San Rafael, Mendoza jueves 09 de mayo de 2024

El cambio de Boris por Pringles quebró la relación CGT-Gobierno antes de las paritarias

borisRodolfo Lafalla dio espacio al sector Azul con la confirmación de Ruben Boris. En un plenario en Guaymallén, la central obrera decidió romper relaciones con la gestión de Francisco Pérez por la forma «inconsulta» en que salió Ariel Pringles.

La salida de Ariel Pringles y el ingreso de Ruben Boris a la subsecretaría de Trabajo provocó, por un lado, la ruptura de las relaciones entre la CGT y el Gobierno en la antesala de las paritarias. Y, por el otro, con el recambio en su cartera Rodolfo Lafalla cedió un lugar clave al sector Azul, que había quedado relegado en las modificaciones que Francisco Pérez había realizado en el gabinete.

 A última hora del miércoles, como había anticipado El Sol online, trascendió que Lafalla le había pedido el puesto a Pringles, un funcionario vinculado al moyanista Julio Piumatto -Judiciales federales-, a la CGT mendocina y a la Corriente Peronista. En la mañana del jueves, el ministro de Gobierno confirmó que su reemplazante sería un hombre que no es ajeno a la aspereza con la que se caracterizan las paritarias. Ruben Boris, un hombre que viene desde el PJ de Capital y con experiencia en la gestión en Trabajo.

La incorporación de Boris a la segunda línea del ministerio puede interpretarse a la vez como un lugar cedido al sector Azul. Boris ingresó al Gobierno durante la gestión de Celso Jaque como jefe de gabinete de Juan Marchena. Luego continuó en esa función cuando Mario Adaro estuvo al frente de dicho ministerio y permaneció con el ingreso de Félix González. Durante ese tiempo, Boris participó en las diferentes paritarias, a veces como interlocutor de las ofertas del Ejecutivo.

En 2013, Francisco Pérez cambió la estrategia de negociación y le otorgó a Mauricio Guzmán un rol central. Así, Boris fue relegado a otras funciones, aunque también desde la cartera se señaló que tomó distancia debido a que el Ejecutivo no había cumplido con algunos puntos acordados en la paritaria con los gremios y que eso jugaba en contra a la hora de la negociación.

Ahora, Boris se hará cargo de una cartera que tiene un valor estratégico para el justicialismo de extracción sindical. Trabajo es el ámbito que regula las relaciones sindicales y políticas con los gremios, aquellos más cercanos al oficialismo y aquellos que se muestran críticos respecto del Gobierno. A ello hay que agregar las inspecciones y controles a empresas, tanto privadas como organismos estatales.

Boris será el encargado de arbitrar las negociaciones -una situación que ATE, Ampros y Judiciales han cuestionado, puesto que cumple la doble función de ser juez y parte en el conflicto-, pero no está definido en el Gobierno todavía quién ocupará el rol de interlocutor central que antes detentaba Guzmán -ahora, jefe de gabinete de Lafalla-.

Una ruptura en la armonía CGT-Gobierno

En tanto, en un plenario realizado en el salón Báltico, de Guaymallén -donde juega de local el sindicalista y senador justicialista José Escoda- unos treinta gremios de la CGT mostraron su enojo por la forma en que se decidió la salida de Ariel Pringles, a la que calificaron «de manera inconsulta y equivocada». La decisión tomada desde el riñón mismo del paquismo implicada para el sindicalismo peronista «una ruptura entre el Gobierno y la CGT».

El titular de la central obrera local, Rodolfo Calcagni, había adelantado ya la posibilidad de romper con Pérez. Un detalle que no sería políticamente menor si no se estuviera a las puertas de las paritarias 2014. Para entender cómo puede ser el tenor que tendrán las negociaciones, el propio Calcagni rechazó el techo salarial del 20 por ciento que el Gobierno quiere imponer a los choferes privados nucleados en Sipemom, después del reciente aumento de boleto en un 40 por ciento.

La bronca por la decisión será plasmada en una solicitada. Con todo, desde la CGT se cuidaron de cuestionar al recién elegido Boris y recargaron las tintas en la forma en que Olfi Lafalla decidió el cambio.

No será el único mensaje al gobernador. También se definió el estado de alerta y movilización y se fijó una nueva reunión en la que participarán más gremios. La tensión se dispara de este modo como una previa al inicio de las negociaciones salariales con los gremios estatales, que suelen ser durísimas y ya han anticipado que lo serán. Pero también con gremios de empresas privadas, como Sipemom. Una tensión que se suma al aumento en el boleto del transporte público y al aumento en el salario policial, que puede condicionar la discusión paritaria 2014.

Fuente: El Sol

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