Por primera vez en 11 años, la presidencia del cuerpo legislativo quedó en manos de la UCR, que en alianza con el PJ disidente Víctor Gutiérrez y con la abstención del demócrata Ricardo Ferrero, eligió al joven Leonardo Viñolo para desempeñar el cargo durante los próximos 12 meses, superando por 5 sufragios contra 4 que obtuvo la oficialista Graciela Montesino en la votación nominal.

Pero el duro golpe que asestó la oposición no quedó allí, ya que la vicepresidencia primera del Concejo fue para el presidente saliente «Lucho» Gutiérrez, del PJ pero duramente enemistado con el Ejecutivo, mientras que el oficialismo, ya vapuleado dentro del recinto, optó por no presentar candidato para la vicepresidencia segunda que finalmente quedó en manos del edil del PD que en mayo culmina su mandato.

«Dicen que quieren tener un Concejo acorde a las circunstancias y hoy el justicialismo, que es el oficialismo y teniendo 4 concejales, no tiene representatividad en el cuerpo» comentó al término de la sesión el presidente del bloque PJ, Omar Gilí. «Me parece que de lo único que se acordaron fue de hacer una devolución de favores y creo que a la larga la ciudadanía no lo va a ver bien, acá no estamos para devolverle favores a nadie» disparó ofuscado.

Por su parte, Víctor Gutiérrez, que desde hace meses partió el bloque justicialista para conformar el unipersonal «Eva Perón», definió su voto al radicalismo como «nobleza obliga» y cargó las tintas contra De Paolo y su entorno. «Se han abusado demasiado tiempo y esto es lo que pasa cuando usás el poder para beneficio propio» declaró el carmensino, y anticipó una relación difícil con el actual secretario de Gobierno, Mauricio Troyas, que en mayo asumirá su banca en el Concejo.

La elección, sin embargo, no sólo dejó en evidencia el quiebre dentro del PJ, sino que también desnudó la interna del bloque radical que en principio proponía al veterano Ernesto López Caferata para ocupar la presidencia, aunque una fuerte operación del grupo NAR (Nueva Alternativa Radical) logró deponerlo en favor de Leonardo Viñolo.

«Siempre alguien tiene que ceder, el año pasado me tocó a mí y ahora Ernesto (López Caferata) puso su granito de arena para seguirnos mostrando fuertes para el 2015. Creo que la diferencia estuvo en que se logró el consenso con los otros bloques de la oposición para que me acompañaran» fueron las primeras palabras del electo presidente, y anticipó que buscará la independencia real del Ejecutivo a diferencia de la última década, en consonancia con la derogación que se logró hace pocos meses de las facultades extraordinarias que Juan Carlos De Paolo detentó los últimos 11 años en el manejo presupuestario.

«Estamos predispuestos a tener buena relación con el Ejecutivo pero eso no sólo depende del Concejo, sino de la actitud que ellos sigan teniendo y nos oculten o no nos bajen la información para que podamos cumplir con la función que nos corresponde» manifestó Viñolo.

La última vez que un radical ocupó el atrio del presidente fue en 2002, durante la intendencia de Eduardo Amézqueta, con el edil José María Martínez, que luego fue electo diputado provincial.

A partir de la asunción de Juan Carlos De Paolo al frente de la comuna, los presidentes siempre fueron gente de su riñón que le respondió ciegamente.

Primero con el abogado Carlos Rosa, que luego fue secretario de Gobierno, posteriormente Sergio Vendramín, hoy senador provincial, y por último el ex delegado de Bowen, Gustavo Majstruk, que en mayo asumirá su banca en la Cámara Baja y a quien se menciona con insistencia como uno de los posibles candidatos a la intendencia en 2015, con la bendición del veterano cacique sureño.

Fuente: Diario Los Andes