San Rafael, Mendoza 23 de noviembre de 2024

Las claves de la anarquía que domina la AFA

El día comenzó con los partidos de Boca y River suspendidos, y los tres del jueves, reprogramados por el paro; terminó con la decisión de jugar todo

 

«Yo estoy acá de carambola», les había dicho Luis Segura a sus colegas del comité ejecutivo de la AFA a poco de asumir como presidente, luego de la muerte de Julio Humberto Grondona.

En una de sus primeras decisiones al frente del fútbol, el hombre fuerte de Argentinos Juniors demostró que la suerte fue su gran aliada. Comenzó el martes con la decisión de postergar los partidos de Boca y River, que debían jugar hoy (los xeneizes, en La Plata, ante Estudiantes; los millonarios, en el Monumental, frente a Defensa y Justicia). Además, los otros tres partidos de la fecha, que debían disputarse mañana, en ocasión del paro organizado por Hugo Moyano, también fueron reprogramados. Era una fecha de cinco juegos. Diez horas después, y tras innumerables reuniones, idas y venidas, marchas y contramarchas, la AFA resolvió dejar todo como estaba. Y que los cinco partidos que habían sido reprogramados se jueguen como estaba previsto.

¿Y el paro? «Cada club determinará si juega sin público o no», fue la respuesta que ensayó Pablo Paladino, máximo responsable del Fútbol Para Todos, a la salida de una reunión en el edificio de la AFA. La presencia de Paladino explicita la voluntad del Gobierno de que haya fútbol; de que la pelota funcione, una vez más, como antídoto de la política.

«Segura se dejó influenciar por Angelici», señaló un dirigente que pidió anonimato. «Le debe al presidente de Boca el consenso que consiguió en el comité para llegar como presidente hasta 2015», prosiguió. Angelici fue quien mocionó, hace unas semanas, que Segura cumpliera el mandato que había quedado inconcluso con la muerte de Grondona. Si hay grondonismo sin él, es gracias a Angelici. «Angelici le había dicho que ni River ni Boca querían jugar el miércoles, porque sus rivales del fin de semana (San Lorenzo y Vélez, respectivamente) habían postergado sus partidos por el paro y llegarían más descansados. Segura cedió», contó la misma fuente, que se animó a más: «Parece que al presidente de la AFA los clubes grandes lo están pasando para el cuarto…».

 ¿Y el paro? «Cada club determinará si juega sin público o no», dijo Paladino

En paralelo, el Gobierno comenzaba a jugar su propio partido. Como dueño de los derechos televisivos (por los que paga $ 975 millones al año), quería fútbol. Más aún con el país parado. «Desde las altas esferas están viendo cómo pueden hacer para jugar», fue el mensaje que recibió de la AFA el presidente de uno de los clubes que iban a hacer de locales mañana. Sus jugadores, por las dudas, estaban concentrados.

Al teléfono de Luis Segura también llamó Carlos Tomada, ministro de Trabajo. Y le refirió la intención de que la pelota rodara mañana, día del paro. Segura, solícito, se encargó de transmitir esa idea a varios directivos. Al mediodía, parecía que los partidos que habían sido postergados por el paro finalmente se jugarían. Restaba un detalle: la logística. O sea, cómo hacer para abrir los estadios cuando quienes se encargan de abrir la cancha -los afiliados de la Unión de Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles /(Utedyc)- se pliegan a la medida de fuerza convocada por Moyano. Ese detalle quedaría sin resolverse aún entrada la noche.

El otro funcionario preocupado por la pelota fue Jorge Capitanich. El jefe de Gabinete convocó a los dirigentes de la AFA a una reunión en su despacho a media tarde. Concurrieron Julio Baldomar (Vélez), Guillermo Lorente (Newell’s), José Lemme (Defensa y Justicia), Miguel Silva (Arsenal) y Carlos Coloma (Quilmes). Ya en Balcarce 50 se sumaron Alejandro Marón (Lanús) y Eduardo Villalba, máximo responsable de la seguridad en las canchas porteñas. «¿Cómo pueden hacer para jugar a pesar del paro?», preguntó Capitanich. Los dirigentes se mostraron unidos en la negativa. Le recordaron que los empleados de Utedyc son quienes abren las puertas de las canchas, quienes organizan el espectáculo. Sin ellos, es imposible.

