El Gobierno ingresó en la etapa de la inflación cuidada. Ayer, el Indec informó que en abril el costo de vida tuvo un aumento de 1,8%, y de esta manera acumuló en los primeros cuatro meses del año una suba de 11,9%. Por segundo mes consecutivo, el índice de abril estuvo claramente por debajo de las mediciones privadas -que casi sin excepción esperaban una suba superior a 2%-, profundizando así las dudas acerca de la credibilidad de las estadísticas oficiales.
El encargado de anunciar el índice de abril fue nuevamente el ministro de Economía, Axel Kicillof, que se anticipó un día al cronograma oficial que hasta ayer seguía figurando en la página del Indec . Kicillof aseguró que «se nota una desaceleración en los precios con respecto a los meses anteriores» y destacó que «en el rubro de frutas y verduras se verificó una baja». El funcionario además sostuvo que el nuevo índice de precios nacional urbano (IPC-NU) «es mucho más robusto y representativo de la realidad del país» que el indicador oficial que estuvo vigente hasta diciembre pasado.
En la apertura por rubros de los datos del Indec, los alimentos y bebidas registraron una suba de 1,1%, y de esta manera se ubicaron claramente por debajo del promedio general. Los aumentos fueron liderados por el rubro vivienda y servicios básicos, con un alza de 3,1%; indumentaria (2,5%), y educación y transporte (ambos con una suba de 2,3 por ciento).
Dentro de los alimentos, el mayor aumento se dio en los pescados frescos y congelados, que en abril para el Indec sufrieron una suba de 9%, seguidos por margarinas (3,7%), sopas (3,7%) y café (3 por ciento).
Para las estadísticas oficiales, en el caso de las frutas y verduras en abril directamente hubo deflación, con bajas de 0,4 y 0,2%, respectivamente, mientras que la carne vacuna sólo subió uno por ciento.
A la hora de explicar la brecha entre la medición oficial y las privadas todas las miradas apuntan al régimen oficial de Precios Cuidados. «Todo indica que la diferencia se debe a que en el índice del Indec los Precios Cuidados están sobrerrepresentados en la canasta de consumo de los hogares», señaló el economista Lucas Llach.
Por su parte, la ex directora del Indec Graciela Bevacqua destacó que el índice del Indec no reflejó lo que pasó con los alimentos frescos, en especial en los comercios minoristas más pequeños. «En abril la carne tuvo subas importantes en las carnicerías que no se observaron en los supermercados, con diferencias del más de 50%, dejando un arrastre para mayo de 1,5%», señaló Bevacqua, que informó para abril una suba de 2,6 por ciento.
Más allá de las dudas que volvieron a despertar los números del Indec, los analistas privados reconocen que la inflación muestra una marcada desaceleración, pero destacaron que el principal motor del cambio no son los Precios Cuidados, sino el parate de la actividad económica. «Ya es visible la caída en el nivel de actividad y en la demanda, principalmente en el consumo privado, que ha puesto un techo a la suba de precios», afirmó Eduardo Levy Yeyaty, director de Elypsis, que había adelantado para abril una inflación de 2,5 por ciento.
Jorge Todesca, titular del estudio Finsoport, señaló: «De acuerdo con nuestra medición, que se limita a Buenos Aires, la inflación en abril fue de 2,9%, y para mayo esperamos una suba menor, del orden de 2,1 por ciento. La desaceleración se explica básicamente por el estancamiento del consumo y también porque el dólar está volviendo a funcionar como un ancla para los precios».
El papel que tuvo el dólar anclado en torno a los 8 pesos para desacelerar los aumentos también es confirmado por el Estudio Bein, que esta semana había informado una suba del 2% del costo de vida en abril. «Pasado el shock de la devaluación, lo que tuvo un impacto directo en la inflación fue la moderación en el tipo de cambio. Con el tipo de cambio funcionando como un ancla, y moderadas las expectativas de devaluación, se ve un traslado directo a la inflación, que no se frenó, pero se moderó», señaló Marina Dal Poggetto, economista jefe del Estudio Bein.
Fuente: La Nación
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