hay un instante, mágico, en el que, con un cappuccino de por medio, comienza a mover sus manos y revoluciona su vocabulario. Se agita, comenta y explica. Abre los ojos con asombro y vuelve a conceptualizar. Cuando el técnico de Boca habla de fútbol se convierte en otro hombre. El que cuenta que mira videos del Schalke 04 para encontrar nuevos métodos de entrenamiento. El que elogia sorprendido la campaña de Temperley en la B Nacional. El que desmenuza el modo de trabajar en el campo de Pep Guardiola o Manuel Pellegrini. Arruabarrena vive por y para el fútbol. Hoy, en su reto más difícil, no deja detalle librado al azar. Y charla con pasión.
-Impusiste nuevos ejercicios de campo, cambiaste el esquema, sumaste una coach motivacional y trabajaste sobre el grupo. ¿Cuál es la explicación para tanto en tan poco tiempo?
-Va a parecer que quiero quedar bien con los pibes, pero están con unas ganas bárbaras. Están predispuestos a avanzar. ¿Sabés qué pasa? Este plantel recibió muchos palos y quiere revancha. Cada uno podrá decir si fueron justos esos palos o no, pero quieren cambiar la historia. Por eso tenemos que hacernos fuertes. Y esto en el fútbol se confirma partido a partido. En Boca se rinde examen todo el tiempo.
-¿La palabra que define al nuevo ciclo es “compromiso”?
-Yo pienso que convenciendo al jugador de comprometerse, todo se vuelve más sencillo. Y los resultados ayudan, por supuesto. El jugador te analiza y sabe si le mentís. Si yo les digo en una charla que necesito de todo el grupo y cuando viene una seguidilla de partidos, pongo siempre a los mismos, les estoy mintiendo en la cara. Por eso necesito de todos y eso se ejerce. Esto es colectivo. Quiero que me obliguen a ser el malo que los deje afuera. Pero veo a un plantel con unas ganas enormes de conseguir cosas. Y eso me motiva todavía más.
-¿Te sorprendió que el cambio se note tan rápido?
-Uno trabaja para ejercer su idea. ¡Sabés qué lindo que es cuando se cumple lo que planeaste! ¡Es el momento mágico del entrenador! Pero hay mil detalles. Y otro tanto de imponderables. Pero eso es lo hermoso del fútbol. Es apasionante y es difícil.
-¿Qué Boca es el Boca de Arruabarrena?
-Nosotros tenemos hambre. Contra Vélez salimos aplaudidos cuando íbamos perdiendo y eso quiere decir que el equipo entregó algo. En la cancha de Boca eso se siente. La gente valora el sacrificio.
-¿River es el equipo que mejor juega hoy por hoy?
-Toda la gente a la que considero como buena observadora del juego me dice que River lo hace muy bien. Eso marca algo. También es cierto que el campeonato es largo y que, por lo tanto, hay que mantenerlo. En el fútbol argentino tenés que demostrar todo el tiempo. Y nosotros no vamos a bajar los brazos. Queda mucho torneo, eh.
-¿Cómo te llevás con el ruido que genera cada cosa que pasa en Boca?
-Depende del momento. Vos fíjate, yo traje una coach y fue tapa del diario. Y hubo grandes jugadores que pasaron por el club y nunca lo fueron. Pero tengo en claro mi método de trabajo. Por eso ella no hace notas. Yo sé a qué club vine, eh. Pero no entiendo algunas cosas de la repercusión que tienen determinadas cuestiones que son menores, pero lo acepto. Es un condimento del club y está bien que así sea. Hay que convivir con ello.
-¿Qué soñás con respecto a tu ciclo?
-Quiero que la gente diga “el Vasco es esto” y que sepa qué significa “eso”. Quiero que se identifiquen con el equipo. Y que sepan que laburo.
-¿Cuál es el lema de tu Boca?
-En mi Boca la actitud no se negocia. El equipo tiene que sentir la camiseta. Y aunque las cosas no salgan, hay que trabajar el doble. Como siempre ocurre, vamos a depender de los resultados. Pero sabemos las razones por las que hacemos cada cosa. Y eso implica un camino saludable.
http://www.clarin.com/deportes/edicion-impresa/Arruabarrena-Encontre-plantel-recibio-revancha_0_1208879196.html
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