San Rafael, Mendoza jueves 28 de marzo de 2024

Representantes de bodegueros y viñateros vuelven a reclamar la tasa cero.

  Pese a que la devaluación significó un aumento de competitividad para el sector, afirman que la inflación se lleva «las pequeñas ventajas que pudieran obtener». Resta ver qué ocurrirá con las negociaciones salariales. Representantes de bodegueros y viñateros vuelven a reclamar la tasa cero.
 Representantes de bodegueros y viñateros de la provincia analizaron la situación económica del sector luego de que el gobierno decidiera devaluar el peso. Si bien afirman que esto significa un aumento de la competitividad en el extranjero, la inflación que vive la Argentina se llevaría las ganancias.

El gerente de Bodegas de Argentina, Ingeniero Juan Carlos Pina; el gerente del Centro de Bodegueros y Viñateros del Este, Mauro Sosa y el Presidente de FeCoVita, Ingeniero Eduardo Sancho explicaron que los insumos aumentaron para todos los eslabones de la cadena productiva del vino desde un 25% a un 100%, mientras que para aumentar el valor del producto deberán encontrar un punto de equilibrio que no afecte el consumo interno.

 » Luego de la devaluación las bodegas recibieron un variado expectro de situación: incremento de precio cotización valor dólar, y valor euro, que claramente impacta en el costo del producto, lo que nos preocupa es mejorar la competitividad y que el esfuerzo de mejora cambiaria no se vaya con el aumento de los insumos», advirtió Juan Carlos Pina.

 Para el ingeniero, la devaluación significaba una mejora en la competitividad del producto en el extranjero, sin embargo el aumento en los precios de los insumos «afecta el mercado interno».

«Hay que ver en que medida es factible trasladar los incrementos del costo al precio del producto, para ver si el mercado puede absorber un aumento», comentó.

Al tiempo en que explicó que están trabajando con el ministro de Agroindustria, Marcelo Barg, y el de Hacienda, Marcelo Costa para establecer precios razonables para cada producto, y luego «retomar la relación bodega-proveedor para así continuar negociando».

Igualmente, explicó que hasta ahora mucha gente está siendo razonable con los incrementos, pero «en algunos casos en los que los productos tienen componentes importados, o son completamente importados los precios van a aumentar».

De esta manera, agro-químicos, placas filtrantes, levaduras, elementos de fraccionamiento, etiquetas, packaging, multilaminados, repuestos de maquinaria, encabezan las listas de los insumos que aumentaron para los bodegueros.

El aumento en los insumos claramente va a impactar en los precios y las bodegas tienen que ver si pueden trasladar los costos al precio final. Pina.

De la misma manera, comentó que en los últimos tres años se ha estabilizado el mercado interno, por lo que prefieren perder ganancias y no consumidores.

«La paridad cambiaria puede ser una ventaja para nosotros, esperamos que la inflación no se coma las ganancias», finalizó.

 Igualmente, Mauro Sosa, comentó que «la devaluación progresiva en bajas dosis reacomodaba la competitividad, con vistas al sector externo, pero, como la inflación sigue, los altos costos se llevaron las pequeñas ventajas que se podrían haber conseguido».

 «Si no se controla la inflación de los altos costos internos, no se mejora la situación, no le va a servir al sector por mucho tiempo», aseguró.

Por otro lado comentó que cuesta movilizar todo el sistema: «envío, recepción, liquidación de divisas, y cuando todo el termina los proveedores tienen que ver que hacen con los insumos, que aumentaron desde un 25% y hasta un 100% tanto para la elaboración, como para el fraccionamiento».

«Levaduras, reactivos, todo aumenta y el productor queda a la espera del reacomodamiento, y de ahí tendrá que ver como afecta en su estructura de precios».

Sosa lamentó que el desfasaje se haya hecho en momentos en los que el sector tiene una baja en la producción del 22% en el Este -de los 10 millones de quintales que se cosecharon el año pasado, hoy solo cuentan con 7 millones-, por lo que se dificulta que se acomode el mercado.

«Creció el mercado interno, pero lo hizo en base a que el productor obtenga un menor precio, cuando dicen que aumenta el consumo es porque alguien recibe menor precio», aseguró Sosa.

Los productores absorben los problemas del entorno inflacionario. Sosa.

De esta forma contó como funciona la demanda del sector, cuyo principal competidor es la cerveza, mientras esta tenga un precio inferior al del vino blanco, se venderá menos. «El mercado interno se vuelca rápidamente a la cerveza cuando el precio del vino aumenta, y viceversa», explicó.

Es por eso que tienen que trabajar en un punto de equilibrio con el que se pueda obtener rentabilidad sin perder consumidores.

Sosa entiende que más efectivo que «los anuncios de créditos, intervención de precios, y compra de vino, sería que el Estado alivie la carga tributaria al productor -con o sin bodega-, y volver a la tasa cero que tenían en 2012, para los ingresos brutos»:

«Lo que tributamos es regresivo, en lugar de intervenir en los precios de la mercadería, sería mejor que se cambien las condiciones de pago y se alivianen las contribuciones patronales, pero sobre todo que busquen un control a la inflación».

En cuanto al mercado externo informó que Mendoza debe competir con España que está intentando liberar el excedente en su producción con precios en los sectores que comercia la Argentina.

«Si hay muchos competidores indudablemente que los precios van a ir a la baja en el mercado externo», dijo pero aseguró que igualmente es el mercado interno el que más le interesa al productor, porque «Mendoza sigue exportando 320 millones de litros, cuando consumimos 110 mil millones litros de vino».

«Todo lo que podamos hacer hacia afuera es bienvenido, a nivel de fraccionados y de graneles, pero la inflación es el tema central para todos en todos los sectores, y debemos encontrar un costo interno adecuado», advirtió.

«De lo que estamos seguros es de que el Estado tiene que sacarnos presiones tributarias, porque cuando el gobierno invierte en la compra de vinos lo hace de las arcas públicas, y eso en algún momento significará mayores impuestos. Es un círculo vicioso, hay que parar la pelota y ver si el Estado tiene que intervenir con el precio o con las tasas», aseguró Sosa y contó que el sector se encuentra lidiando con esas dificultades, sumadas a los conflictos patronales, ya que por la inflación, «los trabajadores pidieron un 52% de aumento».

También se refirió al tema, el presidente deFeCoVita, Eduardo Sancho quien afirmó que el panorama «está bastante difícil, porque se están presentando variables como la devaluación, que puede ayudarnos a tener una recuperación del precio de vino, en contra de los aumentos de los insumos».

 El tema es que el precio del vino tiene que recuperarse, de lo contrario nos puede traer problemas de abandono de las producciones. Sancho.

«Con cualquier accidente climático nos encontramos que la baja producción hace crecer el precio y bajar la demanda y nos produce una pérdida de consumidores que después no vuelven», estimó.

Sancho comentó que en promedio aumentaron un 30% los precios durante el año, aunque todavía no conocen los costos de elaboración.

Igualmente se mostró optimista en cuanto a las medidas tomadas por el gobierno y explicó que la última, en la que se decidió liberar la compra de vino -inicialmente prevista en 50 mil litros- «hace que exista una demanda importante, y, por lo tanto, una mejora en el precio de traslado».

Fuente: por MDZ,

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail

Sé el primero en comentar en «Representantes de bodegueros y viñateros vuelven a reclamar la tasa cero.»

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*