«El año que viene seguiremos molestando», dijo el sábado el director técnico del Atlético Madrid, Diego Pablo Simeone (44), minutos después de la final de la Champions League que se le escurrió de las manos en los dos últimos y fatales minutos de un partido que ya se hizo un lugar entre los mejores de la historia y que confirmó al «Cholo» como uno de los entrenadores más prestigiosos del momento, que llegó al club «colchonero» para socavar la hegemonía de los más grandes.

El «Cholo» debutó como entrenador en Racing el 26 de febrero de 2006 en un clásico ante Independiente, apenas una semana después de haberse retirado como jugador. Asumió a pedido del entonces gerenciador del club de Avellaneda, Fernando Marín, luego de que Fernando «Teté» Quiroz presentara la renuncia al cargo de DT por malos resultados. En su ciclo inicial Simeone dirigió 14 partidos (5-3-6) en los que obtuvo el 43% de los puntos y se fue tras el final de ese torneo, el Clausura 2006.

Su vertiginosa carrera continuó tres meses después cuando tomó el mando de la dirección técnica de Estudiantes de La Plata. Con el «Pincha» se consagró campeón del Torneo Apertura 2006 tras disputar un desempate con Boca y pudo cortar así una racha de 23 años del equipo platense sin títulos. De aquel torneo se recuerda el 7-0 sobre Gimnasia en el clásico. Su cosecha de puntos fue del 77%.

El campeonato con Estudiantes le valió una propuesta de River y el club de Núñez fue su siguiente experiencia. Fue nombrado como DT el 15 de noviembre de 2007, pocos días después de que Daniel Passarella finalizara un ciclo para el olvido al frente del equipo «Millonario». Simeone sorprendió al fútbol argentino al volver a consagrarse como campeón, en este caso del Torneo Clausura 2008 con el 75% de los puntos ganados.

El «Cholo» parecía ser el nuevo revolucionario del fútbol. Recibía sin embargo críticas por su estilo: pegado a la línea de cal gritaba todo el partido, daba indicaciones sin parar, se mostraba nervioso y por momentos alteraba la calma de sus jugadores cuando no respetaban la táctica que se había dispuesto.

La segunda parte de su etapa en River fue decepcionante. Sufrió la recordada eliminación en octavos de final de la Copa Libertadores ante el San Lorenzo de Ramón Díaz (ganaba por dos goles y tenía dos jugadores más cuando el «Ciclón» le empató el partido en un minuto) y renunció el 15 de noviembre de 2008 tras quedar afuera de la Copa Sudamericana ante Chivas de Guadalajara y dejando al equipo en la última posición del torneo local por primera vez en la historia del club.

Tras cinco meses de descanso, decidió afrontar el desafío de dirigir a San Lorenzo luego de la salida de Miguel Ángel Russo, allá por abril de 2009. No tuvo mayor trascendencia en ninguno de los cuatro torneos que dirigió y renunció al cargo en la 12° fecha del Clausura 2010 con el equipo en la 17° posición.

Mientras en la Argentina se ponía en duda su capacidad y estilo, en España el nombre del «Cholo» comenzó a sonar con fuerza en momentos en que el equipo del que se convirtió en símbolo en su época de jugador, el Atlético Madrid, atravesaba momentos críticos, al punto de arriesgar su plaza en Primera División.

Los rumores indicaban que se acercaba al club «colchonero» y su próximo destino fue en Europa pero en Italia, cuando tomó al Catania, un equipo cuyo estadía en la máxima categoría dependía de un milagro que Simeone hizo posible.

El 21 de junio de 2011 inició entonces su periplo por el Viejo Continente en el club de Sicilia. Con varios futbolistas argentinos como estandartes y tras tomar al equipo en la 15° posición, a tres puntos de perder la categoría, realizó la mejor mejor campaña del Catania en Primera y logró la estadía en la Serie A.

El objetivo cumplido volvió a ponerlo en primera plana y aunque en Europa volvían a fijarse especialmente en él, Simeone se permitió una segunda oportunidad en Racing a partir de junio de 2011. Logró el subcampeonato en el Apertura 2011 y cuando todo hacía prever su continuidad el «Cholo» presentó la renuncia al cargo en forma controvertida por diferencias con la dirigencia encabezada por Rodolfo Molina.

Por aquellos días y tras un tiempo de silencio, las especulaciones sobre su desembarco en el Atlético de Madrid reaparecían con más fuerza que nunca y aunque el propio Simeone negó en más de una oportunidad que su salida de Racing tuviera algo que ver con la oferta del club de Madrid, su palabra no alcanzó para desterrar dicha creencia, máxime pocos meses después, cuando en diciembre de 2011 fue anunciada en España su contratación como DT «colchonero».

Allí comenzó su etapa consagratoria como entrenador: en el término de un año como técnico del Atlético Madrid se consagró campeón de la UEFA Europa League (el 9/5/2012 venció en la final al Athletic Bilbao de Marcelo Bielsa por 3-0), de la Supercopa de Europa (el 31/8/2012 venció al Chelsea por 4-1) y de la Copa del Rey (el 17/5/2013 le ganó 2-1 la final al Real Madrid), lo que le valió la consagración como el mejor entrenador de España del año 2013.

Apenas un año después tocó las puertas del cielo tras su primer gran logro de 2014, cuando en el mes de mayo se consumó la consagración del Atlético Madrid como campeón de la Liga de España 16 años después de su último título (ganado con el «Cholo» como capitán de aquel equipo), jugó la final de la Champions League, instancia que los madrileños no alcanzaban desde hacía 40 años, y estuvo a punto de ganar si no fuese por el gol de Sergio Ramos en el minuto 93 que le valió al Real Madrid la instancia de la prórroga que luego sentenció 4-1 por experiencia y la calidad de sus estrellas.

Su capacidad de liderazgo puesta en función del equipo y la cosecha de resultados hicieron que clubes como Manchester United evaluaran la opción de contratarlo pero el «Cholo» jugará una segunda vuelta con el Aleti en busca de revancha.

«Seguiremos molestando», anunció Diego Simeone de cara a los gigantes del fútbol mundial. Vaya si hasta ahora lo hizo.

Fuente: Infobae