San Rafael, Mendoza 12 de mayo de 2024

No dicen aún cuánto dinero necesitaría un nuevo banco

El Gobierno lanzó su idea de volver a contar con una entidad provincial, pero nadie sabe con certeza cuánto dinero se necesita para abrirla. Algunos hablan de hasta 3.000 millones de pesos.

¿Cuánto hace falta para abrir un banco provincial? Nadie lo precisa claramente. En la página web del Banco Central de la República Argentina (BCRA) puede consultarse un resumen normativo que abre la puerta al problema.

Allí, se indica que el capital mínimo requerido depende de la jurisdicción y que el monto puede oscilar entre los 15 y 26 millones de pesos.

La pregunta de cuánto hace falta parece un dilema técnico difícil de dilucidar. Son pocos los que arriesgan números, aunque hay mucha especulación en estricta reserva.

Parece un monto accesible para abrir una entidad, pero a eso hay que sumarle la infraestructura edilicia, la instalación de un sistema informático que cumpla los requisitos del BCRA, que algunos de los consultados indican que es una inversión de algunos pocos millones de dólares.  

También, el fondeo para empezar a trabajar, hasta que empiecen a llegar los depósitos.

El ex titular del Banco de Mendoza, Jorge López, da su opinión. “Nunca los bancos dan servicios con su capital sino con sus depósitos y lo fundamental es la fortaleza de la Provincia. El respaldo es la Provincia ya que no sabemos si los privados van poner una parte”, dice el hasta ahora decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNCuyo.

La frase de López viene a cuento porque de acuerdo a la ley 7.610, sancionada durante el gobierno de Julio Cobos y aún vigente, para abrir el nuevo banco el Estado debería poner el 51% del capital accionario y los privados el otro 49%.

Hay sólo dos bancos totalmente públicos en Argentina: el Ciudad de Buenos Aires y el Provincia de Buenos Aires, dos entidades que atienden a dos mercados poderosos: el de mayor ingreso per cápita del país (Ciudad de Buenos Aires) y el de la rica Pampa Húmeda granera y ganadera. El resto de las entidades provinciales son mixtas, con participación privada.

López nunca rechaza explícitamente la apertura de un banco provincial, pero indica que tal vez haya que poner un proyecto a correr, en calidad de prueba o simulación antes de lanzarse a un banco: “Se puede fortalecer al Fondo para la Transformación y el Crecimiento o hacer acuerdos con bancos cooperativos con un aporte marginal del Estado”, dice y luego vuelve a otra versión que ya se ha lanzado desde el radicalismo: “Se puede hacer un acuerdo con el Nación”.

El diputado del FIT, Héctor Fresina, es empleado bancario (con licencia) justamente en el Nación. Él asegura que abrir un banco “es una nueva estafa al pueblo, para financiar al empresariado”.

También, como el sindicato bancario, llama la atención sobre la pérdida de puestos de trabajo y luego arriesga un número desde la mirada de un trabajador: “Habría que poner no menos de mil millones de pesos y agregar los recursos y la cartera del Fondo para la Transformación”.

Los mil millones, e incluso hasta 3.000 millones, resuenan en muchas conversaciones, pero con la salvedad de que no se sabe qué tipo de entidad y de qué tamaño está pensando en abrir el Gobierno, por lo tanto todo es una especulación.

Lo que se advierte es que, si bien es cierto que el banco trabaja con los depósitos ajenos y no con el capital propio, al inicio de actividad esos depósitos no estarán y habrá que generar confianza y ofertas de crédito tentadoras con plata que será propia, como para atraer clientes que confíen sus ahorros al nuevo banco.

¿Cuánto puede ser esa plata? Nadie lo asegura tajantemente. El número sale de complejas relaciones técnicas entre el tipo de entidad (comercial, hipotecario, de inversión, industrial) y los servicios que se pretenda prestar. El diputado Roberto Infante (UCR) también fue empleado bancario.

