El gobierno dictó cuatro días de alerta por la mala calidad del aire12
SANTIAGO, Chile.- Cubierta por una impenetrable nube de contaminación, que incluso imposibilita ver la cordillera de los Andes, Santiago enfrenta por estos días una fuerte crisis ambiental que obligó a las autoridades a dictar cuatro días consecutivos de alerta y un quinto de preemergencia por la mala calidad del aire.
Increíblemente, esta vez las prohibiciones no sólo se remitieron a la suspensión de actividades de las fábricas y a la restricción vehicular, incluso para autos con convertidor catalítico, sino que el intendente de Santiago, Claudio Orrego, hizo un llamado a la población para que no prendiera sus parrillas, ritual obligado de los chilenos para ver por televisión los partidos de su selección en el Mundial de Brasil.
«Tenemos problemas con el aire. Les pido que no prendan leña, fogatas, ni asados. No queremos una emergencia ambiental», pidió Orrego, en un mes marcado por el frío, la mala ventilación y los cientos de miles de reuniones familiares en torno a carne que se asa sobre una parrilla a carbón.
Ante la sorpresa de la población, inmediatamente surgieron estudios de instituciones privadas que dieron la razón a la autoridad.
De acuerdo con el centro de sustentabilidad de la Universidad Andrés Bello, las partículas emitidas por un asado de carne equivalen a las que contamina un ómnibus del Transantiago, el sistema de transporte de la capital chilena, en 400 kilómetros de recorrido.
El hongo de smog que castiga a Santiago también fue mostrado por los canales de televisión en horario central, que dejaron en evidencia elocuentes imágenes de lo que hoy respiran los chilenos.
Ayudada por un drone , una cámara captó para el noticiero central de Canal 13 una gigantesca nube plomiza, descripta como un «tapón de contaminación» que llegaba hasta los 300 metros de altitud, con una fuerte incidencia en la zona oeste de la ciudad, específicamente en las comunas de Quilicura, Cerro Navia y Pudahuel, las de más baja altura y donde se suele acumular la inmundicia ambiental.
CONCIENCIA NACIONAL, EN FALTA
Sin embargo, y pese a ello, la conciencia nacional no reaccionó de la mejor manera. Durante la semana, varias decenas de conductores no respetaron la restricción vehicular y fueron sancionados con multas de hasta 120 dólares, mientras cada vez más peatones optaban por utilizar barbijos para protegerse de la mugre que flota en el ambiente.
La sugerencia de no prender parrillas, por su parte, fue duramente combatida a través de las redes sociales y los medios de comunicación, más aún en una temporada en que los supermercados yshoppings incentivan el consumo de éstas con ofertas y premios.
«Cada persona es libre de hacer lo que quiera. Yo no puedo prohibirle que fume o que haga un asado», respondió el resignado intendente Orrego.
La polución no es un flagelo exclusivo de la capital chilena, apodada irónicamente «Santiasco» por sus habitantes, por los altos niveles de smog, congestión vehicular y su decreciente calidad de vida. La presidenta Michelle Bachelet decretó este año la poco honrosa denominación de «zonas saturadas» a cinco nuevas ciudades: Curicó, Concepción, Los Ángeles, Valdivia y Coyhaique, ubicadas en el sur de Chile y en las cuales predomina la calefacción a leña, generalmente húmeda y sumamente contaminante.
En todas ellas se ha encontrado material particulado respirable (MP10), dióxido de azufre, diversos óxidos de nitrógeno, ozono, monóxido de carbono, hidrocarburos totales, metano y plomo. La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) ubica a Chile como el segundo país más contaminado de América latina, sólo por detrás de México, en un ranking en el cual la Argentina figura en el 10° lugar.
Siempre según las frías estadísticas, Chile es también el país más contaminado de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) (ente que toma como criterio de medición el índice de partículas PM10, tan pequeñas que son capaces de penetrar hasta el último rincón de los pulmones), con un promedio anual de 46,2 microgramos por metro cúbico.
Estimaciones oficiales entregadas a la nacion explican que la contaminación provoca en Chile un gasto de entre 700 y 1900 millones de dólares anuales en desembolsos médicos, pérdida de productividad y el perjuicio al bienestar social, con cientos de muertes asociadas a problemas respiratorios.
Los planes oficiales, sin embargo, fueron desestimados por el director del Centro de Estudios Medioambientales de la Universidad de Chile, Raúl Morales.
«El modelo no es capaz de dar cuenta de la realidad y comete errores en la predicción. Todas las ciudades que han superado los 100.000 habitantes se encuentran en condiciones críticas en cuanto a calidad de aire», criticó Morales.
Las parrillas
Según un estudio, las partículas emitidas por un asado equivalen a las de un ómnibus del Transantiago en 400 km de recorrido
El segundo en la región
Chile es el segundo país más contaminado en la región, detrás de México
Calefacción y humo
En el sur chileno varias ciudades están contaminadas por la calefacción a leña
Fuente: Por Carlos Vergara | LA NACION
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