Es por 24 horas y tiene alcance nacional. Lo convocan las centrales obreras de Hugo Moyano, Pablo Micheli y Luis Barrionuevo. La izquierda hará piquetes y cortes. El Gobierno dice que es “político”. En Mendoza, también prevén que tendrá altísima adhesión.
Hay varias formas de determinar el resultado de un paro general. Uno, quizá el más impactante, es ver cómo amanecen las calles de la Capital Federal. Todo indica que hoy lucirán como en un domingo o un feriado debido a la adhesión a la medida de fuerza de algunos gremios clave del transporte, como los maquinistas y los señaleros ferroviarios, y a los piquetes que la izquierda hará en los principales accesos a la Capital Federal y que dificultarían severamente la circulación de colectivos.
Por eso, Hugo Moyano, Luis Barrionuevo y Pablo Micheli, los tres líderes de las centrales sindicales que convocan al paro, estaban convencidos anoche del éxito de la medida de fuerza. Con su habitual lenguaje, el gastronómico anticipó a este diario lo que, cree, ocurriría hoy: “Le vamos a romper el o… al Gobierno”.
Además de los ferroviarios, hoy pararán diferentes gremios aeronáuticos, con lo que no habrá vuelos comerciales, y los camioneros de Moyano, por lo que no habrá recolección de residuos, recarga de cajeros automáticos ni clearing bancario. También adhirieron a la huelga otros gremios importantes, como los marítimos y portuarios, estacioneros, gastronómicos, peones rurales, los docentes bonaerense de la FEB y Udocba, judiciales nacionales, panaderos y recibidores de granos, con lo que tampoco no se realizarán embarques de soja.
Antecedentes y reclamos
El de hoy será el tercer paro general contra la administración de Cristina Fernández y el segundo de este año. Ahora se suman dos gremios que no pararon en el anterior: la Asociación Bancaria -no habrá atención al público en las entidades financieras- y el Sindicato de la Alimentación.
Al igual que en los anteriores, el paro es para forzar al Gobierno a dar respuesta a una variada agenda de reclamos: modificación de Ganancias, universalización de las asignaciones familiares, la multimillonaria deuda del Estado con las obras sociales sindicales y contra la inflación.
Es tan amplio el menú de planteos que los propios sindicalistas descreen de que la Casa Rosada les responda. Ante esa perspectiva, las centrales sindicales ya tienen decido profundizar su plan de lucha. Barrionuevo propuso ayer a Moyano que la próxima medida sea una “multitudinaria marcha” para exigir la reapertura de todas las paritarias.
A diferencia del 10 de abril, esta vez los colectiveros porteños no adhirieron a la medida de fuerza. Fue un duro, e inesperado, revés para los líderes del sindicalismo opositor. Para presionar a la UTA, la Casa Rosada apeló a lo económico: el aumento salarial obtenido por los choferes se financia con subsidios del Estado.
Igual es posible que hoy haya muy pocos colectivos en las calles, o que directamente no los haya. Un anticipo de lo que podría ocurrir se vio ayer: agrupaciones de izquierda y la CTA anti K realizaron piquetes en diferentes accesos a la Capital Federal y otras ciudades del interior, incluida Mendoza, que impidieron su normal circulación.
Para hoy se anunciaron piquetes en los puentes Pueyrredón y La Noria, en el acceso Oeste a la altura del hospital Posadas y en la ruta 3. Anoche se evaluaba también hacer un corte en la Panamericana, quizá a la altura de Henry Ford, y en diferentes puntos de la Capital Federal.
Aunque dijo que “no comparte” la metodología, Moyano se beneficiará de manera directa con los cortes que realizará la izquierda. “Somos respetuosos de las decisiones de otros sectores”, argumentó.
El Gobierno no descartó intervenir con fuerzas federales en los piquetes. Consultado ayer sobre si se desalojarían los cortes, el secretario de Seguridad Sergio Berni contestó: “Vamos a ver mañana (por hoy)”.
Según la Casa Rosada, las razones del paro no son gremiales. “No hay ninguna duda de que éste es un paro político de carácter opositor”, acusó apuntó el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.
Roberto Fernández, líder de la UTA, advirtió que, si hay ataques, los colectivos no circularán. “Creo que no habrá colectivos porque pese a la decisión de la conducción del gremio los choferes están con mucha bronca”, aventuró Barrionuevo. Por la falta de trenes, y eventualmente de colectivos y subtes, el paro también deberá impactar fuerte en sectores que no adhieren a la medida de fuerza, como en talleres metalúrgicos, automotrices y comercios.
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