“A Abel (Pintos) lo conozco desde hace mucho, nos respetamos mucho mutuamente, y siempre coqueteamos con hacer algo juntos algún día. Cuando Somos uno empezó a tomar forma, me di cuenta que tenía la raíz folclórica que mamé siempre -canta: ‘Todos somos uno con los demás …’- y que el mensaje era el de ser uno con alguien.
Entonces, pensé que tenía que ser uno con alguien a quien la gente vea muy distinto a mí, pero con quien somos iguales, y con quien tenemos mucho feeling.
Lo llamé un día, lo felicité por lo bien que le está yendo, le conté que tenía una canción, y que a medida que tomaba forma, todo me llevaba a hacerla con él.
Le dije que no había hablado con la compañía, y que se la iba a mandar para que la escuchase. ‘Si querés cambiarle algo, se lo cambiás; y si no te gusta, no la hacemos.’ ‘Mandámela ya’, me dijo. Y al toque me respondió: ‘Vamos a hacerla. Me encanta’. Vino acá, y la grabamos. Es un lujazo que me dí porque, para mí, no hay nadie en la Argentina que interprete como él.”
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