Mendoza. “Que haya diálogo, pero que también haya clases”. La directiva partió el viernes por parte de Francisco Pérez a los representantes paritarios oficiales ante la mesa de negociación estancada con el SUTE y entre hoy y mañana se decidirá actuar en consecuencia.
El gobierno apunta a imponer la conciliación obligatoria para levantar los paros en las escuelas, medida que ya está decidida que se adoptará en el sector de la salud si, como se espera, los sindicatos estatales rechazan el martes la oferta de aumento salarial que se le hizo a médicos y enfermeros de los hospitales públicos.
Para cumplir con la consigna del gobernador, Andrés Cazabán, el líder paritario gubernamental, no tiene muchas opciones a la mano en el caso de los maestros que ya están lanzados a un paro que durará desde el martes hasta el jueves. O bien el gobierno llama a una nueva reunión paritaria o presenta la conciliación ante la subsecretaría de Trabajo para que se levanten las medidas de fuerza mientras se sigue negociando.
La primera opción será difícil de adoptar en medio de un conflicto que se radicalizó y que tiene un espejo bravo además: la crisis de Daniel Scioli con sus maestros en la provincia de Buenos Aires impacta fuerte en el gremio docente mendocino que, envalentonado por la lucha bonaerense, rechazó el viernes la última oferta de incremento salida de la Casa de Gobierno.
“Cuando vimos que en la provincia de Buenos Aires la crisis con los docentes se agravó, sabíamos que estábamos al horno”, se resignó un funcionario mendocino ante este diario.
La preocupación tenía un sustento en cifras. La oferta de aumentos que Scioli hizo a sus maestros ronda el 23% promedio mientras que, según los cálculos oficiales locales, a los docentes mendocinos les tocará una suba que llega al 30,5% en los sueldos más bajos y que en algunos casos superará el 31% promedio para los salarios más altos.
El tema en cuestión son las cuotas y el mecanismo adoptado en los plenarios por el mismo SUTE. El gobierno tenía lista una contrapropuesta para pagar en dos y no en tres cuotas (como se ofreció inicialmente) durante 2014 los aumentos y establecer en junio o julio un nuevo mecanismo de actualización. Pero debió guardar el paquete ante el mandato que los delegados le dieron a la conducción del gremio docente. Esta fue que todo se haga en una cuota y además retroactivo a enero.
Ante ese callejón sin salida, la conciliación aparece como la única vía posible para poner entre paréntesis un conflicto que amenaza con prolongarse indefinidamente en el tiempo, como en Buenos Aires.
Lo que espera definición de Pérez por estas horas, es solicitar la conciliación obligatoria para que existan al menos 20 días durante los cuales los maestros no podrán ir al paro. Entre feriados y Semana Santa, Paco espera descomprimir buena parte del mes de abril.
La medida no se presentaría el lunes, sino el martes con lo cual al menos un día sin clases habrá esta semana. Pero no todo será tan fácil.
Descartada por ahora una imposición por decreto de los aumentos, la conciliación tendrá sus riesgos. El SUTE, otra vez influenciado por lo que ocurre en Buenos Aires, podría no acatar y más si se tiene en cuenta que la cabeza del gremio, Adrián Mateluna, a pesar de su afinidad kirchnerista ha dado muestras en este conflicto de que está buscando legitimarse ante unas bases que no le responden y que lo empujan hacia la radicalización.
Pero también el freno legal a los paros tendrá otros bemoles: el Gobierno, si presenta la conciliación, quedará obligado a mejorar su propuesta. La de máxima que está dispuesto a pagar es de un aumento promedio del 30% y en dos cuotas, algo que ya se sabe de antemano que los docentes rechazarán.
El Presupuesto que no sale
Tupungato fue este sábado la sede elegida para un retiro político peronista que, con Pérez a la cabeza, congregó a ministros, intendentes y legisladores.
De la crisis en las paritarias casi ni se habló. Pero se debatió, y mucho, del frustrado proyecto de ley de Presupuesto 2014 que está trabado en la Legislatura desde noviembre.
Tanto fue así, que el más escuchado fue el ministro de Hacienda, Marcelo Costa, quien hizo una descripción detallada del futuro de la ley en el restaurante El Nudo, que ostenta una vista magnífica de la montaña de esa zona del Valle de Uco.
Costa no ahorró críticas para los radicales. Y no solo para los de Alfredo Cornejo, que se niegan de manera tajante a otorgarle un presupuesto a Pérez que contemple nuevo endeudamiento. Sino que las frases duras fueron también para los dirigentes de la UCR, como Mario Abed, César Biffi o Enrique Vaquié, que están dispuestos a darle al gobierno la alternativa de endeudarse en $766 millones, a pesar de que Hacienda había pedido en el proyecto original $1.700 millones para el pago de amortización de deuda este año.
Costa despotricó porque Abed y compañía abrieron la puerta del endeudamiento, pero luego pusieron restricciones al uso de esos fondos. Y le apuntó a Julio Cobos por esa vuelta de tuerca.
Los radicales acuerdistas quieren que esos recursos sean repartidos en subsidios al agro y al sostenimiento del empleo (en unos $566 millones) y en aportes al Fondo para la Transformación y el Crecimiento ($200 millones).
Esas restricciones están incluidas en el articulado del proyecto de ley que están negociando y que son la clave para entender porque, si bien el viernes Costa había asegurado que el Presupuesto iba a ser tratado el martes en el Senado, en Tupungato todo volvió a entrar en el terreno de la duda.
¿Por qué le apuntan a Cobos en el Gobierno? Cleto no pudo contener en su momento la división entre los radicales que quieren permitir que Pérez se endeude y los que no. Una vez que estalló el conflicto, buscó influenciar a Abed para que pusiera condicionamientos a la utilización de los $760 millones.
Sin saber si Costa jugará sus fichas en la Legislatura todavía, Cornejo hizo está sábado su jugada. Redactó una carta, que acompañó la senadora Laura Montero con su firma, en otro intento por convencer a los díscolos que no le abran la puerta del endeudamiento al Gobierno.
“Es imprescindible que el radicalismo esté todo del mismo lado”, les rogó a sus correligionarios en un tramo de la nota.
Más allá de lo sentido del mensaje, el intendente de Godoy Cruz está convencido de que, si el oficialismo avanza con la ley, logrará aprobarla en el Senado. Pero que esa victoria será pírrica: Cornejo está seguro de tener los votos necesarios para frenarla definitivamente en Diputados.
Fuente: Mdzol
Sé el primero en comentar en «Conciliación obligatoria: la única vía de escape de Paco»