San Rafael, Mendoza 23 de noviembre de 2024

La fiesta del Patrón Santiago

 patron santiagoEsta es una fiesta que está unida a las más antiguas tradiciones de nuestra provincia de Mendoza.

La primera fundación de la ciudad de Mendoza en 1561 fue realizada por Don Pedro del Castillo, quien nombró como Santo Patrono a San Pedro. Un año después, en 1562, Don Juan Jufré ordenó el traslado de la ciudad (unos pocos metros apenas) a la que cambió el nombre por el de Ciudad de la Resurrección y el Santo Patrono por Santiago Apóstol. En todo tiempo se cuecen habas. ¡Parece que los conflictos e internas políticas son tan antiguos como el hombre!

El caso es que Don Juan Jufré, evidentemente, pretendió quedar como fundador de la ciudad (razón por la cual le cambió el nombre y el patrono) si no sólo hubiera trasladado la ciudad, cosa que solía hacerse. No le fue bien con la triquiñuela pues el nuevo nombre de la ciudad no prosperó y todos siguieron llamando a la reciente ciudad con su primer nombre: Mendoza.  

Pero como Dios escribe derecho en los torcidos renglones humanos, quiso sí que el Santo Patrono fuera Santiago Apóstol que veneramos hasta hoy. La fiesta del Santo patrono se celebra el 25 de julio y por ello la importancia que tiene en Mendoza, ya que su devoción se remonta a aquel lejano año de 1562. ¡Cuántas generaciones de mendocinos en estos 452 años han confiado sus cultivos, sus ganados, sus casas o sus deseos a la protección de este celestial patrono!

Cuando en la actualidad algunos pretenden arrogarse el derecho a resolver qué cosas del pasado recordar y qué cosas deben olvidarse, pienso en la arrogancia de nuestros tiempos donde algunos parecen creerse más inteligentes y superiores como para resolver que lo que pensaron durante 452 años nuestros antepasados debe ser olvidado. ¿Quiénes somos nosotros, hombres del siglo XXI, pobres ignorantes de las verdades del pasado, para arrogarnos ese derecho?

Y por eso también pienso que es importante que tratemos de conocer mejor el pasado, de conocer mejor nuestra historia.

santiago apostol¿Quién es, entonces, el Patrón Santiago?

Fue un apóstol de Cristo, a quien Cristo llamaba junto con su hermano Juan, “los hijos del trueno”, por su vehemencia y arrojo. Según la tradición Santiago apóstol llegó a las playas de España a enseñar la nueva fe cristiana. Los habitantes del lugar lo recibieron con tanta dureza de corazón que el apóstol no lograba frutos. Afligido y descorazonado por este motivo recibió la visita de la Madre de Cristo, sobre un pilar desde donde la Virgen lo consoló y lo alentó a continuar sin desfallecer.

Dicha advocación mariana es la que conocemos como la Virgen del Pilar, patrona de España. Esta fue la única aparición de la Virgen cuando aún no había sido asunta al cielo y vivía entre los apóstoles en Tierra Santa. Esta aparición renovó las fuerzas del apóstol y empezó a recoger los anhelados frutos. Por eso España honra como a su Santo Patrono y Caudillo a Santiago el Mayor, el hijo de Zebedeo, primero de los Apóstoles que derramó su sangre por la Iglesia naciente y también el primero en llevar el Evangelio a la Hispania, esa tierra que el geógrafo griego Estrabón definió como una gran piel de toro tendida en la extremidad del Occidente, entre los montes de los Pirineos y las columnas de Hércules, frente al Océano tenebroso inexplorado.

No en vano Santiago era “hijo del trueno”, no en vano poseía el carácter bravío. Santiago será llamado a evangelizar a esa “piel de toro”, a esa España como él áspera y bravía, España indomable que se constituiría más tarde en la defensora de la Cristiandad, la que soportó durante ocho siglos la arremetida salvaje del invasor musulmán, para permitir con su agonía la vida del Occidente Cristiano. “España evangelizadora de la mitad del orbe, España martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma…” no solo va a recibir la Luz de la Fe por el Apóstol, sino que también va a gozar de su protección visible en los momentos más difíciles de su historia.

La providencia de Dios, que no deja nada al azar hizo que en la misma fecha de la fiesta de Nuestra Señora del Pilar, aquella que alentó al apóstol, el 12 de octubre, fuera la fecha en que Colón llegara al Nuevo Mundo. Por eso Santiago, el que mereció que la Ssma. Virgen lo visitara en carne mortal a orillad del Ebro, no limita su protección a la España sino que la extiende a toda la Hispanidad.

