El estancamiento de la economía volvió a poner sobre el tapete los problemas de empleo, con despidos y suspensiones en los sectores más golpeados por la devaluación, la inflación y la recesión.
Lo cierto es que los problemas de empleo están impactando en la tasa de actividad de la población, es decir, en la cantidad de personas que buscan trabajo que, ante la falta de perspectivas, se desalientan y se retiran del mercado.
Este fenómeno irrumpió con mayor fuerza durante el 2014, pero en realidad ya se viene insinuando desde el 2011. Es que la tasa de empleo está estancada desde hace tres años, de acuerdo a un reporte del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA).
Según el instituto, existe “una creciente proporción de personas en edad activa que deciden retirarse del mercado de trabajo”. “El fenómeno se explica por la falta de oportunidades laborales debido a la escasa creación de empleos de calidad”, explica el informe.
El trabajo de IDESA da cuenta de un cambio metodológico en las mediciones oficiales, ya que “hasta el año 2013 los tamaños muestrales estaban construidos en base al Censo 2001 y a partir del año 2014 se recalcularon en base a datos del Censo 2010”, detallan. “El cambio está técnicamente justificado, pero resulta poco pertinente que se aplique 4 años después de realizado el censo y justo en el actual contexto de cambio en las tendencias del empleo”, advierten.
“Si en el año 2014 la tasa de actividad no hubiera caído y fuera la misma que en el año 2011 la tasa de desempleo habría sido de 8,7%, o sea 1,4 puntos superior”, alerta IDESA. En ese sentido, el documento recuerda que “en el año 2011 la tasa de desempleo abierto fue del 7,2% y la tasa de actividad laboral (gente que trabaja o busca trabajo) del 46,3%. Esta última cayó al 45,6% en el primer semestre de este año.
Para la consultora, este fenómeno en realidad viene de hace algunos años. “La estabilidad en la tasa de desempleo abierto no implica que no haya deterioro en el mercado de trabajo. Desde hace 3 años que la tasa de empleo está estancada induciendo menores tasas de actividad laboral y mayor informalidad lo que implica caída de ingresos para muchos hogares”, reza el informe.
“Los datos oficiales muestran que el estancamiento económico no está generando aumentos en el desempleo abierto”, prosigue el reporte, y agrega que “el ajuste en el mercado laboral no se canaliza vía mayor desempleo sino en gente que, ante la falta de oportunidades laborales, deja de buscar empleo”. “Este efecto desaliento opera como un desempleo oculto que es medido a través de la caída en la participación laboral”, sentencia el informe.
“El estancamiento en la producción produce suspensiones, despidos y escasa generación de nuevos empleos. Bajo condiciones tan adversas, muchas personas asumen remotas las posibilidades de conseguir un empleo y por ese motivo deciden dejar de buscarlo. El caso más frecuente se da entre los potenciales segundos generadores de ingresos de los hogares –cónyuges e hijos que viven con los padres– que optan por declararse inactivos como ama de casa, estudiante o sin trabajar ni estudiar. Una segunda consecuencia, que todavía no se puede medir con los datos que publicó el INDEC, es que mucha gente que pierde un empleo formal apela rápidamente a una ocupación alternativa en la informalidad. Esto también contribuye a que el desempleo abierto no aumente”, concluye el instituto.