Tampoco arriesga ese número pero dice que el argumento oficial de que el futuro banco manejaría 35 mil millones de pesos del Presupuesto provincial “es tramposo. El Gobierno no tiene 35 mil millones para depositar ya en un banco. Si no, no se explica por qué piden 800 millones de pesos para terminar el año”.

Es cierto que los recursos que gasta la provincia en el año pasarían por las cuentas del flamante banco pero también es cierto que esos recursos entran de a poco, en el goteo diario de la coparticipación federal y la recaudación de impuestos provinciales y también van saliendo diariamente, en cada cheque de proveedor, en cada salario que los empleados gastan.

Es cierto que los salarios no salen todos juntos de las cuentas bancarias y que, además, las comisiones e intereses de descubierto y tarjeta de crédito son un ingreso para un banco.

Pero eso tampoco podría ser suficiente. Entonces, al inicio de la actividad, no habría un depósito a largo plazo disponible para prestar y que sea devuelto en el corto.

 El gremio bancario anticipa que se va a oponer

La idea de la creación de un banco provincial sumó otro rechazo, el de la Asociación Bancaria, donde se teme por el destino de los empleados del Banco Nación que podrían perder sus puestos de trabajo cuando esa entidad deje de ser el agente financiero de la Provincia.

El secretario general de la Bancaria Mendoza, Alfredo Aruani, dijo que la apertura de un banco minorista estatal que compita con el Nación “tendría un alto impacto” entre los trabajadores y luego agregó: “No acompañaremos”, anunciando así un escenario de conflicto ante la eventual apertura de una entidad de la provincia de Mendoza.

La idea lanzada desde el Gobierno de crear un banco estatal aún ni siquiera es un proyecto; es apenas un título lanzado por el ministro de Agroindustria, Marcelo Costa, en el acto de su asunción.

La única definición que ha quedado clara es que, de abrirse, la entidad se transformaría en agente financiero de la administración pública provincial, tarea que viene cumpliendo el Banco Nación.

Ser agente financiero del Estado implica que todo el dinero público, el pago de sueldos y a proveedores, todo se hace por la misma entidad.

Eso implica una amplia cantidad de tareas internas en el Banco Nación y, en caso de que esta entidad deje de cumplir esa tarea, la debería asumir la nueva entidad.

Más allá de que quienes pierdan el trabajo en un banco podrían encontrarlo en el nuevo, hay una transición que alterará la vida del sindicato bancario y que depara un escenario de conflicto.

Por eso el rechazo. “Si fuera un banco mayorista, que no compitiera con el Nación, no habría problema, pero si es minorista, entonces no acompañamos”, enfatizan.

Pero, además, Aruani introduce otra pregunta, acerca del costo de abrir un banco. “Sólo pensar en la infraestructura, en las sucursales para estar presentes en toda la provincia”.

Hoy, el Nación tiene más de 40 sucursales (incluyendo anexos operativos) y alrededor de 800 empleados en la provincia.

Mucha de esa estructura vino del traspaso de sucursales y de empleados del Banco Mendoza al Nación. Ese traspaso de bienes y personal se hizo cuando cayó el Mendoza, en su etapa privatizada, a fines del siglo pasado.

En ese momento, el Nación se transformó en agente financiero de la Provincia. Su contrato venció durante el gobierno de Celso Jaque, quien lo prorrogó hasta 2015.

 Pérez fue a la recuperada Industrias Matas

El Gobernador visitó ayer la octava fábrica recuperada de Mendoza. Se trata de Industrias Matas que, por una ley, fue declarada de utilidad pública la expropiación y será gestionada por los empleados.

Tras ser expropiados, el inmueble y las máquinas serán entregados a la Cooperativa de Trabajadores La Terre, compuesta por 40 personas, en su mayoría mujeres.

Daniel Peralta – dperalta@losandes.com.ar

http://www.losandes.com.ar/article/banco-la-inversion-inicial-es-la-duda

 

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