San Rafael, Mendoza viernes 22 de noviembre de 2024

Fallo histórico: destituyeron a Joaquín de Rosas como fiscal de Estado

Por 16 votos contra 2, el tribunal decidió el desplazamiento del funcionario acusado de beneficiar al Grupo Vila por la compensación de tierras expropiadas en la zona de Divisadero Largo.

Fallo histórico: destituyeron a Joaquín de Rosas como fiscal de Estado

El fiscal de Estado Joaquín de Rosas, fue destituido de su cargo por mal desempeño en sus deberes de funcionario público. Por 16 votos contra 2, el tribunal del Jury de Enjuiciamiento decidió la separación del funcionario cuestionado por supuestos beneficios al Grupo Vila por la compensación de tierras expropiadas en la zona de Divisadero Largo. Para los diputados acusadores, el fallo constituye una «bisagra» porque demuestra que «el sistema funciona». Para los denunciantes antiguos del fiscal, se trata de un resultado «histórico», ya que es la primera vez que separan a un fiscal de Estado de sus funciones.

Así parece haber llegado a su final la novela del juicio político contra el funcionario que estaba a cargo del organismo contralor, pero suspendido desde hacía dos años. Parece, porque existe la posibilidad de que De Rosas apele a la Corte Nacional este veredicto, según adelantó su abogado, Roberto Godoy Lemos.

El resultado del fallo fue adverso en su mayoría contra De Rosas. Es decir, de 18 integrantes del tribunal conformado por jueces de la Corte, juezas de la Cámara Civil subrogantes y legisladores provinciales, sólo logró dos votos a favor. Y la votación era de caracter nomimal: esos dos votos, correspondieron a dos justicialistas. Se trata del senador sanrafaelino Ricardo Pettignano -que responde al intendente Emir Félix y el único que se animó a saludar al acusado con un apretón de manos al comienzo del juicio, un mes atrás, en la imagen inferior– y la diputada Mónica Zalazar -que responde al intendente Jorge Omar Giménez- fueron los únicos que consideraron inocente al funcionario.

Pero este fue el corolario de un proceso que duró alrededor de dos años y al que no fue sencillo arribar, debido a la fuerte puja de intereses como telón de fondo y las varias dilaciones que se dieron a lo largo de este tiempo. De Rosas había sido separado de sus funciones porque a través de su rol ayudó a favorecer al grupo económico Vila en las compensaciones de deuda que buscaban a partir de la expropiación de tierras en Divisadero Largo. La causa es compleja y tiene varias ramificaciones. Pero en la instancia del juicio quedó comprobado para el tribunal que De Rosas tuvo un manejo personalísimo en la compensación exigida al Estado y que, en lugar de defender los intereses de Mendoza, terminó favoreciendo a la poderosa familia empresarial.

Y la etapa del juicio, propiamente dicho, estuvo caracterizada por intentos de demorar el fallo que llegó este lunes. La estrategia de De Rosas consistió en pedir la nulidad del proceso por varias razones, en primer lugar, por considerar que estaba siendo juzgado por segunda vez. Luego, su enfermedad coronaria le impidió estar durante dos audiencias, lo que hizo demorar el debate unos 20 días. A eso se le agregaron algunas mañas técnicas por parte de su defensa que generó irritación en el jurado y que también contribuyeron a demorar la instancia de los alegatos.

Sin embargo, el momento cúlmine del juicio oral llegó este lunes. El primer turno fue para el Procurador General de la Corte, Rodolfo González, que pidió la condena en base a las pruebas reunidas en la investigación realizada por los diputados y de acuerdo a lo declarado por los testigos. Luego se sumaron los argumentos de los legisladores de la Cámara Baja, encabezados por Patricia Gutiérrez y Daniel Di Martino –en la imagen superior-, entre otros, apoyando los dichos del procurador. Por su parte, la defensa de Godoy Lemos volvió a recurrir a los diversos recursos de nulidad presentados y pidió al tribunal presidido por Omar Palermo evaluar los hechos jurídicos, por sobre lo político.

El fallo llegó dos horas después de finalizados los alegatos. El jurado sesionó a puertas cerradas y votó de manera nominal. Los fundamentos de la decisión se harán públicos el miércoles 30 a partir de las 11, según lo dispone la ley de juicio político. De Rosas se retiró sin hacer declaraciones, acompañado por su esposa y su asesor legal.

