Según el último informe del Banco Central, el “ratio” de irregularidad de los préstamos a las familias en todo el sistema apenas alcanza 2,7% del crédito, en un marco de leve reducción de saldo total de financiaciones y con mayor énfasis en las líneas al consumo.
Pero, según la información de los bancos que otorgan préstamos personales a los segmentos de clase media baja, que ganan menos de 5.000 pesos brutos por mes, la incobrabilidad tuvo un alza del 50% con respecto a un año atrás. Hace doce meses, la cartera de incobrables llegaba al 12% del total, y ahora pasó al 18%.
Esto se explica por la pérdida de empleo y la caída del salario real a raíz de la inflación, que en los sectores medios fue del 5%, pero en el segmento de bajos recursos el poder adquisitivo cayó un 20%.
La primera medida de los bancos fue acortar los plazos, ya que el año pasado daban préstamos a 48 meses, mientras ahora el plazo máximo es de 24 meses, además de no actualizar los montos de los préstamos por inflación, lo cual significa que, en términos reales, están entregando un 35% menos de plata.
Por otra parte, bajaron la relación cuota-ingreso que antes estaba entre el 30% y 40% y en estos momentos pasó a estar entre el 25% y 30%.
En el mercado abierto, como denominan en la jerga a las financieras que prestan por fuera del circuito formal, la incobrabilidad llegaba al 20% de la cartera y ahora trepó al 25%.
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