Esta semana, la Organización Mundial de la Salud (OMS) difundió un informe global sobre antibióticos en el que advierte que en todo el mundo hay una alta resistencia a estos fármacos, una realidad que puede afectar a cualquier persona en cualquier país y que «ya es una gran amenaza para la salud pública». En el mismo informe, el organismo de la ONU realizó una lista de cuáles son los siete agentes infecciosos más peligrosos por ser los más resistentes a los antibióticos:
Klebsiella pneumonia. Los microorganismos del género Klebsiella son bacilos gramnegativos inmóviles que pertenecen a la familia Enterobacteriaceae. ¿Qué efectos producen sobre la salud humana? La colonización puede dar lugar a infecciones invasivas. En raras ocasiones, las especies Klebsiella spp., K. pneumoniae y K. oxytoca pueden causar infecciones graves, como neumonía destructiva. Se han detectado Klebsiella spp. en pacientes de hospitales, estando la transmisión asociada con la manipulación frecuente de los pacientes (por ejemplo, en las unidades de cuidados intensivos). Quienes se exponen a un riesgo mayor son las personas con sistemas inmunitarios poco activos, como las personas ancianas o muy jóvenes, los pacientes con quemaduras o heridas extensas, los que están siendo sometidos a tratamientos inmunodepresores o los infectados por el VIH.
Escherichia coli. Está presente en grandes concentraciones en la microflora intestinal normal de las personas y los animales donde, por lo general, es inocua. Sin embargo, en otras partes del cuerpo la E. coli puede causar enfermedades graves, como infecciones de las vías urinarias, bacteriemia y meningitis. Un número reducido de cepas enteropatógenas pueden causar diarrea aguda.
Staphylococcus aureus. Es un coco grampositivo, aerobio o anaerobio, que generalmente se dispone en racimos irregulares semejantes a los de uvas. Aunque comúnmente forma parte de la microflora humana, puede producir enfermedad mediante dos mecanismos distintos. Uno se basa en la capacidad de los microorganismos para proliferar y propagarse ampliamente por los tejidos, y el otro en su capacidad para producir toxinas y enzimas extracelulares. Las infecciones basadas en la proliferación de los microorganismos son un problema significativo en hospitales y otros centros de salud. La proliferación en los tejidos puede producir manifestaciones como forúnculos, infecciones cutáneas, infecciones postoperatorias de heridas, infecciones intestinales, septicemia, endocarditis, osteomielitis y neumonía. Los síntomas clínicos de estas infecciones tardan bastante en aparecer, por lo general varios días.
Streptococcus pneumoniae. Este neumococo es un microorganismo patógeno capaz de causar en humanos varias infecciones y procesos invasivos severos. Neumococo es un patógeno casi exclusivamente humano causante de un gran número de infecciones (neumonía, sinusitis, peritonitis, etc) y de procesos invasivos severos (meningitis, sepsis, etc.), particularmente en personas mayores, niños y personas inmunodeprimidas.
Non-typhoidal Salmonella. Son bacilos gramnegativos móviles que no fermentan la lactosa, aunque la mayoría producen sulfuro de hidrógeno o gas por fermentación de los hidratos de carbono. Típicamente producen cuatro manifestaciones clínicas: gastroenteritis (que va desde diarrea leve a diarrea fulminante, náuseas y vómitos), bacteriemia o septicemia (accesos de fiebre alta con hemocultivos positivos), fiebre tifoidea o paratifoidea (fiebre continua con o sin diarrea) y la condición de portadoras de personas infectadas anteriormente. En lo que respecta a la infección intestinal, las especies de Salmonella se pueden dividir en dos grupos bastante diferenciados: las especies o serotipos tifoideos (Salmonella typhi y S. Paratyphi) y el resto de especies o serotipos no tifoideos. Los síntomas de la gastroenteritis no tifoidea aparecen de 6 a 72 horas después de la ingestión de agua o alimentos contaminados. La diarrea dura de tres a cinco días y cursa con fiebre y dolor abdominal. La enfermedad, por lo general, es de resolución espontánea. El período de incubación de la fiebre tifoidea puede durar de uno a catorce días, pero normalmente dura de tres a cinco días. La fiebre tifoidea es una enfermedad más grave y puede ser mortal. Aunque el tifus es poco frecuente en zonas con buenos sistemas de saneamiento, todavía es prevalente en otras regiones y enferman muchos millones de personas al año.
Shigella species. Pertenece a la familia Enterobacteriaceae y está formado por bacilos gramnegativos. Sobre la salud humana puede ocasionar enfermedades intestinales graves, incluida la disentería bacilar. Cada año se producen más de dos millones de infecciones que ocasionan unas 600.000 muertes, sobre todo en países en desarrollo. La mayoría de las infecciones por Shigella se producen en niños menores de diez años. El periodo de incubación de la shigelosis suele ser de 24 a 72 horas. La ingestión de tan solo 10 a 100 microorganismos puede producir una infección, una dosis infectiva sustancialmente más baja que la de la mayoría de las demás bacterias entéricas. Al comienzo de la enfermedad aparecen cólicos, fiebre y diarrea acuosa. Todas las especies pueden producir enfermedades graves, pero la enfermedad producida por S. sonnei es, por lo general, relativamente leve y de resolución espontánea. En el caso de S. dysenteriae, las manifestaciones clínicas pueden desembocar en la formación de úlceras con diarrea hemorrágica y una concentración alta de neutrófilos en las heces.
Neisseria gonorrhoeae. Es una especie bacteriana gram negativa que forma diplococos. Es el agente causante de la gonorrea, enfermedad de transmisión sexual. También es responsable de la oftalmía neonatal. Neisseria gonorrhoeae es un parásito exclusivo de los humanos, ya que no se ha encontrado en ninguna otra especie. Es un organismo muy sensible a la desecación y a las radiaciones UV, así pues su transmisión se produce por contacto íntimo entre dos personas, generalmente a través del coito. Los síntomas de la infección con este gonococo varía dependiendo del lugar de infección. La infección del tracto genital puede resultar en una descarga purulenta de la uretra, aunque algunas veces puede no llegar a producirse. Esta descarga puede asociarse con mal olor, inflamación, enrojecimiento, hinchazón, disuria y sensación de ardor al orinar. También puede causar conjuntivitis, faringitis, proctitis o uretritis, prostatitis y orquitis.
Fuente: La Vanguardia
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