San Rafael, Mendoza 23 de noviembre de 2024

“Si las cosas las hacés con el corazón, están bien hechas”

El famoso galán concreta un viejo sueño: el martes 22 edita su primer disco, Salir a tocar, donde canta y toca clásicos del rock internacional. Y habla también de su futuro en la TV.

Buen vecino. Arana, con su saxo en las calles de Villa Urquiza. Vive este momento con mucha alegría.Buen vecino. Arana, con su saxo en las calles de Villa Urquiza. Vive este momento con mucha alegría.

La soleada tarde en Villa Urquiza colabora para que el saxo de Facundo Arana brille aún más en plena vereda. El actor -y cantante, saxofonista, dibujante y escritor, profesiones y oficios que detenta con orgullo en la entrevista- posa para la lente del fotógrafo con una alegría casi tan luminosa como su instrumento.
Se entiende, Facundo Arana está cumpliendo un sueño: el martes 22 se edita su primer disco al frente de la Blue Light Orchestra, Salir a tocar. Y de eso habla Facundo, de las ganas que tenía de salir a tocar, de la banda que formó para hacerlo, del álbum que llegó como lógica consecuencia y de cómo hay que beberse la vida de un sorbo, pero con responsabilidad.
   Para darle cierto rigor y contexto a la nota -y aunque al protagonista no le agrade del todo-, hay que recordar que la última gran noticia de Arana fue en noviembre de 2013, con la abrupta salida de Farsantes, la tira de El Trece que protagonizaba con Julio Chávez, Griselda Siciliani, Benjamín Vicuña y Alfredo Casero, y que abandonó por diferencias con los dos primeros (a lo que se suma que ella es la mujer del director del canal y productor de la tira, Adrián Suar). El culebrón duró meses y llegó hasta abril, a la entrega de los Martín Fierro, cuando Farsantes se llevó el Oro, sin Arana en la ceremonia.
¿Puede verse como una respuesta que tu primera gran aparición pública sea haciendo música?
No. El paso anterior había sido una obra de teatro unipersonal, después esta tira con mucho de novedoso. Distintas cosas. Y después vino la música, que ya había estado en el 2000. En mi vida, yo respondo con lo que hago. Me gusta más la gente que hace que la gente que dice. Trato de hablar con mis acciones, porque soy un convencido de que la gente que habla mucho dice poco. En mi casa me enseñaron así. Y funciona.
   Como para que quede claro, agrega un par de conceptos: “Yo reconozco que hablo poco, pero abro la boca para decir algo. Y dejo que la realidad hable por sí sola. Entiendo que hay que vender revistas, pero hay cosas importantes que están pasando como para llenarlas con este tipo de tonteras. Pero la realidad habló. Y cuando la realidad habla, ¿para qué la vas a acompañar con palabras?”.
   Y le pone punto final al asunto: “Con Adrián nunca terminé mal. Me saco el sombrero por Adrián, seis veces me lo saco”.  La prueba (o la realidad) es que en octubre volverán a trabajar juntos (ver El policial que se viene).
Y ahora sí, nos vamos con la música a otra parte.
La Blue Light Orchestra -banda que por ahora tiene un repertorio de clásicos del soul, blues y rock en inglés- debutó en marzo a sala llena en La Trastienda. Pronto giraron por el interior del país. Y a fines de mayo fueron teloneros de Enrique Iglesias ante un Luna Park colmado por ocho mil personas. Una carrera meteórica, cobijada por un líder super famoso, pero con la misma pasión que ponía cuando se ganaba la vida tocando el saxo en el subte.
   “Es un sueño que viene tomando carrera desde hace años. Y son muchos intentos por salir a tocar. Cuando uno es chico, puede dejar de lado determinadas responsabilidades y dedicarle tiempo a tocar. Cuando uno quiere encararlo en otro momento, como un proyecto de trabajo, es otra la inversión. Hay que armar una banda, y los músicos además de hacer lo que les gusta, están trabajando. Yo tuve la fortuna de que las dueñas de la productora Indias Música (que no tienen nada que ver con mi hija mayor, que se llama así) se interesaran en mi propuesta. Y aunque no me habían escuchado, vieron mis ganas y le dieron para adelante”. Y fueron ellas las que contactaron a Sony para editar el álbum.
   “Se lo tomaron en serio. Nos vinieron a ver un par de veces. Nos dijeron qué les gustaba y qué había que corregir”. Tan en serio se lo tomaron que la voz cascada de Arana fue tema de conversación. “Me dijeron que iban a hacer que mi ronquera fuera un elemento más y no todo el color de mi voz. Me pusieron un coach y me puse a estudiar mucho y a entrenar”.
   Facundo ya había sido la voz de La Carranza (una banda que sonó por el 2000, que también integraba Ligia Piro) y hasta llegó a grabar para el disco de Chiquititas, con Romina Yan. “Cris (Morena) no quería. Y yo le insistí hasta que la convencí. Después todos los chiquitos cantaban Estoy loco -el hit- con voz ronca”.
Y dada tu carrera internacional, ¿te ves yendo con la banda a tocar en otros países?
No lo pienso como cuestión comercial, pero a mí me encanta salir a tocar. Y si un día salí a tocar en el subte y terminé grabando un disco, ¿por qué no puedo soñar con tocar en Grecia, por ejemplo?
   Sueños a Arana no le faltan. Se anima a soñar y a cumplirlos. Como cuando escuchó por primera vez un saxo en una canción en la radio y decidió que quería ese instrumento para él. O cuando a los 15 entró en una sala teatral a oscuras, sólo iluminada con una luz azul en una mesa, y decidió que esa iba a ser su profesión.
“Yo estudié teatro con la intención de ser uno más de los artistas callejeros de Plaza Francia. Y después el tiempo hizo lo que hizo. Soy actor, soy músico, soy dibujante, soy escritor… ¿Puedo decirlo? Y sí, lo hago. Soy muchas cosas. Y me gusta hacer de todo, porque la vida es esta. Si después vienen otras, genial. Pero me pasa así. Si las cosas que hacés, las hacés con el corazón, para mí ya están bien hechas”.
   Y a esa convicción le agrega una dosis grande de fortuna. “Soy una persona afortunada y sobre todo porque los que me quieren me malcrían: mi mamá, mi papá, mis hermanos, mi mujer (María Susini) y mis tres hijos (India, de seis, y Moro y Yaco, mellizos de cuatro). Ellos me dejan divertirme y yo me divierto como loco, con responsabilidad. Hago lo que soñé y vivo de lo que me gusta. ¿Qué riesgo hay en eso? Yo vi a un médico, Javier Ureta Sáenz Peña, que hoy es el padrino de uno de mis hijos, sacándome un cáncer del cuello. Yo no podía tener anestesia general, porque él necesitaba que yo le manifestara mi dolor para no cortarme un nervio. Y ahí vi que él tenía el riesgo de cuidar mi vida. Yo juego, y me divierto. Pero lo que hago no es un riesgo.»
Cuando decís que la realidad habla por sí sola, se me ocurre pensar en el inicio de tu romance con María y los rumores de que era un amor inventado. Hoy, siete años después, tienen tres hijos.
Soy de hablar poco. La mujer para mí tiene un papel muy importante. Tengo una madre y tres hermanas. Cuando me di cuenta de lo que sentía por María, me casé. El amor es una cosa que no se puede explicar. Y tratar de ponerle palabras a lo sagrado es un pecado.
http://www.clarin.com/extrashow/musica/Facundo_Arana-Salir_a_tocar-saxo_0_1174682944.html

 

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