LA CAUSA

 Voluminosa, por la cantidad de fojas acumuladas en la investigación, y compleja, debido a los intereses en pugna. La causa por la que se juzgó a Joaquín de Rosas arranca en 2001, cuando Dalvian SA y Daniel Vila piden una compensación de deudas contraídas por el grupo económico a los bancos estatales en la década de los 80, a cambio de la expropiación de tierras en la zona de Divisadero Largo.

Los Vila debían unos 6 millones de dólares al Banco de Mendoza, que nunca pagaron. Como contrapartida, la Provincia requirió aquellas tierras en el piedemonte para conservarlas como reserva. En 2001, esas deudas estaban por ser ejecutadas por la Provincia a través del Ente de Fondos Residuales, pero durante el juicio se comprobó que por orden del entonces gobernador Roberto Iglesias se frenó la acción judicial. En esa instancia, De Rosas -todavía no era fiscal- ordena al EFOR negociar la compensación con el grupo Vila. Finalmente, la deuda terminó recalculada en 1,5 millón de pesos.

Durante el juicio, funcionarios de la Fiscalía de Estado confirmaron que De Rosas se hizo cargo personalmente de ese expediente. La diferencia en la actuación del fiscal saltó cuando los otros propietarios de tierras en esa zona del oeste de Capital recurrieron a la Justicia, porque Dalvian SA y Daniel Vila habían recibido tasaciones entre 13 y 17 pesos el metro cuadrado, en tanto que a ellos se les había otorgado un valor mucho menor, 2,76 pesos. Finalmente, el funcionario destituido apeló los fallos que a favor de los otros propietarios que habían logrado que la Justicia les equiparara el valor de las tasaciones, pero no lo hizo con los expedientes de la familia Vila.

«UNA BISAGRA», UN CASO «HISTÓRICO»

 «Esto es una bisagra», señaló Patricia Gutiérrez. Esta fue la última actuación de Gutiérrez como diputada, puesto que en días más deja su banca. La legisladora fue una de las denunciantes e investigadoras de la actuación, junto a los radicales Daniel Di Martino, Alejandro Lima y Roberto Infante; el massista Gustavo Valls y el macrista Gustavo Cairo. Los legisladores destacaron que para el tribunal quedó claro el rol protagónico que tuvo De Rosas en la tramitación de la compensación de deudas del grupo Vila y que, en todo momento, cuidaron que se respetaran las garantías constitucionales del juicio. Para Gutiérrez, que el fin de semana ventiló las presiones en juego sobre el tribunal y la posibilidad de que el oficialismo podría salvar a De Rosas, «se demostró que había incurrido en mal desempeño y había favorecido a un grupo privado».

Alberto Ortubia, ex abogado de la familia Vila, fue uno de los denunciantes iniciales del funcionario destituido. «Nos da una tranquilidad de conciencia, porque desde el primer momento nos opusimos a que esa persona fuera fiscal de Estado», recordó Ortubia y consideró que el fallo fue «histórico». «Esta sentencia tan contundente nos llena de satisfacción porque no fuimos unos aventureros ni unos desaforados», destacó el abogado y señaló que el tribunal protegió las garantías constitucionales de De Rosas.

El mismo Godoy Lemos reconoció que se trata de un caso histórico, «desde el punto de vista de que no se trata de un juez». Ahora, Godoy Lemos esperará los fundamentos para determinar los pasos a seguir, pero ya había adelantado en la primera fecha de las audiencias que insistiría ante la Corte Nacional, que cuenta con antecedentes para revalidar los argumentos de De Rosas.

OTRA CAUSA PARALELA: EL CONTRATO DE LOS TRAGAMONEDAS

Con este fallo, Joaquín de Rosas queda destituido, pero también aparece en otra investigación por el aval que le otorgó a la prórroga de concesión de máquinas tragamonedas a una empresa vinculada al Grupo Vila-Manzano, un contrato que también fue señalado como perjudicial para los intereses de la Provincia y que se otorgó en la gestión de Daniel Pereyra al frrente del Instituto de Juegos y Casinos. La empresa es Mendoza Central Entretenimiento SA, que logró un incremento del 26 al 47 por ciento de ganancias en la prórroga que se extendió por cinco años más. El contrato resultó una bomba de tiempo política para la gestión de Francisco Pérez, que tuvo que renegociar el contrato con el grupo empresarial, bajando el cánon de concesión del 47 al 43 por ciento, pero otorgándole más años de explotación. Y un detalle más: con De Rosas suspendido, la propia Fiscalía de Estado consideró ese contrato como «lesivo» para los intereses de la Provincia. Por otra parte, la Corte de Justicia y el Tribunal de Cuentas también cuestionaron la renegociación en duros términos.

Fuente: Por: El Sol Online

Foto: Walter Talotti

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