San Rafael, Mendoza 18 de mayo de 2024

Mendoza, tercera provincia con mayor incidencia de trastornos de conducta alimentaria

bulimia_3929974-240Mendoza. Algunas pautas culturales han determinado que ser flaco es sinónimo de ser exitoso. Y en busca de esa delgadez, muchas personas terminan cayendo en trastornos alimenticios que les producen severos daños corporales. En Argentina una de cada veinte personas sufren trastornos alimenticios y Mendoza se ubica como la tercer provincia luego de Buenos Aires y Santa Fe con un alto porcentaje de población que sufre este mal.

“Somos el segundo país en el mundo con trastornos alimenticios y nuestra provincia ocupa el puesto número tres a nivel nacional, según la Academia Mundial de Trastornos de la Conducta Alimentaria (AED). Y lo que preocupa es que se da cada vez más en edades más tempranas”, comentó a El Sol la médica María Elena Chirino, de la Fundación Cetai.

Según la médica de esa institución que trabaja en Mendoza con niños y adolescentes, han detectado que los trastornos están apareciendo en chicos entre los 8 y 9 años aunque explicó que a esa edad no se habla ni de anorexia ni de bulimia. “Se ve a la delgadez como un éxito y por eso muchos buscan ser flaco. Llevo 15 años trabajando como médica y noto que ahora hay una mayor incidencia y aparece en edades más tempranas, pero hay que reconocer que antes se desconocía la bulimia y la anorexia e inclusive las obras sociales no la cubrían”, explicó Chirino.

Y agregó: “Antes los padres creían que si un chico o chica no comía era por capricho, lo cierto es que no se conocían estos trastornos y por ello, actualmente, hay personas de 40 y 50 años que lo vienen arrastrando desde la infancia. Que la familia consulte y detecte a tiempo los síntomas es muy importante” y especificó que los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) incluyen: Anorexia Nerviosa (AN), subtipos restrictivos y atracón/purgación; Bulimia Nerviosa (BN), tipos purgativo y no purgativo y Trastornos de la Conducta Alimentaria No Especificados (TANE), incluyendo Trastorno por Atracón (TPA).

Un estudio realizado por la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (Aluba), el 37 por ciento de las mujeres jóvenes en el país sufre desórdenes alimentarios, que son la antesala de la bulimia o de la anorexia y es durante el año escolar cuando crecen hasta un 30 por ciento las consultas familiares por este tipo de problemas.

Según Aluba, quienes padecen algún tipo de TCA, suelen utilizar el período de clases como excusa para no comer. “En esta época es común que los padres pongan más atención en el estudio que en la comida. Además, al no estar presentes durante todas las horas de clase, no tienen manera de saber si sus hijos se dan un atracón o dejan de comer en el colegio”, aseguró Mabel Bello, asesora médica de la institución, a través de la cuenta de Facebook de Aluba por la cual también brindan asesoramiento.

“Habitualmente en invierno, los seres humanos deseamos comer alimentos con más calorías, para que nos ayuden a soportar el frío. Por otra parte, como la ropa cubre más el cuerpo, podemos darnos cierto permiso para los excesos en la comida o para que no se note el estado físico.Pero con quienes sufren alguna patología alimentaria pasa justamente lo contrario, y las horas de estudio pueden servir como excusa para no comer, por ejemplo, al argumentar época de exámenes o mucha tarea”, señaló Bello.

Cómo detectar un TCA

Según la AED, “los Trastornos de la Conducta Alimentaria son enfermedades mentales serias, con una morbilidad y mortalidad médica y psiquiátrica que puede poner en riesgo la vida en forma muy significativa, independientemente del peso del individuo. La Anorexia Nervosa (AN) en particular, tiene el rango de mortalidad más alto de cualquier trastorno psiquiátrico. El riesgo de muerte prematura es de es de 6 a 12 veces mayor en mujeres con AN comparadas a la población general, ajustado a la edad”.

Además de las niñas y mujeres, pueden afectar niños y hombres y gente con una gran variedad de cuerpos, pesos y tallas. “El peso no es el único indicador clínico de un trastorno. La gente con peso normal, también puede padecerlo. Es importante recordar que los TCA no solamente afectan mujeres en bajo peso, cualquier situación de pérdida de peso abrupta en individuos sanos debe ser investigada para descartar la posibilidad de un TCA, incluyendo los pacientes post cirugía bariátrica. Además, la ganancia rápida de peso o fluctuaciones en el peso, pueden ser un marcador potencial de los mismos”, argumentan en sus estudios desde la AED.

“Los individuos que se encuentran por encima de su rango natural de peso, pueden no estar recibiendo una nutrición correcta, y los pacientes dentro de su rango natural de peso pueden estar asociados a prácticas poco saludables, para el control del peso. En los niños y adolescentes, debe investigarse la posibilidad de un TCA, ante la falta de ganancia del peso o estatura esperada, y/o el retraso/interrupción del desarrollo puberal. Las consecuencias médicas de los TCA pueden pasar desapercibidas, aún por los clínicos más experimentados. Los Trastornos de la Conducta Alimentaria pueden ser asociados con un compromiso significativo de cada sistema orgánico del cuerpo, incluyendo el cardiovascular, gastrointestinal, endocrinológico, dermatológico, hematológico, esquelético y el sistema nervioso central”, según la Academia Mundial de Trastornos de la Conducta Alimentaria.

Fuente: El Sol

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