Durante una visita reciente a la sede central de Google, en el campus de Mountain View en California, Estados Unidos, tuve un primer acercamiento a lo que podría ser el futuro de la «no conducción».

Google ha anunciado planes para comenzar a fabricar sus propios vehículos que circulan sin conductor en lugar de confiar en otros fabricantes. Hasta ahora, el gigante de Internet había aplicado su tecnología en modelos ya existentes , como el Toyota Prius y el Lexus RX450hs.

Pero los vehículos de la compañía serán pequeños y bonitos autos de ciudad, con caras sonrientes, no amenazadoras, y características útiles para los peatones. El razonamiento de la empresa es que si sus autos van a ser autónomos, no necesitan seguir los diseños convencionales.

Como parte de Google X, el brazo de investigación semisecreto del gigante de búsquedas en Internet, el equipo que se encuentra tras el programa de vehículos conducidos automáticamente está oculto normalmente del ojo público.

Pero logré tener acceso a ellos y averiguar qué hace falta para usar esta tecnología.

Me interesaba saber qué se siente siendo un conductor de pruebas de Google, al quedar en segundo plano, tras las computadoras del auto, aunque te encuentres sentado al volante.

VIAJE ABURRIDO: VIAJE ÚTIL

Lo primero que observé fue la complejidad de los preparativos antes de que los autos sin conductor salgan a la carretera.

Uno de los autos con los que Google comenzó a experimentar con los vehículos autónomos. Foto: AFP
Aunque los nuevos automóviles de Google están diseñados para prescindir eventualmente de los volantes y de los pedales, al principio la compañía quiere equipar los autos con controles específicos para humanos, que se puedan conectar a los dispositivos autónomos y controlarlos, para que se puedan probar con seguridad en las autopistas.

Los autos como el que yo utilicé han tenido siempre a dos personas a bordo preparadas para tomar el control, igual que en los vehículos actuales.

Quizá no toquen el volante durante la mayor parte del recorrido, pero aún así tienen que estar ahí, en alerta constante, vigilando la carretera y observando los errores cometidos por sus choferes autónomos.

En última instancia, es un éxito si los viajes transcurren con la mayor tranquilidad posible.

Video: http://www.youtube.com/watch?v=CqSDWoAhvLU

«Durante el viaje, lo mejor que puede pasar es que todo sea aburrido, porque eso significa que es seguro», dice Brian Torcellini, el conductor de pruebas jefe de Google y el hombre responsable de formar a otros conductores para que no manejen.

Lleva en el equipo desde 2009 y fue uno de los primeros pilotos de un auto autónomo.

SIEMPRE LISTOS

La flota actual de autos no tripulados, alrededor de un par de docenas de ellos, se encuentra en la base de Google en Mountain View. Los conductores de pruebas de Google no tienen permitido llevárselos a casa.

Cuando salen a las calles , normalmente es bajo condiciones cuidadosamente controladas. Los primeros vehículos azules Toyota Prius han sido reemplazados con todoterrenos Lexus de un blanco brillante. Son fáciles de ver, tienen un escáner láser bastante desgarbado en el techo y el logotipo de la compañía en colores primarios en el lateral.

«Cada mañana, los conductores marcan su ingreso igual que cualquier otra persona, luego sacan los autos, realizan algunas pruebas y después vuelven, dejan los vehículos y suben los datos», explica Torcellini.

Los conductores de Google tienen que aprender a dejar conducir a la máquina, pero también se les anima a ser muy cautelosos con las habilidades del auto.

Si en algún momento sienten la más ligera incomodidad con la forma en que conduce el computador, tienen instrucciones de hacerse con el control inmediatamente con un pisotón de pedal o girando el volante.

Los ingenieros pueden entonces recoger información de los computadores y extrapolar y simular lo que el coche habría hecho. La comparación entre la acción hipotética y la intervención humana se puede utilizar para ayudar a mejorar el programa informático del auto.

Fuente: La Nación