En el despacho del jefe de Gabinete se sondeó la posibilidad de jugar sin público. Los dirigentes tampoco accedieron. «¿Desde cuándo los clubes tienen que pagar el precio de una interna del Gobierno con el sindicalismo? ¿Cómo le voy a decir a mi gente que no puede ir a la cancha a ver a su equipo?», protestó uno de los presentes. Capitanich entendió que jugar sin hinchas no era una posibilidad.

Mientras ese grupo de directivos departía con el chaqueño, otros hacían fila para insultar a Luis Segura. Rodolfo D’Onofrio, presidente de River, protestó en cadena nacional porque la AFA había tomado una decisión inconsulta al suspender el partido frente a Defensa y Justicia. River hizo pública su decisión de jugar el encuentro. E incluso D’Onofrio aseguraba que iba a reunirse con Segura para manifestarle su descontento. Algo similar, pero desde Twitter, hizo Marcelo Tinelli, presidente de San Lorenzo. «Ya es tarde para andar suspendiendo partidos a 24 horas de jugarlos. Se tiene que jugar la fecha esta semana. Es lo más lógico. Yo creo que nuestro presidente, Luis Segura, se tiene que poner más firme que nunca y anunciar que se juegan TODOS. Sería lo mejor para el fútbol», escribió en @cuervotinelli.

En paralelo, Rosario Central y Newell’s pedían en los escritorios de la AFA la postergación de sus partidos de hoy, frente a Godoy Cruz y Atlético de Rafaela, respectivamente. El argumento era que, si River y Boca habían podido suspender sus compromisos debido a que sus rivales del fin de semana tendrían más descanso, lo mismo cabía para los rosarinos. Defensa y Justicia (rival de Rosario Central en la 5a fecha) y Estudiantes (rival de Newell’s) llegarían sin jugar en la semana, ya que sus juegos ante River y Boca, respectivamente, se habían reprogramado.

La delegación de Newell’s en Rafaela se mantenía aferrada al teléfono para saber las novedades que llegaban desde Buenos Aires. Por las dudas, y frente a los rumores de una eventual suspensión, nadie abandonó su lugar en el búnker leproso. Lo que a las 18.30 parecía un hecho, un par de horas más tarde se cambió.

Al caer la noche, Pablo Paladino, máximo responsable político del Fútbol Para Todos, fue al edificio de la calle Viamonte. Allí se reunió con los tres hombres fuertes de la AFA post-Grondona: Segura, Silva y Lemme. Les comunicó que el Gobierno garantizaba la seguridad para que los partidos se jugaran sin problemas. Segura no podía creer el entuerto en el que se había metido por acceder a un pedido de Angelici. «Está desbordado», contó alguien que habló con él por la noche.

Con el apoyo del Gobierno, Segura decidió dar marcha atrás con las reprogramaciones. La AFA puso en su página web el comunicado que confirmaba el normal desarrollo de los partidos, tal como estaba previsto. La certeza de que hoy habrá fútbol puso en alerta a los técnicos que habían licenciado a sus jugadores por la tarde, cuando el fútbol estaba postergado. Carlos Bianchi convocó de urgencia a los futbolistas al búnker de Puerto Madero, donde el plantel se concentró a las 22. Algo parecido ocurrió con los futbolistas de Estudiantes, que se reunieron a las 23.

Todo hace pensar que las desprolijidades de ayer minarán el capital político de Segura y Cía. Aquellos que levantaron la mano para certificar su continuidad hasta octubre de 2015 hoy comienzan a arrepentirse. Algunos quieren un cambio. Es que, como aportó una fuente, «al único que le daba para ser grondonista era a Julio Humberto Grondona».

Por Alejandro Casar González | canchallena.com

http://canchallena.lanacion.com.ar/1722088-las-claves-de-la-anarquia-que-domina-la-afa

 

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