Antonela Estefanía Arenas tiene 19 años. Es transexual y su caso de bullying en la escuela Enet tuvo repercusión en medios nacionales y se dijeron muchas cosas. Aquí una entrevista a fondo con ella.
Antonela fue víctima de bullying en su escuela y el caso tuvo gran repercusión luego de que una agencia de noticias se hiciera eco. Ella asegura que sufrió agresiones verbales pero no físicas.
¿A qué edad empezaste a notar tu inclinación sexual?
Puntualmente a los 14 años. Si bien tenía una idea de lo que pasaba desde antes, no le había podido poner un nombre. Le pude poner un nombre a los 14, con la pubertad.
Los cambios. Tenía mucha resistencia a los propios cambios del cuerpo. Me costaba asimilarlos, me sentía que no estaba en el cuerpo que correspondía, por decirlo de alguna manera.
Me gustaría aclarar lo que es una orientación y la identidad de género.
La orientación, es la atracción hacia el otro o al mismo sexo. Y la identidad de género es cómo te percibís a vos mismo. Ésta puede ir ligada a la orientación sexual o no, porque hay mujeres transexuales lesbianas, mujeres transexuales heterosexuales, hombres transexuales heterosexuales, y hombres transexuales homosexuales también.
Y están los cisgénero, que se da cuando hay concordancia entre el sexo biológico y el género.
¿Cómo lo tomó tu familia o cómo se lo dijiste?
Primero intenté encarar a mi mamá pero no para contarle, sino para pedirle ayuda psicológica. Entre palabras y palabras, me sacó la verdad. Ahí le conté. Tenía 14 años, fue a finales de 2009.
La primera reacción fue “te vamos a apoyar”, “lo vamos a afrontar juntos”, pero después esa reacción cambió con el tiempo y llegó el punto en que consideraron que lo que yo tenía era una enfermedad, y se le propuso incluso a la psicóloga tratarme por eso.
Todo desembocó en que me tuve que ir de mi casa, cuando decidí empezar el tratamiento hormonal, a los 18 años. Empecé el tratamiento sin que se enteraran ellos, y cuando se enteraron fue prácticamente escapar para que no me llevaran a un terapeuta que me “curara”.
La primera terapeuta me ayudó, la psicóloga Mónica Martínez, me ayudó a afrontar lo que podía pasar. Pero no me quería “curar”. Me escuchaba.
¿Venís de una familia religiosa?
Budista.
¿Y cómo lo toma el budismo a este tema?
En el budismo se trata de aceptar, vivir y dejar vivir, por lo tanto no sé si fue que practicaron ese budismo o que solamente estaban probando una religión más.
¿Vos sos practicante de esa religión?
No. Me considero agnóstica. Tengo algunas creencias de que pudiera haber un ser superior, pero no lo puedo afirmar.
¿Tenés hermanos?
Tengo una hermana menor, de 16 años. Mi relación con ella es “ni-ni”, nos empezamos a hablar hace poco otra vez. Va a la misma escuela que yo. Estoy tratando de arreglar la relación, igual que con mis padres. Pero siempre están esos resentimientos que tenemos de los dos lados.
¿Tenías amigos o amigas en aquel momento?
Realmente se fueron decantando. Igualmente nunca fui una persona de tener muchos amigos. Si bien no salí como trans hasta los 18, sí me empecé a dejar el pelo largo, algunas veces se me notaban los ojos delineados…
¿Y hoy tenés amigas o amigos?
Amigos que conforman la escuela (pocos, contados) y la gente de AXIS (Agrupación por la igualdad sur), que ha sido como mi segunda familia. Mi mejor amiga es Regina Lara.
Sólo ha pasado un año desde que tomaste la decisión.
Sólo un año, pero no me arrepiento de haber tomado ese camino. Fue un año genial en lo que respecta a algunas cosas.
¿Tenés trabajo?
No. Trabajaba en mantenimiento de PC y soporte técnico. Me quedé sin trabajo, pero aun así, sigo trabajando de manera particular. Hago mantenimiento, arreglo aparatos electrónicos y doy clases de apoyo de materias técnicas. Pero estoy buscando un trabajo que me rinda ocho horas para tener un sueldo fijo.
El trabajo que tenías antes, ¿lo perdiste por este tema?
No, no creo. Fue por un tema más bien económico.
¿Cómo ves la sociedad sanrafaelina?
Sigue siendo muy conservadora. No sé si es así porque el sur mendocino ha estado muy influenciado por la Iglesia. Mantiene afinidad con lo conservador, y el pensamiento “de pueblo” sigue aunque nos hayamos expandido como ciudad.
¿Cómo empieza a ser tu cambio en cuanto a la escuela?
Al principio estuvo bien. Después empieza el acoso. Primero adentro y después afuera de la escuela, aunque siempre de chicos de la Enet. No mucho de mi curso, siempre son tres o cuatro. La escuela se escuda siempre en esos tres o cuatro que yo digo, cuando en realidad debería trabajar con toda la escuela, que no tiene una matrícula demasiado grande considerando a las demás escuelas. Ellos podrían tratarlo muchísimo mejor al tema. Hay una escuela en Paraná (Entre Ríos) donde intervino el INADI, e hicieron un gran trabajo, y es una escuela que tiene casi dos o tres veces la matrícula de la Enet de acá.
