Mendoza. Según la oposición, es una situación cómoda para el Gobierno porque concentra el poder en el gobernador y Hacienda. Para el oficialismo, es una situación incierta porque no hay precedentes.
Comenzó abril y la Provincia de Mendoza sigue sin contar con una ley de presupuesto para el presente año y debe seguir funcionando con la prórroga del 2013. Todo esto luego de que se descartara la opción de avanzar en el presupuesto alternativo que presentó el llamado sector “díscolo” del radicalismo y con la negativa del mismo partido para aprobar la idea del Ejecutivo por el endeudamiento que propone.
Lo cierto es que, a diferencia de una administración como la estadounidense, donde ante la falta de presupuesto a una fecha límite, literalmente, se detiene todo el funcionamiento del Estado, Mendoza debe seguir funcionando e ir ajustando las piezas de acuerdo con las posibilidades que entregan los números que se aprobaron el año pasado. En otras ocasiones se comenzó a funcionar de esta manera, pero no había un panorama que hiciera pensar que podría transformarse en una situación permanente para todo el año, como para muchos puede ser la actual, en el que la ley de presupuesto está congelada y sin opciones a la vista.
Para el radicalismo, es una opción que no disgusta en el Gobierno provincial, pues –según argumentan– esto permitiría que el Ejecutivo disponga de importantes recursos que podría destinar “con absoluta discrecionalidad”.
Al respecto, el senador de la UCR, César Biffi, señaló: “En términos de legalidad, no va a tener inconvenientes, porque está prorrogado el presupuesto del 2013. Hay inconvenientes en términos políticos y de legitimidad del gasto, porque, como no hay presupuesto, y, consecuentemente, el Gobierno va a disponer –de acuerdo con nuestros cálculos– de unos 7.000 millones de pesos con absoluta discrecionalidad, todo lo que se recaude sobre lo que indica el presupuesto del 2013 es de libre disposición”.
Según el legislador, esta situación es muy grave y deja el destino de la Provincia en manos de muy pocos funcionarios. “En términos institucionales, a mi juicio, es muy grave que la Provincia no cuente con presupuesto, por primera vez en 30 años de vigencia del sistema democrático. En términos políticos concentra absolutamente la decisión en dos personas: el gobernador y el ministro de Hacienda”, sentenció.
El senador por el Frente Para la Victoria (FPV) Fernando Simón tiene una visión diferente de la de sus pares de la oposición y considera que no tener presupuesto, más que “acomodar”, complica la gestión. “Por supuesto, complicaciones va a haber, es una situación anormal. Es anormal que no se autorice ni siquiera el endeudamiento para pagar compromisos anteriores. De hecho, a ningún gobernador se le negó. Ni a Iglesias ni a Cobos ni a Jaque”, argumentó.
EL FUNCIONAMIENTO. Las palabras del senador de la oposición se basan en la forma en que debería funcionar la Provincia con las cifras del año pasado, más la mayor recaudación. De acuerdo con la UCR, al presupuesto de 25.000 millones del año pasado, se sumarían 7.000 millones de mayor recaudación (según el cálculo opositor), estos últimos administrados según el criterio del Ejecutivo. Como se trata de una escena que nunca se vivió en Mendoza, es muy difícil anticipar la totalidad de un año con presupuesto desfasado. Sin embargo, y en el supuesto de no avanzar la ley, en términos técnicos, lo que debería pasar es que se funcione –en principio– con las mismas partidas, repitiendo todo lo que había el año pasado. Todos los ingresos extras deberían reasignarse y la forma para hacerlo es a través de decretos que, en algunos casos, deberían ratificarse en la Legislatura tácitamente.
De acuerdo con las disposiciones que se establecen en el artículo 14 del Presupuesto 2013, el Ejecutivo tiene la facultad de decidir adónde va a dar la mayor cantidad de fondos que tendría por la recaudación.
En el caso de cambio de partidas entre ministerios, es el artículo 10 el que determina los procedimientos a seguir por parte del Ejecutivo, el mismo que establece que, en caso de ser necesario, se envíe a la Legislatura para una ratificación tácita en un plazo de 10 días, esto quiere decir que, salvo que esta vote en contra, se entiende que puede seguir adelante.
POSIBLES DISCREPANCIAS. Dentro de las principales discrepancias que podrían surgir está la de los fondos que tienen una afectación específica. Es decir, ingresos que por su proveniencia están destinados a gastos específicos dispuestos en el Presupuesto. Ese puede ser el caso del Fondo de Infraestructura, que por una antigua ley establecía que todas las regalías iban a ese fondo. Ese punto fue exceptuado en la mayoría de los presupuestos y también en el del 2013, por lo que una discusión podría ser si esa excepción se aplicaría en caso de funcionar con la ley del año anterior.
Otro punto a tener en cuenta se presentaría si, en algún momento, la Provincia saliera a tomar endeudamiento con la autorización del Presupuesto 2013. El Gobierno no tomó la totalidad de lo aprobado el año pasado por los dos tercios de la Legislatura, porque las condiciones no eran favorables, pero, en caso de que lo hiciera hoy (debido a la prórroga de la ley), podría generar una discusión con la oposición que –en una caso hipotético– podría rechazarlo considerando que esa aprobación no tiene prórroga.
Sin claridad respecto del proyecto 2014, la Provincia podría funcionar con un presupuesto desfasado, pero siempre caminando sobre un terreno casi desconocido y sobre el cual no hay antecedentes para tomar como referencia.
Fuente: El Sol
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