Sabido es que la cultura gastronómica tiene como remoto origen la pura necesidad humana de echar algo a la olla para tenerse en pie y poder salir a cazar para tener otra vez algo a lo que hincarle el diente. Inventado el fuego, teniendo un recipiente donde poner algo de agua, el paso siguiente fue poner dentro todo tipo de vegetales y animales comestibles, por supuesto, mejor sería cuanto más cerca se consiguiesen o más fácil de atraparlos fuese.
A parte de la lógica necesidad nutritiva, el hecho de alimentarse casi siempre fue una acción compartida, en muchas culturas hay ritos religiosos que consisten en la ingestión real o simbólica de algún alimento o bebida. Del rito religioso a la celebración y al festejo hay un camino muy corto y de ahí a que todo tipo de reunión cualquiera sea el motivo, es propicio para comer alguna cosita o disfrutar de una opípara comida.
De allí que sea más que lógico decir:
los argentinos siempre tenemos
una excusa para comer.
Es cierto, pero para ser ecuánimes,
la frase va bien con
cualquier otro gentilicio.
Pero por ahora somos los de este país, el motivo por celebrarse el 25 de mayo un nuevo Día de la Patria y por lo tanto celebrarlo con un buen almuerzo con familia y amigos en casa o en alguno de los muchos y muy buenos restaurantes de Mendoza.
El locro
Y he aquí que la olla vuelve a ser protagonista de los acontecimientos, en este caso con uno de los más celebrados platos de nuestra cocina tradicional: el locro criollo.
Este guiso en el estricto sentido de la palabra reúne las características culturales que decíamos al principio, cocinar con lo que tenemos cerca. Y claro, la tierra americana nos da los principales ingredientes sin desdeñar los aportes de las distintas Madres Patrias que han traído en su acervo los pueblos que conformaron la identidad nacional.
Misioneros jesuitas, prácticos y observadores, relatan sobre algunos preparados que los antiguos quechuas preparaban con la papa, en su forma fresca de tubérculo o como chuño, la cocinaban o la asaban para luego incorporarla a una cazuela o guisado llamado yankalla papa lukru o sampu lukru si el utilizado era una veriedad de calabaza. Americanos también, el zapallo, el tomate yalgunos repollos y nabos autóctonos compartieron también el hirviente destino de la cacerola, no sin la presencia de mítico maíz cortado el choclo en rodajas o si ya estaba seco, machacado en morteros de piedra o madera.
Desde las tierras altas de Perú y Bolivia hasta Cuyo, los diferentes pueblos le fueron danto al locro primordial su toque distintivo con los desafiantes ajíes o el aporte más tranquilo de alguna legumbre del lugar. De la presencia animal poco se sabe, hay referencias del agregado de carne de conejo, siendo ya el contacto con el colonizador europeo lo que le agrega cerdo, cordero o loschacinados elaborados con esas carnes.
También provienen de esas culturas la utilización de porotos, garbanzos y otras legumbres de allende los mares. Quizá en nuestro simbólico locro criollo esté representada, más que en ningún otro plato, la cocina fusión, hoy tan de moda. Lo cierto es que como lo demuestra la historia, la mezcla enriquece los pueblos y las culturas.
Empanadas, entremeces y la estrella del festejo.
Entonces sí, a la hora de la evocación de la gesta patriótica de 1810 y para congratularnos de vivir en un país tan lindo, nos vamos acercando a la mesa con el refulgente sol de mayo sobre nuestras cabezas. En la previa la emprendemos con las empanadas de masa criolla, jugosas, picantes, con un dejo de comino, el siempre presente e incomprensible huevo duro y la nunca bien ponderadaaceituna, que si está descarozada, más elegante la ocasión.
Los Viva la Patria se entremezclan con los brindis, con entremeses de berenjena en escabeche, cebollitas en vinagre, aceitunas sajadas y patitas aliñadas. Después, en una humeante cazuela (en realidad no es humo es vapor)aparece la estrella del festejo, un locro sabroso de maíz, porotos y garbanzos, con cerdo, trozos de chorizo y panceta; zapallo y papa, adornado con cebollitas de verdeo bien picadas y la opción de salsa de ají picante para hacer más cálida la celebración.
Pero claro, para desfrutar en familia o con amigos de todas esas exquisiteces también está la opción de pasarla de lo mejor en alguna de estas tres propuestas que además le agregan un inigualable entorno de paisaje de montaña:
Entre Cerros en Potrerillos. Celebremos este 25 de con Fondue acompañada de champignones, tomates secos, jamón, salchichas ahumadas y verduras de estación. Tablas de fiambres, desde las tradicionales con jamón crudo o bondiola hasta la Premium de Ahumados con jabalí, faisán, ciervo, ñandú, quesos varios etc. O también en carnes: Brochette de lomo y de pollo con salsa a la mostaza o Lomo al malbec. Para los que prefieren pastas: lasagnas caseritas. Fideos de la casa: con crema, champignones y jamón. Menú infantil: patitas con puré o fideos con manteca. Ruta 89, Las Vegas, Potrerillos. Tel. 0261 511 6535
La Mariana en Cacheuta. Para esta fiesta de la Patria ofrecen platos de cocina criolla: empanadas y pasteles, carbonada criolla y postres regionales deliciosos con alcayota nuez. $150. Ruta Provincial Nº82 Km 31, Colonia Suiza, Cacheuta, Mendoza. Reservas: 0261 15 546 7070
Restaurante Hotel Termas de Cacheuta. Menú Criollo buffet (sin bebidas) + servicio de spa $370 por persona. Ruta Provincial 82, Km 38, Cacheuta. Tel. 02624 490 152/3
Más opciones en Agenda Gastronómica de Food Lovers:http://www.mdzol.com/nota/534678-a-donde-salir-a-comer-el-25-de-mayo/
Subsecretaría de Promoción – Ministerio de Turismo de Mendoza
http://rutasgastronomicas.mendoza.gov.ar/
http://www.disfrutamendoza.com/
Fuente: MDZ –
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