La Hispanidad es el conjunto de pueblos que han sido conquistados por España, que de ella han recibido la Fe y la lengua, la dulce lengua de Fr. Luis, y que con ella tienen “un destino común universal”:

“Hispanidad es Acero

Del Apóstol Conquistador.

Espada que acaba en flor.

Hispanidad es Santuario

Cimentado en un Pilar

Que nadie podrá borrar.

Hispanidad es Castillo

En que defiende un león

Patria, Honor y Religión”.

Las representaciones de Santiago

Dos son las principales formas de representar a Santiago Apóstol: la figura del peregrino que corresponde al relato que referíamos hace un momento, y la del matamoros.

Esta segunda representación del Santo es la que proviene de la tradición de la Guerra de la Reconquista. Los musulmanes habían invadido casi toda España, entonces los españoles se levantaron en armas para recuperar, reconquistar su territorio. Casi 800 años duró esta guerra que concluyeron los Reyes Católicos con la toma de Granada, el mismo día que recibieron a Colón que pedía apoyo para su expedición.  La importancia de esta guerra para el espíritu nacional fue enorme. Luchaban por algo justo: estaban defendiendo su patria y su religión. Tanto que cuando lograron  terminar esa guerra tan larga, se encontraron que estaban todos mucho más unidos y que su Fe era cada vez más fuerte, ¡tanto habían tenido que sufrir por defender su tierra y su Fe!, que, como era lógico, el amor por su patria y por la fe cristiana había crecido y se había fortalecido.

En este marco es que, en algún momento en que la guerra no era favorable a los cristianos, estos acudieron con sus oraciones a Santiago Apóstol y el Santo los ayudó a lograr la victoria. Alrededor de cincuenta y siete apariciones se cuentan de Santiago para dar la victoria a las armas españolas, en igual número de batallas. Los ejércitos hispanos depositaron siempre su esperanza en la victoria por la mediación del Santo Apóstol, y nos cuentan las crónicas que los Reyes Católicos, Don Fernando y Doña Isabel hacían ondear el estandarte de Santiago en el sitio más alto de la plaza conquistada precediendo siempre éste al pabellón de Castilla. De allí proviene esta segunda forma de representación del Patrón Santiago.

El Patrón Santiago y el mendocino de hoy

Orgullo, como mendocinos, debemos sentir por tan gran patrono. A él debemos encomendar nuestras obras y nuestras empresas como hicieron los mendocinos que fundaron en estas tierras una comunidad que es el origen la ciudad de Mendoza y la provincia toda.

La conmemoración del Santo Patrono Santiago Apóstol es una celebración ligada profundamente a la historia patria y a la historia mendocina. No ofende ni agravia a nadie, testimonia la historia nacional y es parte del patrimonio cultural de todos los mendocinos. Debemos conocer la historia, respetar las tradiciones y la idiosincrasia de nuestro pueblo. No podemos desconocer ni borrar nuestro pasado, ni pretender sustituirlo en el presente por invenciones que no responden a los sucesos históricos.

             Quienes quieren quitarnos nuestras fiestas, como lo intentaron algunos en 2012 y 2013 (felizmente la justicia no les dio la razón), lo hacen desde un planteo a-histórico de la Argentina. Niega el valor de su historia, como si ésta no formara parte esencial de su ser nacional. Creen, en cambio, en un devenirismo de tipo heraclitiano, hegeliano, marxista, sin ser ni esencia. Ni existencia. Porque la Patria, aunque ellos no lo sepan, no es un ente abstracto. La Patria está construida sobre el esfuerzo, el sudor y la sangre de muchas generaciones que nos antecedieron. La Patria tiene una lengua, una tierra, unos cantos, unas costumbres que le son propias.

Desconocer o negar esto, puede ser producto de una ignorancia culposa o parte de un constructivismo pragmático. Lo que se hace es una operación ideológica para construir una nueva sociedad a gusto de sus actuales “constructores” y que los susodichos quieren “imponer” al resto.

Prueba de esto es el testimonio del escritor checo Milán Kundera, quién refiriéndose al dominio soviético de su patria dice: “Para liquidar a las naciones, lo primero que se hace es quitarles la memoria. Se destruyen sus libros, su cultura, su Historia. Y luego viene alguien y les escribe otros libros, les da otra cultura y les inventa otra Historia”.

¡Que no nos quiten nuestra cultura, que no nos roben nuestra historia!

Prof. Andrea Greco de Álvarez

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