Todo cambia y se recicla en el fútbol argentino, donde es imposible aventurar quién será el campeón del torneo Final 2014, después de jugarse la octava fecha, es decir el 42 por ciento del certamen. No es una sorpresa ni un acontecimiento extraño, más bien resulta una continuidad, un hecho que desnuda la mediocridad que envuelve desde hace un tiempo al fútbol nacional, donde la frase «cualquier le gana a cualquiera y cualquiera puede ser campeón», se ajusta, cada vez con más fuerza, a la realidad. No tendría que asombrar, si se toma como medida que a falta de un par de minutos para la finalización del campeonato pasado, eran cuatro los equipos que albergaban posibilidades de dar la vuelta olímpica. Los grandes ya no lo son tanto y aquellos clubes que asomaban condenados a desempeñar papeles de último orden pueden animarse a ser protagonistas. No hay más favoritos, apenas algún equipo que sirve de referencia o modelo en respetar una línea de juego, aunque eso no es garantía de títulos.
Un partido y un resultado condensa el alocado presente: en la apertura del torneo, en Avellaneda, Racing vapuleó 3-0 a Colón. No parecía ilógico, porque la Academia venía de una pretemporada auspiciosa -con goleada sobre Independiente, en Mar del Plata-, mientras que los santafecinos pretendían dejar atrás la crisis institucional y deportiva en la que estaban inmersos. Treinta y nueve días después, Colón es puntero, junto con Estudiantes, el único equipo que encadenó cuatro triunfos y desde aquella noche no volvió a perder. Pero hace tres encuentros que empata y pese a ello no se cae de la cima; Racing, en cambio, marcha último y, desde entonces, apenas sumó un punto. Ayer, los dirigentes respaldaron al DT Mostaza Merlo, aunque los males de la Academia no se centralizan únicamente en el entrenador y podrían sintetizarse en un par de datos estadísticos: está a un partido de igualar el récord de derrotas en una temporada (18), y no revierte un resultado desde el 26 de febrero de 2011, cuando superó 2-1 a San Lorenzo.
También es llamativo lo que muestra Estudiantes, que entre las rarezas resultó ser el único club que ganó en las dos primeras fechas del torneo. Además, con seis goles le alcanzó para cosechar las 15 unidades que ostenta; son la misma cantidad de festejos que acumula Mauro Zárate, de Vélez, el artillero del certamen. Claro que la poca efectividad no es propiedad sólo de los platenses: el promedio de gol de Colón es apenas uno y San Lorenzo, que marcha en el tercer escalón, anotó siete, cuatro de ellos a través de Nicolás Blandi, los tres primeros sin ser titular. El peor en este ítem es Tigre, con dos goles, y ninguno de ellos en su estadio de Victoria, donde el público no se desahoga desde el 3-1 frente a Atlético de Rafaela, por la 18a. fecha del torneo pasado.
Por su grandeza, por historia, River y Boca siempre son animadores de cada campeonato. Hace tiempo que la irregularidad también se apoderó de ellos, una situación que tampoco pueden desentrañar los técnicos más ganadores de la historia de esos clubes: Ramón Díaz y Carlos Bianchi extraviaron las recetas de los éxitos del pasado. Hoy deambulan por la mitad de la tabla, se lamentan de las oportunidades desperdiciadas, aunque entre tanta paridad es imposible quitarlos de la lista de candidatos, de esa nómina en la que aparecen todos. «Estamos a cuatro puntos y queda mucho en el campeonato. Vamos a seguir trabajando, pero cometimos errores que a la larga te cuestan», reflexionó Ramón, anteanoche, tras la caída con All Boys. Un par de días antes, el riojano señalaba: «El campeonato argentino está muy duro para todos los equipos. Los que pelean la Copa [Libertadores] son competitivos en el campeoanto. Falta mucho para decir los candidatos».
Los xeneizes hace 19 meses que no pueden ganar tres partidos en serie, desde que vencieron a All Boys, Unión y Atlético de Rafaela, entre la 3ra y 5ta fecha del Inicial 2012. Para River, el karma es ganar fuera del Monumental, una deuda que se agigantó con el traspié en Floresta: no festeja desde hace una rueda, cuando superó 1-0 a Lanús, en el Sur; ya lleva 9 partidos y la próxima salida será a La Boca, para el superclásico. Pese al tropezón, el club más goleador quebró otro registro alarmante: después de 27 partidos logró convertir dos tantos. No lo hacía desde el 8 de septiembre último, tras regodearse con el 3-0 sobre Tigre, por la 6a fecha del Inicial . Anteanoche no le alcanzó y perdió 3-2 con All Boys.
El torneo argentino se convirtió en una mediocre película de suspenso, donde la paridad esconde la escasa calidad. El desenlace del torneo pasado fue un ejemplo: San Lorenzo fue el campeón con menos puntos, 33, desde que se instauraron los campeonatos de 19 fechas; Newell’s, que estuvo ocho encuentros sin ganar, llegó al episodio final con posibilidades de forzar un desempate; apenas le faltó un gol. La nueva experiencia, con Colón y Estudiantes punteros con 15 puntos, tiene una antecedente cercano: en el Clausura 2011, River y Estudiantes sumaban la misma cantidad de unidades, tras la 8a fecha. Un indicio de que la mediocridad ya no debería extrañar a nadie.
Fuente: Canchallena
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