La presidenta Cristina Kirchner, ayer, rodeada de militantes y artistas, luego de su corto discurso en la Plaza de Mayo.
Con una masiva movilización y un llamado a la unidad nacional, Cristina Kirchner abrió ayer los festejos por la fiesta patria ante una Plaza de Mayo colmada de militantes, a quienes les dedicó un discurso centrado en dar un mensaje más allá de 2015.
«Es imprescindible que este proyecto se materialice en el conjunto del pueblo, al que convoco a la unidad nacional, pero no para volver atrás » , lanzó como eje de sus palabras. El discurso presidencial fue transmitido por cadena nacional con una puntualidad tal que obligó a todo el gabinete a apurar la marcha rumbo al escenario montado de espaldas a la Casa Rosada para llegar a tiempo.
Una pasarela se metía sobre la plaza para que Cristina la recorriera y bailara en el final de su mensaje, de apenas media hora, que terminó con un inédito pedido de perdón. «Si a alguno le ofende mi modo de hablar, le pido perdón, pero sepan que, más allá de las formas, del tono, acá van a tener a una presidenta que jamás va a traicionar los intereses de la Nación», cerró, con la voz quebrada.
El modo fue distinto . La Presidenta apenas si hizo críticas generales y sólo fustigó a la oposición que sostiene que las ideologías no sirven, sin dar nombres. «Siempre las ideas preceden a la gestión. No lo dicen porque no pueden contar sus ideas, que no les convienen a las grandes mayorías», cuestionó.
El atril luminoso desde donde habló, escoltada por los artistas que cantarían minutos después durante el show, completaba el cuadro. «Juntos soñamos futuro. Juntos hacemos futuro. Juntos construimos futuro» era el mensaje que había ideado la Casa Rosada para esta etapa de fin de mandato en la que el kirchnerismo se juega su continuidad sin Cristina.
«Estamos ante una oportunidad histórica. Algunos quieren boicotear, sembrar cizaña, dividir y enfrentar. No cuenten conmigo. Voy a seguir trabajando. Les pido que no angustien más a los argentinos, que ayuden a construir esperanza, que no asusten. Ayuden a generar fe», abundó, y citó las palabras que más temprano había escuchado de monseñor Mario Poli en su regreso después de ocho años a la catedral porteña tras su viraje y acercamiento al papa Francisco (de lo que se informa en la página 8).
«De la homilía me quedó repiqueteando cuando se relata la última cena y Jesucristo decide apartarse de los ritos ancestrales y lavarles los pies a sus discípulos para expresar la vocación de servicio», apuntó.
Para la Presidenta, la historia de la refundación de la Argentina nació hace 11 años. «Jesucristo se atrevió a cambiar las reglas preestablecidas y eso es lo que nosotros hemos hecho en estos años», comparó.
La Plaza de Mayo y las diagonales estaban repletas de militantes. La agencia oficial Télam sostuvo que había 300.000 personas, el doble de la capacidad de la plaza, que se veía completa. Fuentes policiales calcularon que hubo unas 150.000 personas que asistieron a la plaza.
La movilización se destacó por el poder de convocatoria de Unidos y Organizados, el espacio político propio de Cristina Kirchner con La Cámpora a la cabeza, la agrupación que llevó la mayor columna, ubicada -como lo hace siempre- sobre el centro del escenario. En la avenida Rivadavia quedó el Movimiento Evita, como el segundo grupo de mayor presencia, además de Nuevo Encuentro, Miles, Kolina, Peronismo Militante o el Frente Transversal.
DISPUTA INTERNA
La disputa interna dentro del oficialismo por la candidatura para 2015 también jugó su papel en el acto, con Florencio Randazzo y Sergio Urribarri al tope de los gestos para convertirse en el elegido para hacer frente a Daniel Scioli en las primarias de agosto del año próximo. El gobernador bonaerense fue, como contrapartida, el gran ausente en un escenario que contó con la mayoría de los mandatarios cercanos a la Casa Rosada.
«Necesitamos hacer mucho más. Necesitamos convencidos, fe en la patria, en la Nación, en nuestra historia y en nuestras posibilidades», agregó la Presidenta, casi en tono sciolista y papal.
Futuro fue la palabra que más abundó en su mensaje. Dijo que su proyecto está «más firme que nunca» y que lo va «a seguir llevando adelante», mientras recordaba a Néstor Kirchner, de quien destacó que había expresado «otra manera de pensar y gobernar» el país.
El acto comenzó poco antes de las 18 con el Himno Nacional cantado por Laura Tarragó Ros, una de las hijas de Antonio Tarragó Ros, y la musicalización de la Fanfarria Alto Perú y el grupo Meta Bombo, que sorprendió desde tres plataformas aéreas ubicadas a la altura de los balcones superiores de la Casa Rosada.
«Les basta unos pocos para apoderarse del pueblo», lanzó la Presidenta antes del cierre, como advertencia a los votantes sobre el futuro presidente, y pidió a la sociedad que recuerde cómo estaba antes de 2003, en un claro mensaje de cara a la campaña que vendrá.
UN DISCURSO Y VARIOS MENSAJES
La Presidenta habló a una multitud en la Plaza de Mayo:
Cristina Kirchner – Presidenta de La Nación
«No me interesa la unidad nacional para volver para atrás, para no ocuparse de los pobres y los excluidos»
«Es cierto que algunos quieren sembrar cizaña, que algunos quieren dividir y enfrentar. No cuenten conmigo»
«La unidad que quiero y necesitamos es a partir de palabras e ideas claras, sin descalificaciones»
«Yo sé que por mi forma de ser, por ahí soy dura con mis palabras. Si a alguno le ofende mi estilo y mi forma de hablar le pido perdón».
Fuente: La Nación
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