¿Alguna vez pensaste en cambiarte de escuela?
Tuve una crisis en Noveno porque vi lo fuerte que era la escuela. Pero elegí la Enet, me hago cargo, porque realmente lo que me gusta hacer está en la parte lógica, en la parte electrónica, matemática, computación… es lo que quiero seguir después, cuando termine la escuela: Ingeniería en Sistemas o Ingeniería en Computación. Para ello requiero mucha lógica y matemática y no hay ninguna escuela en San Rafael que dé a ese nivel.
¿Dónde vivís ahora?
Estoy en una pensión gracias a un subsidio que pude conseguir, que me dio tiempo para buscar trabajo.
¿Cómo sale a la luz esta historia? ¿Cómo se entera Telam?
AXIS (que lidera Lucas Medina), publicó lo que había pasado en la escuela, cómo se nos prohibió la entrada como agrupación. Hubo una reunión antes en la que se pactó que íbamos a tener otra con el gabinete psicopedagógico para tratar el tema del bulying. Pero se nos prohibió la entrada al establecimiento. Eso le pasó a Regina y a Lucas. Es un agravio porque AXIS es una agrupación social con personería jurídica y creo que los talleres de educación sexual y de bulying se tienen que impartir por ley en las escuelas. No se está impartiendo, al menos como se debería.
La DGE por otra parte, sigue considerando “menor” a personas de más 18 años. Eso atenta contra el Código Civil que indica que a esa edad ya sos mayor. El único problema que he tenido como mayor de edad es en esa escuela, donde me siguen tratando como menor.
Hasta tener una resolución que me dieron para que pudiera buscar trabajo o cumplir las horas laborales mientras lo tuviera, mi mamá tenía que firmar cuando yo me quería ir. Ahora me acaban de quitar la resolución.
Se dijo que vos querías tus “cinco minutos de fama”.
Falso. Yo estoy defendiendo mis derechos y de mis compañeros homosexuales, lesbianas, trans y otros géneros.
¿Cómo te gustaría que terminara esta historia?
Por lo menos que se sentara un precedente para que se respeten las legislaciones que se han logrado, porque murió mucha gente para que se pudieran aprobar. No es un tema político como muchos creen. Hay gente que la peleó y que hasta murió por esto.
¿Lo ves como un logro exclusivo del kirchnerismo?
No, para nada. Es un logro que viene de una pelea de veinte años. La Ley de Identidad de Género tiene una pelea de veinte años. La Ley de Matrimonio Igualitario también. No es que vino este gobierno y aprobó. Hay una lucha de muchas agrupaciones y movimientos sociales.
Después de salir en los medios, ¿te ha parado gente en la calle, cómo te han tratado?
Me han venido más que nada a felicitar. Creí que iba a ser más una reacción negativa, pero me han felicitado por la valentía. Los propios chicos de la escuela Enet (algunos que están también sufriendo bulying por otros aspectos).
¿Cómo fue cambiar tu DNI en cuanto al trámite en sí?
Fue un trámite que debería haber sido más rápido, pero se prolongó por el tema de los “operativos”, y de que todo el mundo se tiene que cambiar al nuevo DNI. El trámite lo empecé en noviembre del año pasado y llegó en Julio.
El trámite es sumamente rápido para alguien que vive en su lugar de nacimiento. Yo en mi casa, tenía el acta en Mendoza porque soy nacida allá, pero me vine a vivir a los 3 años a San Rafael.
Yo me considero mujer, pero si tengo que etiquetarme formalmente, soy mujer transgénero. Por eso directamente, digo “trans”.
¿Qué música escuchás?
La electrónica, pop, Lady Gaga, Lily Allen,Evanescence, y música celta, Eluveitie.
¿Qué hacés en tus ratos libres?
A veces virtualizo sistemas operativos, me gusta la computación, investigo sobre electrónica.
¿Te gusta leer?
Sí. Si tengo que decir “ídolos”, serían Nietzsche, Mark Twain y quien me reafirmó en la parte eléctrica, Nikola Tesla.
¿Estás en pareja?
No actualmente. Empecé a disfrutar la adolescencia de una manera tardía, producto de estarme hermetizando.
¿Qué le dirías a una chica que está pasando por lo que vos pasaste?
Que no se calle. Que lo hable y si la escuela no responde, que sepa que estamos nosotros y que hay siempre agrupaciones que la van a defender.
¿Sueños?
Ver un mundo más inclusivo. Sé que acá sigue la lucha y que quizás lo que estoy haciendo hoy, no tenga efecto ya, pero espero que el día de mañana sí lo tenga.
¿Qué opinás de la adopción?
Creo que independientemente de cuál sea la pareja que adopte al niño, mientras lo quiera y le dé amor, no hay problema.
¿Te gustaría tener hijos?
Sí, el día de mañana. Teniendo resuelto el crecimiento académico, me gustaría. Me imagino siendo madre, pero no ya, en unos veinte años.
¿Te querés operar?
Sí. Estoy en lista de espera. Quisiera que se legislara en Mendoza para que se realizaran las cirugías. Si no, tendré que viajar a Buenos Aires, pero es algo que está decidido.
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