Hasta ahora sólo se emitieron tímidas señales de malestar o mensajes de desaprobación cifrados en la diplomacia. Pero la ausencia de un presentación formal ante la Cancillería no impidió que varios países plantearan a la Argentina sus diferencias por la adulteración de las cifras oficiales de importación y exportación de bienes.
La reiterada queja que se escuchó en algunos ámbitos oficiales, o incluso en organismos de crédito internacional, es coincidente: se cuestiona la «opacidad» de la Argentina a la hora de manejar datos de productos que ingresan o salen del país.
Fuentes calificadas de la Cancillería y del sector empresario expresaron a LA NACION que el presunto mecanismo de adulteración de datos del comercio exterior podría tener dos objetivos claros. Por un lado, abultar las cifras de las reservas en dólares del Banco Central y, por otro, mostrar un modelo productivo con alta participación de componentes de exportación.
Según se pudo saber, entre los países que deslizaron su malestar por los datos disonantes del comercio exterior se encontrarían Rusia, Brasil, Uruguay, la Unión Europea, China, Vietnam, Noruega y Tailandia, entre otros.
«Es muy probable que las quejas emitidas por varios países por adulteración de datos del comercio internacional tengan asidero, porque el pasado del Gobierno con la intervención del Indec lo condena», dijo a LA NACION Marcelo Elizondo, director de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales.
Al igual que Elizondo, varios funcionarios de la Cancillería coincidieron en que la eventual adulteración de datos también podría sustentar una estrategia defensiva de la Argentina en organismos internacionales para eludir las críticas de proteccionismo.
Según pudo saber LA NACION, por ejemplo, la diplomacia de Rusia señaló a Buenos Aires que los datos de exportación que publica la Argentina no coinciden con los de Moscú. «Hay una clara intencionalidad de no contabilizar los productos argentinos que entran en Rusia con etiquetas de país de origen, y esto da un resultado de balanza comercial diferente al que contamos nosotros», comentó un diplomático desde Moscú.
No es el único caso. En la Unión Europea hubo países que se quejaron porque la Argentina cuenta como exportaciones los productos que ingresan en los puertos de Holanda, Alemania o España y que luego se derivan a otros lugares como comercio argentino.
Al parecer, Brasil hizo también planteos similares. Es que en los últimos años la balanza comercial bilateral da negativa para la administración de Dilma Rousseff.
Uruguay sería otro de los casos donde la triangulación de productos que se hace por medio de los puertos termina jugando en contra. Sin embargo, ante una consulta de LA NACION, en el gobierno de José Mujica negaron que se haya hecho un planteo a la Argentina por una supuesta adulteración de datos de exportación.
El 18 de julio del año pasado, se realizó un exámen de políticas comerciales en la Organización Mundial del Comercio (OMC) para cuestionar la política proteccionista de la Argentina. Allí hubo planteos de varios países sobre las trabas a las importaciones. Pero en medio de ese debate, a cuya transcripción textual accedió LA NACION, se dejaron entrever otras quejas relacionadas precisamente con la opacidad de datos del comercio exterior en la Argentina.
Por ejemplo, el delegado de China planteó que «sigue preocupando a Hong Kong que la Argentina continúe aplicando el sistema de valores criterio para cualquier producto incluido en la Nomenclatura Común del Mercosur y que las listas de productos y los grupos de economías sujetos a valores criterio se hayan modificado varias veces en el período examinado».
A su turno, Tailandia destacó que las autoridades de ese país transmitieron «algunas preocupaciones relativas al procedimiento en materia de certificados de origen, que exige la legalización por el consulado argentino, un proceso suplementario que nos pareció oneroso e innecesario».
El ponente de Vietnam dijo que «aunque la reciente supresión por el gobierno argentino del requisito de tener una licencia de importación ha sido recibida con satisfacción general, la utilización de una tasa de estadística o una tasa de comprobación del valor en aduana, el aumento de algunos aranceles de importación y la aplicación de condiciones relacionadas con el contenido nacional y/u otras medidas administrativas para las importaciones pueden incrementar los costos de producción y, en consecuencia, los de los productos exportables».
En esa exposición en la OMC, el delagado de Noruega dijo que les preocupa «que varias empresas que actualmente desarrollan actividades en la Argentina indiquen que hay falta de transparencia en relación con las normas y reglamentos pertinentes, tanto en lo que respecta a las medidas arancelarias como a las no arancelarias». Acto seguido, pidió a la Argentina que se esfuerce por «lograr una mayor transparencia en sus normas y reglamentos relacionados con el comercio».
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