El mundo está cambiando. Aumento de la temperatura, cambios en la capa de nieve en zonas de montaña y derretimiento de glaciares en los polos, aumento del nivel del mar o la mayor frecuencia con la que cada vez ocurren fenómenos meteorológicos extremos son algunas de las consecuencias que ya sufre el planeta por el calentamiento global.
El último informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) indica que fenómenos como intensas olas de calor, sequías extremas o inundaciones irán en incremento si no se reducen considerablemente las emisiones de gases de efecto invernadero.
El IPCC está conformado por miles de expertos y científicos de todo el mundo. Su Informe 2014 evalúa el impacto, la adaptación y la vulnerabilidad de todas las regiones del planeta ante el Cambio Climático. Matilde Rusticucci, científica argentina, directora del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos de la UBA, es una de las redactoras globales del IPCC y estuvo en Mendoza para una entrevista con el ministro de Tierras, Ambiente y Recursos Naturales, Guillermo Elizalde.
-¿Qué es en realidad el Cambio Climático? ¿Qué resulta del último informe del IPCC?
-Cuando hablamos de cambio climático nos referimos a transformaciones sostenidas en el tiempo, a través de décadas y hasta centurias. Lo que decimos es que enfrentamos un clima hoy que es diferente al que teníamos hace 100 años y ese cambio se está produciendo en todos los continentes y en los océanos. El Informe 2014 del IPCC llega a la conclusión que el mundo está en una situación de vulnerabilidad contra los riesgos.
-Vemos que en nuestro país hay zonas que sufren cada vez más sequías mientras otras tienen problemas por inundaciones. ¿Hay explicación a esas diferencias?
-Siempre existieron los cambios de clima en la Tierra, pero a escala geológica. Las eras glaciares e interglaciares existieron, pero en el último siglo fue el hombre el que empezó a interferir artificialmente con la combustión de residuos fósiles lo cual provocó lo que hoy conocemos como efecto invernadero. Lo que primero fue un aumento de temperatura, luego se transformó en mayor cantidad de precipitaciones en algunas zonas, ausencia casi total de lluvia en otras. Por eso decimos que este cambio climático no es natural sino debido a la acción del hombre.
-¿Cómo está ubicada Mendoza en ese nuevo mapa global?
-Lo que se puede ver de los estudios científicos que realizamos sobre la región es que las precipitaciones han descendido y cada vez llueve menos, en comparación con otros lugares de la misma Argentina. Específicamente en Mendoza va a continuar la tendencia hacia un clima más seco y, a la vez, con aumento de temperatura lo que va a contribuir a otros cambios.
-Son cambios que ya afectan la producción, la economía y, por lo tanto, al hombre.
-Los cambios que vemos en lo atmosférico tienen impacto directo en nosotros. El último informe del IPCC dice que el efecto será cada vez mayor sobre la agricultura, el sector forestal y hasta peligro de extinción de numerosas especies animales y vegetales por nuevas estructuras en los ecosistemas. Si esto no varía se pronostica que las tierras perderán productividad y con ellas caerán los cultivos y la posibilidad de cría de ganado en territorios como el nuestro.
-El informe también habla de impacto en la salud humana.
-Es así. El primer continente en reaccionar ante esto fue el europeo y se debió, principalmente, a la intensa ola de calor del 2003 por la que perecieron más de 14 mil personas. El cambio climático afecta a la salud de las poblaciones y de hecho ya hay enfermedades que se están dispersando sobre nuevas regiones al aumentar la temperatura, tal como ocurre con el dengue.
-Ante esta realidad ¿es posible pensar en medidas de mitigación?
-La única verdadera mitigación sería dejar de emitir gases efecto invernadero o, al menos, comenzar a reducirlos. Lo que estamos diciendo es “utilicemos menos petróleo” lo cual considero una verdadera utopía viendo el mercado mundial. Lo que queda es intentar economizar energía lo cual reduciría el exceso de dióxido de carbono en la atmósfera.
-¿Una buena medida sería impulsar las energías alternativas?
-Claro, hay que poner el foco en energías que reemplacen al petróleo. Existen países que ya desarrollan medidas de mitigación a largo plazo, construyendo edificios más amigables con el ambiente en el sentido de pensarlos para no tener que refrigerarlos ni calefaccionarlos en exceso. Los llamados edificios inteligentes o ciudades verdes.
-¿Cómo evalúa, desde el compromiso político, la iniciativa del Gobierno de Mendoza de trabajar sobre cambio climático?
-Me parece fabuloso. Hace rato que Argentina tenía una deuda con esto de poner en la agenda política el cambio climático. Es el camino a seguir. Si bien no estamos situados en una región del planeta que sufrirá los peores desastres, de todos modos el impacto será fuerte. El IPCC llegó a la conclusión que las personas, las sociedades y los ecosistemas son vulnerables en todo el mundo, pero la respuesta será diferente si hay gobiernos que se pongan a trabajar en esto.
-Islas que desaparecerán, nuevos climas, ¿estamos ante un nuevo planeta?
-Estamos ante un nuevo clima. Luego de estudiar esto por años podemos decir que si la humanidad no cambia su destino el aumento de temperatura será caótico para ciertas regiones: habrá refugiados climáticos y lugares que ya no serán habitables. De nosotros depende una nueva evolución de la humanidad hacia comportamientos y tecnologías que cuiden el ambiente.
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