El lavado frecuente de manos con agua y jabón, la ventilación de los ambientes y la vacunación para los grupos de riesgo son algunas simples medidas con las que se puede evitar el contagio de la gripe, la bronquiolitis y otras infecciones respiratorias.
Ante la llegada de la época invernal, el Ministerio de Salud, recuerda algunos consejos, como lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón, cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo descartable o con el ángulo interno del codo al toser o estornudar. Estos constituyen pequeños actos que contribuyen a disminuir el impacto de las enfermedades respiratorias.
También se recomienda tirar a la basura los pañuelos descartables inmediatamente después de usarlos; ventilar los ambientes y permitir la entrada de sol en casas y otros lugares cerrados; mantener limpios picaportes y objetos de uso común, y enseñar a los niños a lavarse frecuentemente las manos en la escuela y el hogar.
La persistencia de las bajas temperaturas suele aumentar la incidencia de patologías como la gripe, por lo que tomar éstas medidas básicas de prevención colabora en la disminución de las probabilidades de contagios.
Además, la cartera sanitaria recuerda que las personas comprendidas en los grupos de riesgo aún pueden y deben vacunarse contra la gripe, lo que podrán hacer en forma gratuita en cualquier centro de salud. Están en esa situación las embarazadas y puérperas; los niños de 6 meses a 2 años (quienes deben aplicarse 2 dosis); las personas entre 2 y 64 años con enfermedades de base, el personal del sistema de salud y mayores de 65 años.
Otro problema frecuente que traen aparejados los intensos fríos son los peligros que acarrea la exposición al monóxido de carbono, un gas altamente tóxico producido por el mal uso de estufas, calefones, braseros y otros artefactos cuyo uso aumenta en estas épocas.
Los cuidados de los más pequeños
Un capítulo aparte merece el cuidado de los bebés y niños. Es importante saber que la prevención de la mayoría de las enfermedades empieza con la lactancia materna. A través de ella, se transmiten defensas que permiten que los niños estén en mejores condiciones para enfrentarlas; por eso, si su bebé está enfermo, además de consultar inmediatamente al médico, es fundamental que no deje de amamantarlo.
Por otra parte, si un niño menor de 5 años presenta fiebre, ruidos al respirar, tos, decaimiento o rechaza la comida, esto debe ser entendido como un “signo de alarma” y hay que llevarlo sin demora al centro de salud más cercano. Allí los profesionales podrán detectar y tratar a tiempo las infecciones respiratorias, impidiendo que desarrollen cuadros graves.
Específicamente los niños de entre 6 meses y dos años deben aplicarse la vacuna antigripal incluida en el Calendario Nacional, al igual que las mujeres que tienen bebés menores de 6 meses para protegerlos a través de la leche materna.
Los ambientes donde se encuentran los niños deben ser 100 por ciento libres de humo de tabaco dado que el mismo disminuye el funcionamiento de las defensas del aparato respiratorio en los niños más pequeños.
El cuidado del aire interior de las viviendas también requiere evitar el humo de leña, ventilar las habitaciones donde hay brasas o una llama porque producen monóxido de carbono (un gas altamente tóxico), cuidar la casa del moho y la humedad para prevenir el desarrollo de bacterias y evitar la aplicación de insecticidas en aerosol.
Riesgos de intoxicación por monóxido de carbono
El monóxido de carbono es un gas altamente tóxico que a la vez es inodoro, incoloro, insípido y no irritante. Se produce a partir de la combustión incompleta de gas natural u otros productos que contengan carbono. Por sus características es imperceptible, lo que hace que la persona expuesta no presente ninguna reacción de defensa, facilitando el proceso de intoxicación por inhalación.
Los síntomas de la intoxicación de carbono se manifiestan de inmediato cuando las concentraciones inspiradas son altas, o gradualmente, tras una exposición prolongada y a bajas dosis. En pequeñas concentraciones los efectos se reflejan sólo como dolor de cabeza, náuseas, vómitos, debilidad, fatiga y dolores musculares, por lo que suelen atribuirse erróneamente a otras causas. En altas dosis produce desmayos y puede generar daños graves, inclusive ser mortal.
Para evitar la intoxicación por monóxido de carbono, la cartera sanitaria nacional recomienda tomar las siguientes medidas:
Todos los artefactos domésticos que consumen combustible deben estar instalados por personal matriculado y correctamente mantenidos y operados.
No colocar calefones en baños o dormitorios, si no tienen tiro balanceado.
Verificar que la llama de los artefactos sea azul. Si es de otro color (amarillo o tonalidades anaranjadas o rojas) está funcionando en forma defectuosa, produciendo cantidades anormales de monóxido.
Los hornos, calefones, estufas deben ser inspeccionados anualmente. Las chimeneas de los hogares a leña y sus tiros también deben ser inspeccionados y limpiados todos los años; mantener los ventiladores y los escapes de humo limpios.
Los calentadores de ambiente que consumen combustible sin salida de ventilación deben usarse solamente cuando haya una persona despierta para vigilarlos y las puertas o ventanas de la habitación estén abiertas.
Cuando se calefacciona un lugar, un ambiente como un aula, un salón o una casa, se debe dejar siempre un espacio por donde entre aire del exterior.
No se debe usar la cocina u horno de gas para calefaccionar una casa.
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