Desde los primeros minutos, incluso cuando alcanzó el empate transitorio, se instaló la impresión de que a Racing no le iba a alcanzar todo el partido para perforar a un Arsenal con oficio y planificación. La Academia tiene un profundo problema y se trata del funcionamiento colectivo. Ante Arsenal, que le ganó por 3 a 1 y profundizó sus vacilaciones, sumó su tercera derrota consecutiva en el campeonato -había perdido con San Lorenzo y con Tigre-. Otro síntoma preocupante: después de ganarle a Colón por 3 a 0 en la primera fecha, la Academia no volvió a imponerse; al fin, de los 12 puntos disputados en el certamen, sumó sólo tres.
El pragmatismo de Arsenal en el juego aéreo provocó emoción desde los primeros momentos. Hubo acción en la primera etapa, cuando Racing se encerró en sus nervios, con un desprecio por la marca, mientras el equipo de Alfaro le complicaba las acciones con esa capacidad que tiene en lo alto, con muchas variantes y empuje. Después se pasó a otro escenario: el desinterés por un encuentro definido con rapidez; entonces se abrió otro espacio, el de las limitaciones de Racing para salir de sus inconvenientes y la aséptica frialdad del conjunto de Sarandí para aprovechar los gruesos errores defensivos de su rival .
En la apertura del marcador, Mariano Echeverría se aprovechó de la desatención de Matías Campi, Sebastián Saja se demoró para salir a atorar y la pelota ingresó para sorpresa de todo el fondo académico. Enseguida, González Pirez se llevó el balón con la mano y le regaló una posibilidad de reconstrucción a Racing, capitalizada por Saja desde los doce pasos, pero rápidamente la Academia se agarraría la cabeza por la aparición de más dudas entres sus defensores.
De un lateral de Hugo Nervo, Julio Furch cabeceó para atrás sin encontrar resistencia en Campi, y Carrera, entre Quilez y Villar, convirtió antes de la embestida descontrolada de Saja. Este Racing, que anoche contó con una defensa de 1,88 de altura promedio, padece el hecho de que su rival lo busque por arriba. Tanto Cahais como Saveljich y Campi tienen buen porte; para bien o para mal, se hace notar en la defensa del arco de Saja, pues no responden ni en lo alto ni con la pelota en los pies. Y más ante un obstáculo llamado Arsenal, que más allá de los nombres y cambios se propone una búsqueda clara y saca provecho de las pelotas que, por los costados, terminan en el área.
El tercer tanto de Arsenal nació de una aparición por sorpresa de González Pirez, que envió el balón al medio y Furch conectó con la punta del botín. La pelota pasó por delante del cuerpo de Saja, que intentó confundir trayendo la pelota sobre la línea, pero el asistente Marcelo Aumente ya había advertido su ingreso en el arco. Y, como si faltaran más pruebas de la mala noche de los defensores visitantes, Campi le cometió penal a Emilio Zelaya, que estrelló su tiro en el travesaño.
Los remates de Rodrigo De Paul, los cabezazos de Valentín Viola, las pelotas cortadas de Mauro Camoranesi intentaron dar una esperanza de reacción, pero Racing aún es un equipo con mucho por hacer. Quedó expuesto en su orfandad defensiva. El desmantelamiento de la última línea quedó expuesto. Se trató de la peor noche desde que Mostaza regresó a la Academia. Con errores conceptuales y una floja actuación en todas sus líneas. Entre un equipo formado y otro que no tiene brújula, las diferencias quedaron a la vista.
Fuente: Canchallena
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