A horas del debut de hoy con Sudáfrica rumbo a la defensa del título, la talentosa jugadora deja el retiro de lado: «Busco disfrutar del presente»
LA HAYA.- En las entrañas del Kyocera, escenario del Mundial de hockey, hay un enorme cuadro de Luciana Aymar que invita a pasar al Business Lounge, la zona VIP del estadio. Tiene su lógica: el sector más distinguido se emparenta con la jugadora de mayor jerarquía del planeta. «Costó, fueron muchos años para este tipo de reconocimiento internacional. Pudieron haber puesto a una holandesa, es un lindo gesto», suspira Lucha cuando alza la mirada y se observa en esa imagen vistiendo la camiseta albiceleste. En septiembre juró que no era como el personaje de la película Highlander, el inmortal. Aseguró que éste sería su último torneo y luego se despediría del hockey. Hoy, a horas del debut ante Sudáfrica para la primera defensa del título (a las 14.45 de nuestro país, ESPN+), deja el tema del retiro a un costado: «Me equivoqué al decir que no seguiría, fue por la presión de que te preguntan y uno no sabe qué contestar.
Lucha Aymar en la previa al inicio del campeonato.
Yo soy así: un día digo que me retiro, pero a la mañana siguiente tengo ganas de seguir jugando». Lo concreto es que, a los 36 años, se encamina a su quinto Mundial Cuando la rosarina jugó el primero en Utrecht ’98, a 60 kilómetros de esta cita, su compañera de plantel Agustina Albertario estaba en preescolar. Lucha sorprende con su vigencia y trazó una carrera incomparable, de aquella flaquita tímida a esta mujer que acumuló medallas de todos los colores y ocho premios a la Mejor Jugadora del Mundo FIH, un récord sin igual.
-¿Cómo dormiste estos días?
-Estoy tranquila. En los últimos tiempos aprendí distintas técnicas de respiración para manejar la ansiedad. Si éste es mi último torneo, no quiero dejar de estar alegre y pasarla bien. No pensar tanto en el resultado. Obviamente que quiero ganar, como siempre, pero busco disfrutar del presente y no apuntar hacia lo que pueda ocurrir a futuro.
-Retegui quiere que no seas tan distribuidora y sí más goleadora. ¿De qué vas a jugar?
-En este Mundial no voy a tener un lugar fijo y creo que será lo mejor. Seguramente empezaré de doble cinco, pero sí: la idea es moverme más adelantada, no quedarme estática. Dependerá del equipo rival. No tengo que encapricharme con un puesto determinado e iré cambiando incluso durante los partidos.
-¿Cómo están colectivamente?
-No hubo lesiones y al equipo lo veo fuerte en todos los aspectos, en lo anímico, lo físico y lo técnico. Fue un período corto de entrenamiento con este nuevo staff, pero llegamos mejor que a los Juegos Olímpicos de Londres.
-Venías comentando en las últimas semanas de una final lógica entre la Argentina y Holanda.
-Sí, creo que somos los dos mejores equipos del mundo, más allá de que otros seleccionados vienen parejos, como Inglaterra y Australia. En este Mundial, Holanda tiene todas las de ganar al jugar en su estadio y con su gente, como pasaba con nosotras en Rosario 2010. Pero ambos estamos muy equilibrados.
-¿De quién será la responsabilidad mayor en esa hipotética final?
-Presión vamos a tener los dos equipos. Nosotras por la defensa del título y ellas porque son las últimas campeonas olímpicas. Pero Holanda no busca «la revancha» de Rosario 2010 ni la Argentina «la revancha» de Londres. Está perfecto que los medios lo enfoquen de esa manera, pero me parece que los dos seleccionados están mucho más concentrados en jugar bien y en disfrutar cada momento.
-¿Este ciclo de Retegui es una versión evolucionada del anterior, aquel que fue de 2009 al 2012?
-El tiempo va barriendo algunas cosas. A veces pensás que, en su momento, uno hizo algunas cosas que no estuvieron tan buenas y que la persona que tenías enfrente tampoco actuó muy bien. Es la convivencia del día a día que va desgastando la relación, como sucede en cualquier grupo. El período anterior del Chapa fue muy intenso, y la separación de ambas partes durante 2013 ayudó a que jugadoras y cuerpo técnico nos distendiéramos un poco. Cuando se confirmó el regreso de Retegui, de ambos lados tratamos de ponerle buena onda y olvidarnos de lo negativo. Dijimos: borramos lo anterior, empecemos de cero y démosle para adelante, con buena predisposición mutua. Al Chapa lo veo mucho más tranquilo y no nos pone nerviosas. Al mismo tiempo, las jugadoras tratamos de ayudarlo porque sabemos que está al frente de los dos seleccionados.
-¿Y en qué varió para ustedes la conducción de Retegui al haber asumido esta doble función?
-Tenemos como asistentes a Martín Berthold, Santiago Capurro, Agustín Corradini, Mamo Ronconi con las arqueras… Con esto digo que no estamos abandonadas, porque todos son el cuerpo técnico. El Chapa es un head coach; bah, está siempre como DT, no sé cómo hace (risas). Pero no nos hacemos drama si no está él. Para la fecha del martes, cuando se va a pegar el partido de los varones con el nuestro en la otra cancha, le dije que se quedara con los chicos, que no había problema. Nosotras sabemos lo que tenemos que hacer y no pasa nada si nos quedamos sólo con los asistentes. Pero ya sé que ese día el Chapa querrá estar en los dos lados a la vez. Fuente: Diario Nación – Por Gastón Saiz | canchallena.com
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